‘La Barbie’ confesó que era soplón para la DEA

Édgar Valdez Villarreal insistió en que buscaba entregarse a las autoridades, pero agentes estadunidenses le pidieron seguir operando dentro del Cártel de los Beltrán Leyva.

CIUDAD DE MÉXICO, dic. 10.- Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, aseguró que desde Estados Unidos se le pidió que se mantuviera dentro del Cártel de los Beltrán Leyva e hiciera lo que tenía que hacer dentro de la organización, mientras éste lideraba una ruta de cocaína colombiana hacia ese país y generaba una ola de violencia en su guerra contra Los Zetas y, al mismo tiempo, daba información sensible de los altos mandos del cártel. Era un informante, un topo, un canario.

Aunque no se establece la fecha específica, de acuerdo con la transcripción de la sentencia de la Corte del Distrito Norte de Atlanta, Georgia, a cargo del juez William S. Duffey, durante dicha audiencia de sentencia de La Barbie, en 2018, se reveló que desde 2004 el narcotraficante ya era un canario de las agencias de inteligencia estadunidenses. Su canto había ayudado a que detuvieran en una ocasión a Joaquín El Chapo Guzmán y a que la Marina identificara y abatiera a su amigo, Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.

“Quiero decir, no es excusa lo que estoy diciendo… sólo estoy diciendo lo que el gobierno decía, que yo me iba a entregar, y hay una carta del gobierno diciendo: ‘Detente y sigue haciendo lo que tengas que hacer’”, dijo Valdez ante el juez que, más tarde, le impuso una sentencia de 49 años de prisión.

La Barbie intentaba explicar que, si bien había cometido crímenes serios, narcotráfico y lavado de dinero, esto ocurrió en parte por solicitud de las autoridades estadunidenses:

“Acerca de lo que estaba escuchando, no pasé por encima de ellos solamente para entregarme, era de mi interés entregarme, y el gobierno tiene prueba de ello, porque enviamos una carta demostrándolo, y ellos me dijeron que esperara. Y tenemos prueba de ello”.

Valdez Villarreal detalló que Estados Unidos quería enviar un mensaje a otros miembros de los cárteles mexicanos a través de su historia: “que quieren enviar un mensaje a la gente en los cárteles mexicanos y todo eso, quiero decir, es cierto, y también pueden enviar el mensaje de que el gobierno quiere cooperar, para que puedan detener todo esto, las drogas y los asesinatos allá en México.

La Barbie se mostró arrepentido, sin embargo, aseguró que algunos de los señalamientos que se hicieron en su contra eran falsos. Por ejemplo, que su emporio criminal nunca alcanzó los 600 kilos de heroína traficados a la semana y que nunca había asesinado a nadie: “yo, en mis 44 años, nunca he asesinado a nadie. Hay muchas personas siendo asesinadas, pero yo nunca he asesinado a nadie”, aseguró.

Ese día, además de que se descubriera que La Barbie era un infiltrado, el narcotraficante se declaró cristiano y pidió perdón por sus crímenes a su familia; incluso dijo que quería ser mentor de otras personas con el fin de prevenir el uso de drogas.

“Hablo de mi vida y la uso como un ejemplo para otros, y acompaño a otros y les muestro que una vida en drigas te llebará a prisión o a la muerte. Si se me da la oportunidad, quiero ser mentor de niños y jóvenes en materia de las consecuencias de las drogas. No quiero ni siquiera ver que alguien más cometa los errores que yo cometí.”

La Barbie, convertido al cristianismo y después de haberse puesto a disposición de las autoridades de Estados Unidos para colaborar en futuros casos, con una reducción de condena de por medio, aseguró que él y su familia se habían vuelto blanco de sus ex colaboradores y líderes de cárteles que lo veían como un traidor, aunque seguía convencido en que convertirse en un informante fue la mejor elección: “sé en mi corazón que he hecho lo correcto, y sé que Dios ha liberado mi vida por mayores razones”, dijo el narcotraficante.

Hoy, el canario podría estar fuera de la jaula para volver a cantar. Hace más de una semana se hizo público que ya no se encuentra bajo custodia de la autoridad penitenciaria federal de Estados Unidos, y el juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, vinculado al Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, está a poco más de un mes de comenzar.

Por Ángel Hernández

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