¿Recuperará Sheinbaum a la clase media?

ESPECIAL, sep. 12.- El domingo, en su discurso ante el Consejo Nacional de Morena –que le entregó su constancia como ganadora del proceso interno para definir la candidatura presidencial del oficialismo–, Claudia Sheinbaum convocó a “personas de todas clases sociales, de corrientes del pensamiento, de todas las religiones, librepensadores, campesinos, trabajadores, clases medias, artesanos, científicos y empresarios, jóvenes y mujeres, a quienes viven fuera de México, a construir el segundo piso de la transformación”.

Sobresale en ese llamado la mención a sectores de la sociedad que han sido abiertamente hostilizados por el actual gobierno, al que Sheinbaum pretende dar continuidad. Por ejemplo, los librepensadores, a quienes el presidente Andrés Manuel López Obrador ha criticado por no cerrar filas con su gobierno y tener una postura independiente, de la cual se ha mofado y puesto en duda. O los científicos, a quienes se retiró el apoyo presupuestal, se llamó “machuchones” y se criticó por hacer “turismo académico” y por ser adictos a los “lujos” e, incluso, se les acusó penalmente.

O la clase media, sobre la que ha caído una lluvia de adjetivos desde la conferencia mañanera: “aspiracionistas sin escrúpulos morales”; “individualistas que dan la espalda al prójimo”; “partidarios de ‘el que no transa no avanza’”, y pilar del “conservadurismo”, etcétera. Esta última ha sido clave en las más recientes elecciones presidenciales. Desde que se desmoronó el corporativismo priista a fines del siglo pasado, los candidatos ganadores han fincado su triunfo en el apoyo de la clase media. Así fue para Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. Ha quedado claro que para llegar a Palacio Nacional hace falta conquistarla.

En las elecciones legislativas y municipales de 2021, el voto de la clase media fue fundamental en los distritos y alcaldías que recuperó la oposición de manos del oficialismo. La pregunta, de cara al 2024, es si Sheinbaum logrará revertir esa pérdida. Como han mostrado los resultados de las últimas cuatro elecciones presidenciales, hay una lista de diez estados –Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Chihuahua, Jalisco, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Yucatán– que siempre gana quien se lleva la Presidencia de la República. Dichas entidades federativas tienen una fuerte presencia de la clase media.

El jueves 7, tres días antes de que Sheinbaum hiciera su llamado, el presidente López Obrador pareció decir que ese sector social no es importante para el oficialismo, al afirmar que si Marcelo Ebrard se presentara como candidato, él tendría “más jale” con la clase media que la frentista Xóchitl Gálvez. En ningún momento mencionó si existe interés de los clasemedieros en votar por Sheinbaum, quien el domingo dijo que busca su apoyo.

BUSCAPIÉS

* El excanciller Marcelo Ebrard anunció ayer que llevará adelante su impugnación al proceso interno de Morena. La víspera, presentó ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia una demanda de nulidad y posterior reposición de la elección de la Coordinación Nacional de Defensa de la Cuarta Transformación, con base en la documentación de actos de violencia y condicionamiento de programas sociales, entre otras presuntas anomalías. Dio a conocer que el 18 de septiembre iniciará una gira nacional para informar sobre su queja, un día después de que Claudia Sheinbaum comience la suya.

* Así como los demócratas de cualquier signo ideológico deben estar en contra de los cuartelazos, como el que hace medio siglo tiró del poder al democráticamente electo presidente chileno Salvador Allende, también deben oponerse a toda intervención gubernamental en los procesos electorales a favor de su partido, incluyendo las maniobras para debilitar a las autoridades encargadas de organizar y calificar los comicios. Hacer otra cosa es pura hipocresía y deja también una mancha indeleble, de ésas que no se borran con toda el agua del océano.

Por Pascal Beltrán del Río

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