Elaboran vino de pitaya y guamúchil: Los sabores de Sonora
SONORA, jul. 12.- Con la motivación de aprovechar los frutos regionales o de temporada de la región, de evitar que se echen a perder en los campos y calles, un inquieto emprendedor ha decidido darle vida útil para producir vino de diferentes sabores aquí en Hermosillo y ya lo empezaron a procesar de manera artesanal, aún de manera experimental.
Se trata de Nivardo Peña León, quien ayudado de su formación académica en la Química, se ha dado a la tarea de realizar varias pruebas con la ayuda de un amigo de origen italiano que vive en la capital sonorense, Giuliano Rossi, y que trae esos procesos que se realizan en su tierra desde hace siglos y así es como empezaron desde el año pasado a hacer sus primeras pruebas con un fermentado de piña.
En la actualidad en diversas fases del proceso, en su casa, Nivardo cuenta con vino de pitaya de guamúchil y de piña, y algunos ya los lleva muy bien adelantados, puesto que ha podido dar con las porciones adecuadas, los tiempos de fermentación que le han convencido y que ya puede presumir y compartir a manera de degustación para sus amigos, con la intención de que en diciembre ya pueda tener su primera reserva disponible.
Primeros experimentos
“Utilicé guamúchil de aquí enfrente de la casa para poder aprovechar un poco, porque todos los años se tiran ahí las vainas y este año me propuse aprovecharlas y me puse a cortar, empezamos con la inquietud Giulano y yo con el vino de piña, pero ya que habíamos hecho unas siete veces el experimento, pues hay más cosas, él propuso de mango de temporada para hacer los fermentos”, relata Nivardo.
El emprendedor tuvo la idea de aprovechar los frutos de la región y fue inspirado en el Aperol, bebida ligeramente agria sabor naranja de origen italiano y utilizó la naranja agria que se puede encontrar en cada rincón de Hermosillo y de igual forma lo hizo con la naranja, donde reconoce que han obtenido muy buenos sabores.
“En el caso del vino de pitaya he sacado algunas muestras conforme ha avanzado el fermento y me topé con que la viscosidad del producto era mucho mayor a cualquiera cosa que hubiese hecho anteriormente y me gustó por su textura parecida al pulque, aquí está desfogando la presión para que no reviente la botella, con esto evitamos el oxígeno, se llama fermentación anaerobia, para conservar las características del jugo de la pitaya y lo guardamos en un lugar oscuro, fuera de la luz, para que se mantengan los colores en el producto final”, detalló.
El proceso completo le lleva aproximadamente un mes, desde que tiene la fruta, en este caso la pitaya en su forma original, cortada de la planta y ahí es donde busca que estén maduras para que el fermento se inicie casi de inmediato y ya con el cuidado y almacenamiento adecuado, ha llegado es fijar esa fecha de 4-5 semanas en lo que queda el vino listo para degustar.
Hay otros sabores que quiere seguir explorando, principalmente dándole esa prioridad a productos de la región y es así cómo desde Batuc, Sonora, le mandaron un saco de péchita de mezquite, para hacer una cerveza con péchita y es algo en lo que estará trabajando en las próximas semanas.
Proyecto futuro
“La ambición es compartir inicialmente, con mis amigos y la familia, pero si se diera en un futuro si estaría bien sacar una línea, no estaría de más, pero sinceramente lo que ambiciono de esto es que mis amigos también lo hagan y vayamos a las casas, que si a aquel ya le quedó el de membrillo, o el de guayaba, de higo, ah pues vamos a probarlo, yo les regalo la levadura y vamos a hacer algo rico”, confesó Nivardo.
La idea es totalmente original e innovadora y por lo que pudimos comprobar no dudamos que el producto final sea de lo mejor y que pueda llegar a producirlo, aunque sea por temporada, de manera continua y más sonorenses puedan probar esos sabores que ofrece esta tierra que, como vemos, falta mucho aún por descubrir.
Por Victor L. Johnson / El Sol de Hermosillo