«Soy inocente»
Una historia de datos abiertos
Lectora, lector, lectores: te entrego aquí algunos textos de Mario Aburto Martínez quien está a punto de conseguir una sentencia que lo dejará libre en 2024. El Primer Tribunal Colegiado de Apelación dejó sin efecto la condena de 45 años que le dictaron por ser el asesino “confeso” de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial del PRI en 1994. Ahora espera otra que se apegará al marco jurídico de Baja California y que será sólo de 30 años. Mario Aburto ya pasó 29años en prisión.
Vale ahora desempolvar sus escritos. Porque a través de ellos, sostuvo su inocencia. Pero además describió cómo la presión política le robó la voluntad.
Con todo, que la realidad te sea leve y vivas grandes días.
LRF
La LLave Maestra
Una historia de datos abiertos
Caso Colosio: así lo cuenta el asesino “confeso”
Entre 1994 y 2000, Mario Aburto Martínez se dedicó a escribir fábulas a través de las cuales relató lo que ocurrió después de que fue acusado de disparar en contra de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la Presidencia
Por Linaloe R. Flores
(La Cerradura).- Si se revisan los cuatro tomos del Informe de la Investigación del homicidio del licenciado Colosio Murrieta, elaborado por la Subprocuraduría Especial para el caso, Mario Aburto Martínez se asoma con un solo dicho:
“Soy inocente”.
Lo dijo en 1994 en una carta que le dirige a su familia, contenida en el tomo I:
“… Los internos del Penal creen también en mi inocencia. Y la gente afuera también cree en mí, porque saben perfectamente bien que soy inocente. Sólo unas cuantas gentes que le conviene seguir viéndome como culpable y seguir haciéndome culpable de un delito que no cometí (SIC)”.
Lo dijo en las 12 fábulas y decenas de cuentos que escribió entre 1994 y 2000 y que están contenidas en el tomo II del expediente Colosio. El chivo, el búho, la tortuga, el camaleón, el gusano, el cerdo, el pato, las hormigas, el topo, la víbora y el zopilote son algunos de los protagonistas de sus relatos. Los juicios y las injusticias son las circunstancias. La libertad (siempre una justicia divina que llega a poner orden y brindar libertad) es la moraleja.
Los psicólogos contratados para el caso Colosio, dudaron de la autoría de esos cuentos y los calificaron como “lejanos a las reglas de la literatura”. Pero a la vez, los mismos analistas reconocieron la insistencia del interno en decir que es inocente.
A través de sus fábulas, Mario Aburto indica que recibió presiones de “infinidad de gentes” de diferentes ámbitos:
“Presidentes, congresistas, legisladores de diferentes partidos (…) Gobernantes del Estado”.
Así quedó asentado en El Autor Material, un capítulo del expediente Colosio, que continúa como un testimonio del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, uno de los episodios más traumáticos de México que aún no encuentra cura.
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