El músico alamense Arturo Márquez, creación y tecnología

CIUDAD DE MÉXICO, jul. 9.- El 24 de junio coincidimos con Arturo Márquez (1950) en Chiapas. Acaba de recibir un Honoris Causa por parte del rector Juan José Solórzano Marcial de la Universidad de Ciencias y Artes. Reflexionamos ampliamente sobre lo que está sucediendo hoy, cómo se observa el horizonte, los retos, la realidad actual para los creadores, el porvenir de las orquestas y la música.

En Proceso (2430) hice una reflexión sobre los efectos inmediatos de la Inteligencia Artificial en la música y, coincidentemente, en el recién conversatorio y discurso de Arturo Márquez en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), expresó las inquietudes universales que muchos creadores estamos experimentando sobre la incidencia de la tecnología en las artes.

Hace 50 años éramos un grupo de artistas rebeldes en medio de la revolución cultural, buscando caminos inéditos y una voz libertaria. Hoy nos enfrentamos a nuevos retos, la evolución de nuevas herramientas a los procesos inventivos y lenguajes musicales: ¿Cómo escapar a los totalitarismos que buscan uniformar las corrientes estéticas y controlar a los creadores con la mercadotecnia y la reducción de apoyos esenciales para desarrollar su trabajo?

En algún lugar del tiempo la relación incidental norte-sur con el maestro Márquez tiene muchos puntos de encuentro. Cincuenta años de amistad y el transcurrir por muchas etapas: la experimental, la música contemporánea, post-vanguardia, el atonalismo, la estridencia y utilidad de las disonancias, y la redefinición hasta llegar a lenguajes personales diversos. Coincidimos en que uno de los logros significativos y quizá el más importante es la conquista de la libertad de los creadores actuales para expresarse y elegir el lenguaje individual más acorde para lo que quieren decir hoy en día.

Recordamos con Arturo aquella solidaridad gremial, cuando la Sinfónica Nacional nos encargó a cinco compositores una obra de estreno para su temporada de otoño; todos nos apoyamos copiando las partichelas porque no contábamos con recursos para contratar copistas, y aún no incidían los programas de las computadoras.

Esos detalles cuentan y edifican amistades duraderas; decía García Márquez: “Cuando éramos más jóvenes, más pobres y más felices”.

La célebre arpista Lidia Tamayo, compañera del compositor en esos años, fue otro coincidente encuentro por las raíces chiapanecas de su familia.

Esta vez, en pleno 2023, para concluir la ceremonia de entrega del Honoris Causa, la llamada Filarmónica de Marimbas, un ensamble que reúne esos instrumentos fabricados en todo el mundo y que fuera promovida en sus inicios por la virtuosa percusionista japonés Keiko Abe, realizó una interpretación de arreglos que reúnen lo académico y lo popular.

La Facultad de Música de UNICACH ha realizado un trabajo significativo en el departamento de percusiones, bajo el liderazgo de Israel Moreno y la orientación del Maestro en Artes Miguel Pavía –quien ha redundado en su inclusión en varios Festivales Internacionales.

En nuestro presente inmediato, ¿cuál será el impacto de los algoritmos en la música, el aprendizaje profundo de AWS para archivar la biblioteca de contenido multimedia, las herramientas de Machine Learning que etiquetan, describen y clasifican contenidos?

Sin duda de gran utilidad, siempre y cuando sean herramientas que auxilien a los creadores en el destino final de las obras y su realización.

Información de www.proceso.com.mx

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