Ramón Antonio Quintero: una peregrinación de fe y gratitud a la Guadalupana

Por Quetza Valenzuela

NAVOJOA, Sonora, dic. 13 (NPN).- Por amor y fe Ramón Antonio Quintero, vecino de la colonia Beltrones, realizó ayer una emotiva peregrinación al Cerrito de la Virgen para agradecer un milagro que cambió su vida: el nacimiento saludable de su hijo.

“Es una manda que estoy haciendo para darle gracias a la virgen que está bien mi hijo, nació bien y que mi familia está bien”, expresó.

Este hombre, conocido por recorrer las calles vendiendo frituras en su triciclo, decidió llevar su devoción a otro nivel al adaptar un altar en su vehículo para la Virgen de Guadalupe en un altar rodante.

El triciclo de Ramón Antonio, su herramienta diaria de trabajo, se transformó en un símbolo de gratitud y fe, dijo y en el lleva la imagen de la Virgen, este altar móvil acompañó su recorrido desde la colonia Beltrones hasta el emblemático Cerrito de la Virgen.

Durante su camino, los vecinos y transeúntes mostraron admiración y respeto por su gesto, algunos acercándose a compartir palabras de apoyo o incluso a rezar junto a él o bien a comprarle sus productos.

Ramón compartió que su devoción nació del agradecimiento profundo hacia la Guadalupana, ya que su hijo llegó al mundo sano y salvo. «Prometí que, si todo salía bien, iba a venir hasta aquí para darle las gracias.

“Esto es lo menos que puedo hacer por todo lo que ella hizo por mi familia», expresó con emoción.

A pesar de las dificultades económicas, Ramón Antonio no solo se dedica a sostener a su familia con la venta  de frituras, sino que también demuestra que la fe puede convivir con la rutina diaria.

«Mi triciclo no solo lleva comida, también lleva esperanza y agradecimiento», afirmó.

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