La batalla por el agua en Sonora: Ganaderos contra minera en Cananea

Sep. 3.- En la lucha por el agua que mantienen pobladores de los municipios de Bacoachi y Cananea, ubicados a 37.2823 y 33.554 millas, respectivamente, de Naco, Arizona, localidad por donde es más cerca de llegar a estos municipios de Sonora, México; el ganadero Ignacio Gudiño Salazar denuncia a Grupo México de utilizar el agua para recurso humano y para habitantes de la región en la actividad minera.

Grupo México es una empresa que explota cobre con fines de exportación a través de la mina Buenavista del Cobre, que se encuentra en Cananea. En esta región de la Sierra Madre Occidental también extrae otros metales y elementos geológicos y es señalado por haber ocasionado el desastre ambiental más grande de la historia en México.

De lo anterior se tomó nota el 6 de agosto de 2014, cuando se reportó el derrame de 40 mil litros cúbicos de sulfato de cobre acidulado y otros metales en los ríos Bacanuchi y Sonora, afectando con ello a siete poblaciones y más de 22 mil personas.

Desde el paro instalado en la Carretera 89, en el punto conocido como Cañón de Evans, a casi 10 millas de Cananea, rumbo a Bacoachi, Gudiño Salazar dijo para Conecta Arizona que se encuentra en ese lugar debido a la sequía y escasez de agua que le afecta en su actividad de pequeño ganadero.

El problema se debe a que “la compañía comenzó a extraer agua y los mantos -acuíferos- se fueron para abajo”; su permanencia pacífica en este lugar, que es bajo un gran árbol, del que sostienen una lona que los protege del sol, la lluvia y el viento, y donde tienen mesas, sillas y un par de hornillas donde calientan agua para preparar café y algunos alimentos, además de los que llevan listos, es para no permitir el paso de las pipas que transportan agua a la mina Buenavista del Cobre.

Dijo que permanecer en el lugar tiene el objetivo “de detener que nos siga robando el agua Grupo México”.

Ignacio Gudiño es un hombre de la tercera edad, al momento de la entrevista vestía un pantalón de mezclilla azul, una camisa manga larga y sombrero para protegerse del sol, así como también un cinto con una hebilla grande con la figura de un caballo montado por un jinete haciendo una suerte de rodeo, o de hombre del campo, como él.

Detalló que su presencia en el paro, que se instaló desde el día 6 de junio de 2024, es para evitar que sigan pasando entre 50 y 60 pipas a diario, como ya ocurrió el 9 de julio. “Y no era un sólo viaje, eran ocho o diez por pipa, y es lo que no queremos, que nos sigan robando el agua. Nosotros decimos robo”.

El martes 9 de julio, las personas que han estado en el paro a un lado de la carretera, junto a un vado, donde tienen colocados conos de color naranja para que los usuarios de la vía reduzcan la velocidad, bloquearon el paso de las pipas que trasladaban agua a Cananea, para ser utilizada en la mina.

Quienes empatizan con este movimiento social y acciones en defensa del agua, narran que originalmente había ocho personas en el Cañón de Evans, donde no hay señal de telefonía, por lo que alguien tuvo que subir un pequeño cerro que cubre una parte de este improvisado campamento, donde sí es posible captar la señal, para anunciarlo a la comunidad organizada, que acudió al llamado en el tiempo que fue posible. Llegaron alrededor de 200 personas. Como indicó en una entrevista previa la activista ambientalista cananense Micaela Vera.

¿A usted, personalmente, de qué manera le afecta?

Me afecta la ganadería. Yo tengo poquito ganado en pequeña escala, soy ejidatario. Pero sí me afecta porque los pozos que nosotros usamos para abrevadero del ganado están muy bajos.

¿Y cómo remedia usted la escasez?

Acarreando de otra parte para poder solventar a mi ganado.

¿De dónde la trae, y cuánto?

