En memoria de Don Jorge Ernesto Serna Valenzuela

Información de: www.termometroenlinea.com.mx

NAVOJOA, dic. 26.-100 años, Serna, 50: doble celebración Desde que se abrió la primera estación de radio en Sonora en 1934 (la XEHF, de Nogales) hasta la entrada de la televisión a principios de los sesenta, la radio no tuvo competencia. Se convirtió en el medio de comunicación social más influyente, con profesionales muy competentes, y con una influencia notable en la vida social, política, económica y cultural de las comunidades.

En la región del Mayo, la primera estación que abrió sus puertas en Navojoa fue la XEDL de Benjamín Vidal en 1937, pero al tiempo se la llevaron a Hermosillo -porque no sintieron que fuera buena plaza-. En 1940 Don Fausto Gómez saca al aire a la XEGL que empezaría a funcionar normalmente a partir de 1941. Vendría después la creación de la XEKE (1956), la XENS (1960), la XHVJS (1979) que después se transformaría en la Ke-Buena, Radio Lobo (1992) de Huatabampo, la XENAS (1996) y finalmente la radio indigenista XETCH (1996) llamada también La voz de los tres ríos ubicada en el municipio de Etchojoa.

Las cosas empezaron a cambiar con la instalación de las antenas de microondas para televisión en el cerro de Masiaca. A finales de los sesenta, la expansión de la televisión se sintió fuerte.

En impacto popular registrado entre la muerte de Pedro Infante (1957), la de Javier Solís (1966) y el ciclón Liza (1976), abonaron en la presencia diaria de Jorge Ernesto Serna Valenzuela en la radio regional del Valle del Mayo, en la XEGL primero, y en la XEKE después, porque creó un estilo muy particular; innovó la programación, fomentó la participación de la gente en los programas, actualizó su formación profesional y con todo, ha sobrevivido en 50 años de ejercicio profesional en la medianía económica con austeridad, y un estilo de vida sencillo entre Navojoa, Huatabampo y la Playa del Bachoco.

Serna, que en su momento fue calificado como el locutor más joven de México, estaba de origen relacionado con el medio por una vocación natural desarrollada inicialmente en Huatabampo, y por su entrenamiento previo a su examen de certificación

Jorge Ernesto nació en Huatabampo un 25 de mayo de 1941. Hijo de Francisco Serna Gómez y Blanca Valenzuela, hermana del célebre taxista Don Silverio “Chachón” y nieto del no menos célebre Don Pedro Serna (allegado al general Obregón) y Antonia Gómez, familias todas de acendrada estirpe regional, entre la comunidad de “la línea” y la cabecera municipal de Huatabampo.

Jorge Ernesto jovencito era una presencia distinguida siempre en la casa de su tía Elena (Chata) Valenzuela, la única de la familia donde se contaba con aparato de radio. Ahí durante el día sintonizaba las escasas estaciones locales; pero se adentraba después de las siete de la noche en la señal de las estaciones XEW, XEB y XEX de la Ciudad de México, que a esa hora se empezaba a registrar en la región. Eran los tiempos del rizámetro Bimbo, de los programas cómicos como el cochinito de Pepe Ruiz Vélez, de los comentarios de Nemesio García Naranjo, de Noches tapatías, el Beisbol del Mago Septién y los interminables agarrones, los concursos del doctor IQ, y  la inquietud de un gran número de vecinos de los pueblos por conocer de primera mano los resultados de la lotería nacional, que se transmitían en vivo desde el viejo edificio de Reforma.

Con dificultades y penurias, Serna cursó algunos años (primero, quinto y sexto) en la vieja escuela primaria Álvaro Obregón de Huatabampo, el resto lo haría en la escuela Calleja de Ciudad Obregón. Recomendado por su amigo y vecino Modesto León, complementó su formación en la recordada academia comercial Otero, lo único que había por aquellos años en el pueblo en lo relativo a la formación para el trabajo, después de la primaria.

Observando sus tempranas inquietudes de locutor y conocedora como pocas de la naturaleza humana, su tía Chata le escribió a su primo locutor Sergio Anaya Valenzuela, quien entonces trabajaba en Ciudad Obregón en la estación XEHO de don Felipe García de León Escobar, para recomendarle a su sobrino Jorge. La recomendación funcionó de inmediato y Serna empezó: Se inició como mandadero, cuidaba la antena en la planta transmisora cerca de Esperanza a donde Don Felipe iba por él todos los días antes de las tres de la tarde. Su constancia propició que le dieran permiso de 6 a 6:15 de la mañana de operar la radio en su patrón de ajuste. Apoyado por Anaya inició lo que sería la preparación para el examen de acreditación de locutor profesional que en esos tiempos se presentaba en la antigua Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) en la Ciudad de México.

