La sequía que viene
ESPECIAL, dic. 8.- Estamos como Noé, pero al revés. Aquí no es un diluvio, sino la sequía que viene. Los pronósticos son alarmantes. El pasado 6 de diciembre el titular de El Imparcial anuncia que están “en riesgo cultivos y ganado por la sequía”. Yo agregaría que no solo eso, sino que, a menos que alguien explique por qué no, también está en riesgo el suministro de agua para la ciudad de Hermosillo. Estamos a tiempo para tomar medidas preventivas y reducir los daños, pero parece que la Conagua prefiere guardar silencio y ocuparse en otros asuntos.
La sequía en el sur de Arizona
Como no pude tener acceso a la página del Monitor de sequía de México, me fui al de Arizona y ahí encuentro información más actualizada. Ahí encuentro que desde junio la ciudad de Phoenix previó que no va a tener suficiente agua subterránea y puso límites a nuevas construcciones. Para completar, también reviso el boletín CLIMAS de la Universidad de Arizona.
Ahí leo que el fenómeno del océano Pacifico conocido como El Niño, que es el que provoca la sequía, se espera que se prolongue y se fortalezca en los próximos meses con 55% de probabilidad de que se vuelva “fuerte” y un 35% de probabilidad de que se convierta en “historicamente fuerte” (más de 2 grados de aumento en la temperatura del mar). Los pronósticos sugieren que el fenómeno El Niño va a llegar a su máximo en los meses de diciembre a febrero, pero se espera que después puede comenzar a debilitarse para regresar a la normalidad en los meses de mayo a julio 2024. (www.climas.arizona.edu/swco/nov-2023/november-2023-southwest-climate-outlook).
Este pronóstico aparentemente significa que las lluvias de invierno van a ser bajas o nulas, pero las de verano pudieran ser normales. Recemos que ese pronóstico sea acertado y sirva también para Sonora porque sería una catástrofe que el verano 2024 sea tan seco como el de 2023.
La sequía en Hermosillo
Las reservas de agua con que cuenta la ciudad son bajas o están sobre explotadas. De acuerdo con la información de Conagua, a fines de noviembre 2023 la presa El Molinito solo tiene 10% de su capacidad, la del Novillo se encuentra a 29%, y la presa Abelardo L. Rodríguez está seca. Estos porcentajes son bastante inferiores a los que han tenido otros años en estas mismas fechas.
Por otra parte, los acuíferos de La Victoria-Mesa del Seri y La Costa, que son los que aportan el 70% del agua de la ciudad, están sobreexplotados. El último reporte de disponibilidad de la Conagua dice que en La Victoria-Mesa del Seri se están extrayendo 49.6 millones de metros cúbicos de más y que en La Costa la sobreextracción es de 74 millones de metros cúbicos. El nivel de los pozos es cada vez más profundo y están en riesgo de agotarse.
El 12 de julio de 2022, la Conagua publicó unos líneamientos para la atención y mitigación de la sequías en México. Ahí dice que debe de haber una delaración formal del inicio y fin de la sequía en una región. No sabemos si esta ya existe para Sonora.
También ese documento dice que la Conagua deberá “promover mecanismos y acciones para fomentar la participación y, en su caso, aportación de organismos o instituciones nacionales o internacionales, así como de los sectores públicos y privados, para la prevención y mitigación de la sequía; así como sistematizar y distribuir la información relativa a los sistemas o redes de alerta, detección, monitoreo, pronóstico y medición de riesgos por la ocurrencia de la sequía; y las demás que sean necesarias para el cumplimiento de su objeto”.
Urge que los tres ámbitos de gobierno, de acuerdo con el Programa Nacional contra la Sequía (PRONACOSE) de la Conagua y con el Plan Hídrico del Estado de Sonora, hagan las reformas legales, las inversiones pertinentes, y emprendan acciones a fin de garantizar la disponibilidad de agua requerida para asegurar la salud y la vida de la población, privilegiando el abastecimiento de uso doméstico, tanto en el medio urbano como rural.
Por Nicolás Pineda
Información de: proyectopuente.com.mx