Mire, yo tengo dos pozos, de un pozo llevo al otro porque allá se me acabó el agua, y es trabajoso de todos modos. Y ya, de donde llevo, también está escasa el agua, está más profunda y hay menos agua.

¿Y esto también es una inversión que tiene que hacer usted?

Así es. Sí, aparte de sacarla, tener que trasladarla al otro potrero para darle al ganado agua. Porque el ganado puede durar sin comer, pero sin tomar agua no. Y aparte en Bacoachi ya nos están recortando el agua también porque los pozos ya no mantienen al pueblo.

¿De qué manera están organizados?

Aquí, somos un grupo de gente que nos organizamos para pelear el agua y defender los derechos de nosotros como ejidatarios. Somos un grupo de ejidatarios y agricultores, los que estamos aquí.

¿Y qué les han propuesto? ¿Cuál ha sido el resultado de estar aquí?

Pues que no hemos dejado que nos sigan extrayendo el agua, y el gobierno no nos ha propuesto nada. Quiere que le demos a la compañía, que le pasemos agua. Pero nosotros estamos en que ninguna gota de agua para el Grupo México.

¿Cuál es la petición que ustedes hacen a las autoridades municipales, estatales, federales y a la propia compañía minera?

Que se cancelen los pozos, que no nos sigan extrayendo el agua. Eso es todo lo que pedimos, no pedimos otra cosa. Nosotros no tenemos bloqueada la carretera, todos los carros pueden pasar libremente, menos las pipas que vienen con el agua.

Respecto al 9 de julio, cuando impidieron el paso de las pipas con agua, don Ignacio recordó que el problema no es con los operadores de las mismas, ya que solo son trabajadores, a quienes no dejaron pasar con el agua.

Finalmente, llamó a la gente de las poblaciones cercanas a que se solidaricen y cooperen con las actividades del movimiento, especialmente “a todo el Río Sonora porque todos somos afectados, desde Cananea hasta Hermosillo es afectado porque el agua se nos está acabando”.

“Está muy feo, ya no hay pasto, no ha llovido. Vamos a tener que hacer algo con el ganado… sembrar no se puede”: Pedro Omar Vejar

A los 36 años de edad, Pedro Omar Vejar Balderrama, ganadero de Bacoachi, Sonora (que está a 37.2823 millas de la frontera con Naco, Arizona), enfrenta un grave problema de sequía.

Si se le pregunta cuál es el problema más grande que hay en la región donde nació, sin dudarlo responde que el “robo en despoblado por parte de la compañía”. Se refiere a Grupo México, empresa internacional que explota y exporta productos de la mina Buenavista del Cobre, ubicada en Cananea, población serrana ubicada a 33.554 millas de Naco, Arizona, por donde se accede a estas poblaciones.

¿A ti de qué manera te afecta esta situación?

Pues nos está afectando a todo lo que es la ganadería y la agricultura aquí en el municipio de Bacoachi por todo lo que es la cuenca. Están bajando los niveles del pozo, el río… el río pues ya desapareció. Y la mayoría de las tomas de agua aquí de Bacoachi se regaban con el agua que corría por el río y ahorita pues ya no hay, ya no hay agua. No podemos regar y eso nos afecta también en la ganadería porque de ahí sembrábamos forraje para los animales, para el tiempo malo y ahorita pues ya no tenemos.

Es tiempo malo ahorita, ¿de qué manera lo estás solucionando?

Se tiene que comprar zacate, antes no teníamos que comprar y ahora nos está costando más ser ganadero.

¿Estás invirtiendo en eso, y en la cuestión del agua, tú has tenido que transportarla?

Donde tenemos el ganado nosotros no hemos llegado a ese grado, pero sí hay gente que está transportando agua. Para el pie de la sierra, en las partes más altas, hay gente que está transportando agua, como Ignacio Gudiño y muchos productores más.

La entrevista con Pedro Omar se hizo a la orilla de la Carretera 89, en una población llamada Unámichi, ubicada a 83.88 millas de la frontera con Estados Unidos; pertenece al municipio de Bacoachi.

