La NASA trae su primera muestra de asteroide que podría explicar el origen del mundo y de la vida
La nave aterrizó en el desierto de Utah con un fragmento de Bennu, un cuerpo celeste que pasa cerca de la Tierra y podría haber sembrado minerales.
ESPECIAL, sep. 24.- La NASA trajo a la Tierra un fragmento de asteroide para analizarlo y poder sacar conclusiones e información sobre el origen del mundo y de los seres vivos. Es la primera vez en la historia que la agencia espacial norteamericana baja al planeta terráqueo una aparición como esta. El asteroide llamado Bennu podría informar sobre la formación del sistema solar hace aproximadamente 4.500 millones de años.
En su momento, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, pero se trató de una cantidad minúscula, no mayor que una cucharadita de polvo y rocas.
La cápsula en forma de caramelo de gomita, liberada de la nave robótica OSIRIS-REx, que pasó a 107.800 kilómetros de la Tierra, aterrizó en una zona designada al oeste de Salt Lake City, en el vasto Campo de Pruebas y Entrenamiento del ejército estadounidense en Utah, después de siete años de viajar por el espacio. Esta muestra del asteroide conseguida entre la NASA y la Universidad de Arizona es la tercera y por lejos la más grande, que se viene a la Tierra para ser examinada.
El asteroide llamado Bennu podría informar sobre la formación del sistema solar hace aproximadamente 4.500 millones de años.
OSIRIS-REx recolectó su muestra hace tres años de Bennu, un pequeño asteroide rico en carbono descubierto en 1999. La roca espacial está categorizada como «objeto cercano a la Tierra» porque pasa relativamente cerca de nuestro planeta cada seis años. Aparentemente formado por un conjunto de rocas sueltas, como un montón de escombros, Bennu mide sólo 500 metros de diámetro, que es un tamaño diminuto en comparación con el asteroide Chicxulub, que chocó contra la Tierra hace unos 66 millones de años, exterminando a los dinosaurios.
Un asteroide que puede responder muchas preguntas
La química y mineralogía actuales de Bennu prácticamente no cambiaron desde que se formó hace unos 4.500 millones de años. El asteroide posee valiosas pistas sobre los orígenes y el desarrollo de planetas rocosos como la Tierra. Incluso podría tener moléculas orgánicas similares a las necesarias para la aparición de microbios.
Hace tres años, la misión japonesa Hayabusa2 recuperó muestras de Ryugu, otro asteroide cercano a la Tierra, que contenían dos elementos orgánicos, lo que consolida la hipótesis de que objetos celestes como cometas, asteroides y meteoritos que bombardearon el planeta terráqueo desde sus inicios sembraron el joven planeta con los ingredientes primordiales para la vida.
El viaje del asteroide
OSIRIS-REx se lanzó en septiembre de 2016 y llegó a Bennu en 2018, luego pasó casi dos años orbitando el asteroide previo a aventurarse lo suficientemente cerca como para tomar una muestra del material suelto de la superficie con su brazo robótico el 20 de octubre de 2020. La nave espacial partió de Bennu en mayo de 2021 para viajar 1.900 millones de km de regreso a la Tierra, incluyendo dos órbitas alrededor del Sol.
La cápsula entró en la atmósfera superior a 35 veces la velocidad del sonido unos 13 minutos antes del aterrizaje, y brilló al rojo vivo mientras se precipitaba hacia la Tierra. Se esperaba que las temperaturas en el interior de la nave alcanzaran los 2.800 °C. Los paracaídas se desplegaron casi al final del descenso, reduciendo la velocidad de la cápsula a unos 20 km/h antes de caer suavemente sobre el suelo desértico.
La muestra de Bennu es de 250 gramos, superando con creces los 5 gramos transportados desde Ryugu en 2020 o el diminuto espécimen celeste entregado desde el asteroide Itokawa en 2010. Un equipo de recuperación formado por científicos y técnicos estaba preparado para recuperar la cápsula y confirmar si se había mantenido la integridad de la nave y del recipiente interior que contenía el material del asteroide durante la reentrada y el aterrizaje.
Una vez asegurada la cápsula, la muestra se trasladará en helicóptero a una «sala limpia» del campo de pruebas de Utah para su prueba inicial y luego se transportará al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, donde se empaquetará en muestras más pequeñas prometidas a unos 200 científicos de 60 laboratorios de todo el mundo. Mientras tanto, se espera que la parte principal de la nave OSIRIS-REx navegue para explorar otro asteroide cercano a la Tierra, llamado Apophis.
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