Habilidades socioemocionales
Perspectiva
Por Moisés Gómez Reyna
Los efectos de la pandemia en la educación fueron de alto impacto, pues está documentado que además de perderse meses de aprendizaje en las aulas, un porcentaje importante de alumnas y alumnos padecieron problemas socioemocionales como el estrés, la ansiedad y la depresión.
Estos problemas no se quedaron en casa, y con el regreso a las aulas, aumentó la deserción escolar y se obstaculizó el desarrollo de aprendizajes cognitivos por medio de la experimentación, la colaboración, el descubrimiento o la simple observación.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) elaboró recientemente un sondeo, el cual abarcó a casi dos mil estudiantes y sus tutores, y concluyó que a pesar de que la mayoría de los padres de familia percibieron una mejoría en la actitud de sus hijos al regresar a las aulas, algunos alumnos describieron sentir mucha ansiedad de regresar a la escuela, así como nerviosismo y presión por su desempeño académico.
Para contrarrestar este impacto negativo de la pandemia, señala el organismo, es fundamental que el sistema educativo nacional considere el desarrollo de habilidades socioemocionales entre los estudiantes mexicanos.
En 2017, la Secretaría de Educación Pública (SEP) incorporó a la currícula obligatoria la materia de Educación Socioemocional y diseñó estrategias de aprendizaje para su enseñanza transversal. Por desgracia, el IMCO advierte que la transformación educativa que impulsa la actual administración federal podría implicar un retroceso en esta materia.
Subraya que en su análisis del nuevo plan de estudios de educación básica, que arrancará en agosto de 2023, no encuentra claridad sobre cómo se promoverá el aprendizaje socioemocional.
El desarrollo de habilidades como la empatía, el liderazgo, la determinación o el trabajo en equipo, recalca, es tan importante como aprender sobre el lenguaje, las matemáticas o la ciencia.
De acuerdo con el Banco Mundial, los estudiantes que desarrollan habilidades socioemocionales alcanzan niveles de escolaridad más altos, participan más en el mercado laboral y tienen mayores probabilidades de mantener un empleo.
A diferencia del modelo educativo actual, el nuevo plan no parte de un diagnóstico sobre las necesidades socioemocionales de las comunidades educativas que surgieron tras la pandemia.
Por otra parte, aunque se considera la importancia de dichas habilidades como parte de la identidad, el nuevo modelo carece de una interpretación propia sobre estas habilidades.
Tampoco contempla incluir en su campo formativo a la educación de nivel medio superior, ni detalla las herramientas prácticas que se otorgarán a los docentes para su enseñanza desde preescolar hasta secundaria.
Para garantizar que los estudiantes sean competitivos en el mercado laboral en un futuro y revertir el impacto socioemocional que ocasionó la pandemia, entre otros aspectos el IMCO propone:
a) Incorporar claramente las habilidades socioemocionales en el nuevo plan de estudios para que estén presentes de manera transversal entre materias, así como entre niveles educativos, con el objetivo de favorecer el desarrollo integral de los niños y niñas desde la temprana edad.
b) Priorizar la capacitación y formación de docentes y directivos en materia de aprendizaje socioemocional para garantizar que cuenten con las herramientas necesarias para comprender y poner en práctica las habilidades socioemocionales en las aulas.
c) Brindar herramientas a las madres y padres de familia para promover el aprendizaje socioemocional fuera de las aulas.
No es tarde, aún se está a tiempo de corregir el nuevo plan de estudios, a fin de garantizar el desarrollo emocional y profesional de nuestros estudiantes.
Twitter: @gomezreyna