Entre sus tías y hermanos le acabalaron los 300 pesos requeridos para que viajara a México en camión a presentar el examen. Serna recuerda con emoción su primer contacto con la gran ciudad y sus visitas a la XEW. Pasó bien su examen y recibió la licencia de locutor el 17 de junio de 1957. Comenzó sus labores  en la XEHO de ciudad Obregón. Ahí duraría 9 meses, porque le dio por iniciar la formación de la sección local del STIRT junto con René Delgadillo y otros compañeros. No era esa una época de buena relación entre los sindicatos y el gobierno (por los líos de ferrocarrileros y maestros), así que Serna sería relevado poco después de su trabajo a los nueve meses de haber empezado y cuando apenas cumplía los 17 años de edad, sin embargo, ahí sembró la semilla de lo que después sería la delegación regional del sindicato de trabajadores de la radio.

Fue en el período de gobierno de Rafael Almada en 1958 que se trasladó a Navojoa y consiguió trabajo en la XEGL. Serna trabajó con don Fausto Gómez de 1958 a 1971. Fueron célebres sus entrevistas a los artistas de las “caravanas corona”, sus programas de aficionados que aportaran tantos valores regionales, también los llamados jueves a go-go, los buscados programas de complacencias, la controvertida “hora de los novios”, que hubo de suspenderse por las expresiones anónimas de los que hablaban para dedicar: “de parte de quien ya sabe”.

En ese tiempo, Se combinaba la programación local con la transmisión de radionovelas afamadas como la casi eterna de Chucho el Roto, San Martín de Porres, El ojo de vidrio, Kalimán, Corona de lágrimas y el programa cómico La tremenda corte, entre otras, que desaparecerían tiempo después ante la invasión de la telenovelas, que acabaron casi de tajo con la imaginación constructiva del radioescucha que daba vuelo a sus sueños, y a su creatividad para dar paso al mundo ideal de las imágenes televisivas donde todo aparenta ser perfecto.

Fue en 1971 cuando Serna llega a los micrófonos de la XEKE de Don Joaquín Terminel, dueño original también de la estación XENS. Ocho años más tarde en 1979 empezaría con el programa Buenos días Navojoa, tomando como punto de partida principal las noticias de el Informador del Mayo, primero con media hora, después la hora completa, posteriormente 2 hasta llegar a las tres horas continuas de transmisión de 7 a 10 de la mañana, en las que el 80% del tiempo lo ha dedicado a la atención de la gente y sus principales preocupaciones en relación con el gobierno, los servicios públicos, así como las actividades sociales, culturales y deportivas.

¿Qué tenían los locutores formados antes que desarrollaron tanto raiting y tantos seguidores? En primer lugar nunca fueron gritones ni vulgares, respetaban al público y tenían sin lugar a dudas, vocación, sensibilidad, sencillez, carisma y talento para saberle llegar a la gente. Muchos no ganaron dinero -dado que la profesión ha sido siempre de las más mal pagadas de México, porque se vaciaron los contratos colectivos al contrato ley y se uniformaron los salarios- pero criaron prestigio y buscaron opciones laborales en otras como maestros de ceremonias, ventas, estudios de grabación, relaciones públicas, comisionistas y publicistas para completar el gasto.

Los casos de Serna, Enríquez Valle, Córdoba Guirado, Luis Felipe García de León, Pepe Chuy Palacios, Fausto Soto Silva y Cristóbal Paraskevas, por aludir sólo a algunos que han consagrado su vida frente al micrófono (entre 50 y más años) son dignos de mención y de reconocimiento. No se puede dejar de lado la gran influencia y las aportaciones que han realizado para orientar a la opinión y fortalecer la cultura cívica en el Sonora de la alternancia en sus primeros cuarenta años. Por esto, muchos de ellos son controvertidos, admirados y criticados; pero ninguno de ellos señalado de corrupto o falto de profesionalismo.

En su ejemplo podrían abrevar las nuevas generaciones de comunicadores para evitar la debacle a la que han llevado a una parte considerable de la radio, que no respeta ni las normas mínimas del lenguaje y mucho menos la expresión correcta en nombre de “lo que la gente quiere” (sic). Cuando le preguntaron a Ilía Ehrenburg por los jóvenes poetas rusos dijo: “todos quieren ser como Boris Pasternak pero sin sufrir […] todo el mundo quiere ser lo que es pero sin pagar ningún tipo de peaje, ni la incomodidad, ni la antipatía frente a otros, conservando todas las amistades y sin ningún problema”, y eso no es posible aquí y en ninguna parte. Jorge Ernesto Serna cumplirá 50 años frente al micrófono el próximo mes de junio. Quienes lo conocemos lo observamos como un hombre honesto y pensamos que por su salud física y espiritual, él mismo siente una vocación realizada a través de su profesión, de su familia y el disfrute de la vida en la sencillez de su propio estilo. 100 años de Navojoa sí; pero también los primeros 50 de Serna. ¡Salud!

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