Unámichi significa “Vista al Río” en idioma ópata (una de las etnias que hay en Sonora). Según el Censo de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi, es la segunda localidad más poblada del municipio de Bacoachi. Hace cuatro años tenía 239 habitantes.

Una noche antes, mientras caía una ligera llovizna, a Pedro Omar le tocó hacer guardia en el paro del Cañón de Evans (a 10 millas de Cananea), donde prepararon café colado en talega y en una cafetera de peltre azul claro, disponible para todos los que permanecen bajo la carpa para acompañarse, platicar, y -cada vez que se necesite- reacomodar los conos de plástico naranja que están en la carretera, donde hay un vado, por donde corre el agua cuando la lluvia es abundante, y donde los conductores que saben el motivo de estar ahí, bajan la velocidad y suenan el claxon en señal de empatía.

¿De qué manera participas en el paro?

Pues estamos yendo al paro cuando nos toca. Estamos rotando porque está difícil estar todo el tiempo ahí. Tenemos que trabajar, tenemos que lidiar animales, tenemos que hacer muchas cosas. Pero cuando nos toca ir, pues vamos. Por ejemplo, ayer fui el turno de noche y el lunes fui en el turno de día de esta misma semana.

Se ha dicho que son alrededor de 200 personas las que simpatizan con este movimiento, que forman parte del paro con guardias, otras sólo se acercan a compartir comida, refrescos o botellas y garrafones de agua, pero no todas se animan a hablar. ¿El motivo? Sienten temor a represalias, sobre todo cuando sus hijos o algún familiar cercano son trabajadores de la mina Buenavista del Cobre o de otra empresa que pertenece a Grupo México, porque pueden ser despedidos.

¿Qué le dirías a las personas que no están de acuerdo, que están siendo afectadas, pero que de alguna manera tienen el temor de expresarse, de que las vean que están en este movimiento?

Me vienen muchas cosas que decirles, pero no lo puedo decir en público. Pero es que la necesidad y los va hacer entender. Si hubieran seguido a ese paso (con la extracción de agua y el acarreo en pipas para la mina de Cananea); de hecho, ahorita tuve una plática con un juez de agua, el juez de agua que me toma a mí, se llama Carlos Bojórquez, que me toca a mí en la tierra. Él era una de las personas escépticas y ahorita estaba comentando que sí, no han agarrado el nivel de agua los pozos. La toma de agua donde él se encarga, pues no, no tiene agua. Y donde tenemos el ganado nosotros, él también tiene el ganado y está muy feo, ya no hay pasto, no ha llovido.

Vamos a tener que hacer algo con el ganado y pues sembrar no se puede. Vamos a tener que vender una parte y quedarnos con una parte, lo que podamos, por si vuelve a llover, volver a hacer ganado.

¿Cuál consideras que debería ser la respuesta de las autoridades local, estatal y federal para frenar esta situación?

Pues más el federal, el federal tiene mucho que ver aquí, porque le toca a Sagarpa, que viene siendo la jefa de Conagua, jefe de Conagua, el jefe directo. Tienen que venir ya a ver qué solución se les da, porque esos pozos que, supuestamente, dice la mina que tiene concesionados, es una irregularidad muy grande porque están concentrados en una reserva ecológica, y la que viene siendo la reserva Los Ajos-Bavispe, protección de flora y fauna.

Muchos árboles de bellota y encinos, se han estado secando, que son los que menos alcanzan el agua; el mezquite alcanza más profundidad, pero lo que viene siendo las bellotas están secando.

El árbol de bellota da un pequeño fruto seco característico de las regiones frías, como la sierra de Sonora, que se consume solo o en postres como galletas de diversas presentaciones y preparaciones, ya sea combinados con harina o como los tradicionales suspiros, que venden en la tienda de “Los Chá” y “en que Irma”, como se refieren al café-restaurante de ese nombre, en Bacoachi, hechos con la bellota hecha polvo, azúcar blanca y huevo.

