No lamas al sapo del desierto de Sonora, advierten autoridades

El Servicio de Parques Nacionales (NPS) advirtió a través de Facebook que si ves a un sapo del desierto de Sonora no debes lamerlo, aunque te provoque.

ESPECIAL, nov. 7.- Este anfibio, también conocido como el sapo del río Colorado, se encuentran en todo el suroeste de Estados Unidos y se reconoce por tener “glándulas parótidas prominentes que secretan una toxina potente”.

Es uno de los sapos más grandes del mundo y su nombre científico es Incilius alvarius, antes conocido como Bufo alvarius.

Sus glándulas parótidas ubicadas detrás de los ojos emanan una sustancia usada en rituales espiritistas porque tiene diversos químicos y compuestos psicoactivos entre los cuales se han encontrado 21 alcaloides incluidos 5-MeO-DMT y bufotenina.

¿Para qué buscan al sapo del desierto de Sonora?

Algunas personas absorben la secreción de los ojos, boca, nariz y glándulas del sapo para fines espirituales o como terapia para reducir enfermedades psiquiátricas, aunque no hay evidencia científica que lo apruebe.

La toxina también suele ser fumada en pipa o inhalada en vaporizadores para causar alucinaciones auditivas y euforia. Su consumo puede producir graves problemas de salud y la muerte. De acuerdo con el Museo del Desierto de Arizona-Sonora estas secreciones pueden matar a un perro adulto.

Un estudio investigó sobre el uso de este ritual en los códices precolombinos, libros de misioneros y conquistadores y determinó que “no existe evidencia literaria sobre la tradición de uso ritual de Bufo alvarius. Los rituales organizados en el último tiempo son productos basados en la invención neo chamánica”.

La práctica comenzó a extenderse en la década de 1980 en los grupos espirituales new age y actualmente se vincula con una tradición cultural en indígenas del desierto de Sonora, en México.

La secreción del sapo es altamente peligrosa cuando se combina con otros psicoactivos ancestrales como el ayahuasca o el iboga.

En junio de 2020 Nacho Vidal, un exactor de porno español, fue detenido y acusado de homicidio imprudente por organizar un ritual místico con inhalación de vapores de toxinas de sapo en su casa causando la muerte de José Luis Abad, un fotógrafo.

Por su parte, el exboxeador Mike Tyson confesó en 2021 a New York Post que fuma el veneno del sapo del desierto de Sonora y los cría en su rancho ubicado al sur de California.

“En mis viajes he visto que la muerte es bella. Tanto la vida como la muerte tienen que ser bellas, pero la muerte tiene mala reputación. El sapo me ha enseñado que no voy a estar aquí para siempre. Tiene fecha de caducidad”, expresó.

eltiempolatino.com

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