Libros de texto a la defensiva

ESPECIAL, ago. 6.- Si a las entrevistas de prensa de cada amanecer el presidente López Obrador les llama mañaneras, ¿cómo se llamarán las que comienzan este martes por la tarde para defender a los libros de texto gratuitos de la Cuatroté? Tardeadas se refiere a pachangas, tardeaderas suena feo, ni existe en el diccionario. El Presidente las quiere “para informar, para que no haya manipulación sobre lo que contienen los libros”.

A fe mía que el gobierno no esperaba una resistencia en contra de la imposición de los nuevos libros de texto. No bastó la cantaleta de que son los conservadores y los defensores del neoliberalismo quienes se oponen. Claro, el Presidente mete en el mismo saco a contendientes de diversos calibres y cataduras. Pero la inquietud de maestros por no saber cómo le harán para cumplir sus tareas y el sosiego de padres de familia (de escuelas públicas, no los que representa la Unión de Nacional de Padres de Familia), convocaron al Presidente a preconizar desde Palacio una defensa férrea de sus libros y su política.

En la mañanera del 3 de agosto de 2023 anunció que “va a seguir la polémica, y qué bueno, también, porque esto va a ayudar mucho al debate. Y les vamos a ganar, de una vez se los puedo anticipar, porque la mentira es reaccionaria, la verdad es revolucionaria. Los que hicieron los libros son gente con mucho nivel académico, son especialistas que van a poder debatir, pero además se hicieron con los maestros, con las maestras”. ¿Sabremos por fin quiénes son los autores? ¿Por qué se guardó esa información como confidencial por cinco años?

Un grupo de académicos con historia en la investigación educativa lanzó la campaña El futuro de niñas, niños y jóvenes en riesgo: No a los nuevos libros de texto gratuito. Y marca las deficiencias que deben revisarse, no es una oposición ideológica. Apunta cuatro riesgos graves:

Primero, los alumnos no aprenderán el razonamiento lógico de las matemáticas, no profundizarán sus conocimientos del español ni tendrán libros de lecturas. Segundo, reducen la secundaria a un esquema similar a la primaria, sin libros de materias y sólo con dos libros de referencia y de cápsulas educativas sin ningún orden ni secuencia. Tercero, los libros contienen muchos errores. Cuarto, la desaparición de los libros de materias va a impedir que la niñez pueda aprender de manera sistemática.

Los convocantes de la campaña reconocen que trabajar con “proyectos sociocríticos interdisciplinarios” podría ser factible si existieran recursos adecuados y capacitación docente. No hay nada de reaccionario en esta protesta.

El Presidente expresó: “Lo mejor es que se argumente, que podamos informar con argumentos y que la gente de manera libre aplique su criterio; no querer manipular, tripular la mente de los demás, respetar la opinión de todos y el criterio de todos, entonces vamos a informar”.

Pero, al final de cuentas no habrá revisión, no se les cambiará ni una coma. No habrá verdades revolucionarias.

Información de www.excelsior.com.mx

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