Los animales están bajando por falta de agua. En tiempo de sequía los tenemos aquí: osos, pumas, guajolotes, toda la vida el silvestre tiene que buscar agua. Está feo el asunto con lo de las minas y tienen que venir a poner interés las autoridades federales, porque el agua es federal. Es un tema federal.

¿En tu vida productiva te había tocado una situación similar?

Se empezó a acabar el agua en el río hace como unos cuatro años, pero primero se acabó el agua en el Ojo de Agua de Arvayo, donde nacía el río (está a 6.7 millas al Este de Cananea), y ahí viene para abajo, por gravedad o por como quiera llamarle, se viene el asunto hasta abajo, pero no me había tocado.

Cuando estaba más joven nos tocaban muchas sequías fuertes y nunca me había tocado que se secara el río de Bacoachi, nunca me había tocado verlo seco ni el de Unámichi. Todo el tiempo teníamos agua, de perdida para regar las milpas, y de ahí manteníamos el ganado. Ahorita, que es tiempo de lluvia, no tenemos agua en el canal.

“Ahora en tiempo de sequía, en tiempo malo, menos vamos a tener”, expresó Pedro Omar mientras, de manera instintiva, bajaba la vista, tal vez como si fuera el sentimiento de duelo que mencionó la activista Maru Schirrmeister en intervenciones anteriores.

“Aquí nací, aquí me crie, ¿a dónde me voy a ir a estas alturas”: Jesús Ernesto Navarro

Mi nombre es Jesús Ernesto Navarro López, soy de aquí del poblado de Unámichi. Nosotros nos dedicamos a la agricultura y a la ganadería, y aparte pues sembramos ajo. Tenemos ordeñas, hacemos quesos, sembramos alfalfa, cebada… Pero ahorita, como estamos viviendo la situación, que son pocas las lluvias, y a como están los pozos ahorita, que no se han recuperado, pensamos que, si no sigue lloviendo, yo creo que no vamos a sembrar.

Así inició la conversación con Jesús Ernesto, un hombre del campo que, cuando dice “nosotros”, se refiere a uno de sus hijos, Fernando, quien nos acompaña en la entrevista, junto a los activistas Fernando Ramírez, Maru Schirrmeister y Micaela Vera. Estábamos bajo unos paneles solares para ver “el espejo” del pozo que tiene en su milpa cuando comenzó la lluvia y a caer rayos la tarde-noche de un sábado de finales de julio, después de una tormenta de tierra. Con la lluvia, el viento continuaba.

Su terreno de siembra está en Unámichi, sobre la Carretera 89, a 83.88 millas de Naco, Arizona, en el lado mexicano. Jesús Ernesto no tiene miedo de expresar la inconformidad que afecta su vida productiva y económica.

¿Cuáles son los esfuerzos que ha hecho para abastecerse de agua, para el trabajo de la agricultura y la ganadería?

Pues ahorita, desde que se inició el saqueo de Mexicana del Cobre, que empezaron en marzo, febrero, marzo, no me acuerdo en qué mes empezaron, los pozos se fueron hacia abajo.

Bueno, una parte era la sequía y otra parte fue Mexicana, ¿no? La sequía, tenemos dos, tres años de sequía.

La empresa que conocemos en la actualidad como Buenavista del Cobre, también se ha llamado Compañía Minera de Cananea y Mexicana del Cobre, que es como nuestro entrevistado se refiere a la empresa de Grupo México a la que denuncian por “saqueo” de agua de los acuíferos de los que la población se abastece para su vida diaria.

¿Qué es lo que pasa? La poquita agua que teníamos en los pozos, pues se nos acabó. Estamos a tres metros y medio más o menos, usted acaba de cerciorarse por su propia vista ahí, el nivel estático del agua, al nivel que tenemos ahorita, son como tres metros pasaditos. Entonces aquí bombeamos el agua y se empezaron a arrastrar los pozos.

