¿Qué se sabe de la alerta de extinción de la vaquita marina?

ESPECIAL, ago. 9.- En el transcurso de dos décadas, entre 1997 y 2017, se perdió aproximadamente el 95% de la población de la vaquita marina y, a pesar de los intentos por proteger a esta especie endémica de México, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) ha emitido una alerta de extinción en la que señala que su desaparición es prácticamente inminente.

El organismo señaló que el declive de esta especie continúa a pesar de se tienen identificadas cuáles son las prácticas humanas que provocan su muerte y las soluciones a esta problemática. ”La extinción de la vaquita es inevitable a menos que el 100% de las redes de enmalle se sustituyan por alternativas que protejan a la vaquita y el sustento de los pescadores”, se explicó en un comunicado.

El panorama es complicado ya que desde 2017 la administración de Enrique Peña Nieto prohibió el uso de este tipo de redes, que son la principal amenaza para esta marsopa, pero en los años posteriores se realizaron hallazgos de cadáveres con marcas que demuestran que las vaquitas marinas siguen siendo víctimas de la pesca incidental. Además, a partir de 2019 hubo un recorte significativo al presupuesto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).

¿Cuántas vaquitas marinas quedan en 2023?

De acuerdo al Crucero de Observación de Vaquita 2023, en el que participaron la organización Sea Shepherd y la CONANP, en mayo se avistaron entre 10 y 13 ejemplares, incluyendo una cría recién nacida. “Esta es la noticia más alentadora sobre la intervención humana para salvar a las vaquitas. Los resultados de la encuesta de mayo de 2023 proporcionan pruebas claras de que este tipo de protección debe ampliarse para cubrir más zonas de alto uso de las vaquitas restantes”, explicó la Dra. Barbara Taylor, líder de la investigación.

Este optimismo también lo comparte World Wildlife Fund México (WWF), aunque con cautela, “estos números muestran la resistencia de la especie y dan razones para creer que no es demasiado tarde”, dijo la organización en un pronunciamiento ante la alerta de extinción de la CBI. “WWF reconoce la voluntad y los esfuerzos de varias partes interesadas involucradas en la protección de este cetáceo endémico y en garantizar los medios de vida de las comunidades pesqueras locales. Sin embargo, continuamos haciendo llamados para el uso de métodos de pesca alternativos dentro de su hábitat central y enfatizamos la importancia de salvar a la especie”.

Las principales razones de su desaparición

La extinción de la vaquita marina está directamente relacionada con la pesca ilegal de la totoaba, que comparte hábitat con la marsopa mexicana. Conocido como el “pez más caro del mundo”, este ejemplar es codiciado por su vejiga natatoria, la cual se extrae y se exporta a China y otros países asiáticos, donde el precio por un kilo puede alcanzar los 100.000 dólares. Se cree que este ingrediente tiene propiedades medicinales, y su búsqueda ha llevado al borde de la extinción a la vaquita marina, ya que el cetáceo queda atrapado en las redes de enmalle e inevitablemente se ahoga. Otras especies como tiburones, tortugas y ballenas también son amenazadas por este tipo de pesca.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado el compromiso del Gobierno por proteger a la vaquita marina, sobre todo después de que se amenazara a México con sanciones comerciales en el marco del Tratado de Libre Comercio (TMEC). “Se están cuidando y hay constancia de que se conserva [la vaquita marina], incluso de que se están reproduciendo en los últimos tiempos”, aseguró el mandatario en una de sus conferencias matutinas.

Sin embargo, especialistas siguen escépticos a la efectividad del Gobierno mexicano para contrarrestar la tasa de mortalidad de la vaquita marina. “En más de 30 años los gobiernos no han podido implementar una estrategia certera. A dos años de la administración federal 2018-2024, el panorama para la vaquita marina, la totoaba y el sector pesquero del Alto Golfo es incierto y siguen quedando más preguntas que respuestas”, fue la postura del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) en un informe.

Por Sara González

elpais.com

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