Colosio: la sensatez, esa cosa rara en la política
ESPECIAL, sep. 6.- Desde los cierres de campaña de los aspirantes de Morena a la candidatura a la presidencia de la República el panorama no se ve amigable. Prácticamente los dos favoritos se declararon ganadores.
Efectivamente, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard tienen sus propios y otros datos de encuestas, y ellos son los indiscutibles (para cada cual) vencedores. Hasta Adán López, usualmente en un lejano tercer o cuarto sitio, se sintió triunfador.
A pesar de la arenga presidencial, las propias reuniones con Andrés Manuel López Obrador, los llamados a la cordura, la repartición del poder de gobierno, legislativo y de partido, entre todos los contendientes morenistas, el clima se enturbió ante la certeza de Sheinbaum, basada en las encuestas públicas previas, y de Ebrard, sustentado en sondeos propios, de ser el favorecido o favorecida de la opinión pública.
De elucubraciones está repleto el análisis político reciente, inmerso, como antes, igual que en el PRIGobierno, en la selección del candidato del partido oficial, al que de facto hacen presidente de la República a partir de octubre de 2024. Que si Ebrard va a perder y se irá a Movimiento Ciudadano, que Sheinbaum es la favorita del presidente y por tanto ganará la cacareada encuesta de Mario Delgado.
Las dos posibilidades, a horas de que se anuncie al ganador de la contienda interna de Morena y Aliados, es que Xóchitl Gálvez será la candidata de Va por México, hoy y para efectos de burlar la Ley electoral, Frente Amplio por México, y que Luis Donaldo Colosio Riojas no será candidato a presidente por Movimiento Ciudadano.
De hecho, por alguna ranura en el tóxico sistema político mexicano entró la sensatez precisamente en la persona de Colosio Riojas. Hace unos días en un encuentro en la Universidad de Monterrey, ciudad de la cual es alcalde, en el foro Nueva Generación, nueva política, Luis Donaldo Colosio Riojas, dio tres razones para no ser aspirante a la candidatura a la presidencia de la República por Movimiento Ciudadano.
A sus 38 años de edad, demostró tener mejor juicio, además de madurez y prudencia, cualidades que suelen perderse en los integrantes de la clase política, particularmente en el contexto de una carrera por conquistar los puestos de elección popular, especialmente, ocupar la Silla del Águila.
Mientras en su propio partido la lucha de egos, soberbia y negociaciones, ha partido en gajos la naranja, con la salida de Enrique Alfaro, minimizada por el líder moral, Dante Delgado, quien incluso se ve como candidato presidencial, Colosio Riojas, dio muestra de su serenidad, incluso para los conflictos internos de los cuáles se mantiene al margen.
Más adentrada en el ámbito personal y familiar su tercera razón para no escuchar el canto de las sirenas de las casas encuestadoras que lo ubican como un candidato competitivo para el 2024, vale la pena releer sus dos primeras justificaciones para no buscar la candidatura a la presidencia de la República:
“La primera de ellas es porque no es el momento adecuado, no nos olvidemos de que tengo muy poco tiempo de haber ingresado a lo público; hay muchas cosas que necesitan madurar, empezando por mi persona, necesito madurar en muchos aspectos de mi vida como padre, como esposo, como amigo, por supuesto que como servidor público, y hay que saberlo reconocer, este es un proceso de maduración de aprendizaje y sobre todo de construcción de equipos, un equipo que realmente pueda tomar una responsabilidad de ese tamaño, con quien se pueda planear un buen proyecto político y sobre todo técnico…”.
Evocan dichas palabras la calentura de muchos, que, tanto en el frente opositor como en el frente oficialista, encontraron un espacio para creer que podían ser, sin tener de facto un proyecto de nación, un equipo, un compromiso, simplemente la oportunidad de estar ahí, como en el pasado lo hicieron dirigentes del PAN, de Morena, secretarios de estado de gobiernos priístas, y hoy lo hacen quienes se dicen favoritos del presidente, carnales, o aliados.
La propia Xóchitl Gálvez hace tres meses aspiraba al gobierno de la Ciudad de México, y la no apertura de las puertas de Palacio Nacional, solo ese hecho, la “catapultó” hasta lograr quedarse sola en una competida carrera desde la oposición. En tratándose de Morena, el caso es harto similar, Gerardo Fernández Noroña, Manuel Velasco y el propio Ricardo Monreal, quienes aspiraban a cargos menores, no tuvieron la sensatez para poner oídos sordos a las alabanzas de un reducido grupo que consideró, que, perdiendo, podían ganar algo. O participar para hacer un juego democrático de una selección ya cantada.
La segunda razón de Colosio Riojas: “Porque no quisiera ser yo la persona que divida una oposición que tiene genuinas intensiones de recalibrar el rumbo de México, no voy a entrar a esas riñas inconsistentes, respeto mucho a Movimiento Ciudadano, es la plataforma en la que pretendo quedarme para hacer mi carrera política durante el tiempo que continúe haciendo mi carrera política, pero no voy a ser artífice de la división de una oposición, sería irresponsable”.
Ojalá en MC retumbaran las palabras del alcalde de Monterrey pues, en el preámbulo electoral, las huestes naranjas se están dividiendo, acabando con la posibilidad de obtener el deseado poder en la representación legislativa del 2024, para convertirse en el fiel de la balanza, porque seguro que, apelando a su no demostrada sensatez, en el fondo saben, que con el 3, 4, 5 por ciento que como partido tienen en intención del voto en las encuestas realizadas, no les alcanza para ganar la elección presidencial, con todo que Colosio pueda superar los 20 puntos y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, llegar a los 12.
El propio Dante Delgado ha decidido contribuir a esa división interna de la que reflexiona, no será parte ni artífice Colosio, al minimizar la participación y el peso político de su gobernador en Jalisco, Enrique Alfaro. No es ignorando como se construye, ni siquiera en política, sino atendiendo las causas de la división para evitarla.
Pero nada, la sensatez es una cosa rara en política, y ahí está el entramado actual, tanto en la oposición como en el oficialismo, con un presidente que promueve candidatos desde Palacio Nacional, y, que con una enorme soberbia se compromete a entregar un bastón de mando sin la participación del pueblo, al que presume defender, y el que le debe el apoyo por los programas sociales, como en algún momento lo reflexionó.
Información tomada de www.sinembargo.mx