¿Cuál es la capacidad de los pozos?

Pues la capacidad que tenemos es de seis pulgadas aquí. Son seis pulgadas, ahora en abril, los primeros de mayo… bueno, el último riego al ajo ni se lo dimos ya porque se nos arrastraron los pozos. Se nos arrastraron.

Entonces, los pozos trabajan una hora y tenemos que pararlos y luego otra hora y, así, como pudimos medio regar los últimos riegos del ajo. El 24 de junio empezó a llover, y ha estado lloviendo, el río ya ha salido tres, cuatro veces aquí en el pueblo de Unámichi y todo el Río Bacoachi, y los pozos están donde mismo… están donde mismo los niveles, cuando mucho se ha subido un pie; entonces, no son aptos para riego todavía, estamos batallando.

¿Cuáles son las medidas emergentes que está empleando para regar?

Ahorita no hay ninguna medida emergente, ¿por qué? Porque no tenemos agua. La poquita agua que hay, la destinamos a regar en ratos, en tablas, para poder ir subsistiendo y que los animales, pues yo me dedico a la ordeña y lo poquito que puedo ir regando para que los animales se vayan sosteniendo.

¿No han traído agua de otro?

No, no hemos traído, pues para tomar todavía hay. Tuvimos un tiempo en el que el agua potable también se estaba arrastrando. Ahorita, pues ya afortunadamente, como nos ha estado lloviendo, pues ya se recuperó un poco el curso del agua potable.

¿Cuál es su mensaje para las personas que no levantan la voz o que no manifiestan su inconformidad por este desabasto que está generando la compañía minera?

Yo pienso que mucha gente no tiene conocimiento de la gravedad del problema. Mucha gente no sabe realmente el problema grande que tenemos nosotros, porque la gente cree que haciendo pozos profundos aquí vamos a agarrar agua. Pues sí, posiblemente podamos alcanzar agua a 40, 50 pies, que más abajo.

Pero, ¿qué va a pasar? Si nosotros le diéramos a la mina que se lleve el agua de allá donde se la estaba llevando, pues aquí se nos va a acabar, se nos va a acabar el agua. Cosa que ya no hay agua, ahorita automáticamente. Y ese es el problema más grande que tenemos.

Entonces, nosotros lo que queremos es que el río corra, que el agua corra, que nos deje vivir en paz en la mina. Toda la vida nosotros hemos estado sentados aquí a la orilla de los ríos, desde los municipios desde Unámichi y hasta Hermosillo. Somos muchos.

¿Usted es originario de aquí?

Yo aquí nací, aquí me crie. ¿A dónde me voy a ir a estas alturas?

¿Y en alguna otra ocasión, en algún momento de su vida habían pasado una situación similar?

Habíamos tenido sequías muy extremas aquí, hace años para atrás, pero nunca se nos habían arrastrado los pozos. Nunca se nos habían arrastrado; se bajaba medio metro el nivel estático del agua, pero a estas alturas, como estamos ahorita, no. O sea, nosotros, pues ya nos dio mucha preocupación esto, ¿no? Estamos con una incertidumbre muy, muy grande, que no sabemos por qué, queremos que el gobierno nos arregle.

Y sobre todo que es causado por la mano del hombre, no por una cuestión natural

Así es, pues. En otras palabras, nos ha desprotegido la cuestión del clima, ¿no?, que estamos en sequía, y, por otra parte, el saqueo. Entonces, ahora vamos a dar.

Respecto al tema de la sequía, Grupo México argumenta que el problema no es provocado por la empresa minera, sino por factores naturales en la región.

Terminamos la entrevista y nos quedamos viendo caer la noche, y la lluvia, esperando que disminuya un poco para retirarnos caminando; mientras, la recomendación de los presentes es no tocar nada metálico para protegernos de los rayos.

Información de: conectaarizona.com

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