IMSS Bienestar: los retos y riesgos tras la desaparición del Insabi
Para brindar atención a toda la población sin seguridad social, el IMSS Bienestar requiere de mayor inversión, de acuerdo con datos del CIEP
ESPECIAL, jun. 9.- El IMSS Bienestar es la institución a través de la que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador busca dar continuidad a su plan de acceso a la salud para toda la población sin seguridad social; sin embargo, especialistas alertan que se necesitan más recursos para lograrlo y ven riesgos para los pacientes en caso de que no se amplíe el presupuesto.
Desde el arranque de su gobierno, el presidente López Obrador prometió que México tendría un sistema de salud como el de Dinamarca, para lograrlo desapareció el Seguro Popular y creó en su lugar al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). A tres años de su arranque, el Insabi no dio resultados y el gobierno decidió nuevamente dar un giro en el sistema de salud, en esta ocasión quitándole toda la carga al Insabi y poniéndola ahora en manos del IMSS Bienestar, medida que entró en vigor el pasado 29 de mayo con un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Aunque el IMSS Bienestar era un proyecto consolidado a través del que se llevaba atención médica a habitantes de poblaciones alejadas, ahora tiene el reto de atender a todas las personas sin seguridad social del país y ampliar la cobertura que ofrecía, lo que implica que se necesitan más recursos para su operación.
De acuerdo con el análisis “IMSS-Bienestar. Estimación del impacto presupuestario”, elaborado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el IMSS Bienestar requiere una inversión extra de, al menos, 308 mil 833 millones de pesos, lo equivalente al 1% del PIB adicional a lo que actualmente se destina para atender a la población sin seguridad social.
Esta estimación contempla ampliar los servicios de salud, debido a que el Insabi cubría mil 807 intervenciones, mientras que IMSS Bienestar incluye 50 enfermedades de salud pública, lo que representa el 0.6% del IMSS ordinario.
Desde 2014, el gasto para la población sin seguridad social en los diferentes subsistemas de salud como Seguro Popular, Insabi e IMSS Bienestar, ha sido menor a 1 punto del PIB, y de 2022 a 2023, este presupuesto se redujo 7.6%, al pasar de 274 mil 124 millones de pesos, a 253 mil 131 millones de pesos.
En entrevista con La Silla Rota, Judith Méndez, directora adjunta de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señaló que con los recursos que tiene no le alcanza actualmente a IMSS Bienestar para cumplir con su meta.
“No le alcanza, porque necesitaría duplicar sus recursos, o sea, no le alcanza ahorita con lo que tiene para poder nisiquiera bueno nivelar la atención que daba el Insabi, bueno, quién sabe y tendremos estas dudas porque no tenemos ni siquiera el datos faltaron muchos reportes en cuanto al número de casos atendidos, etcétera, etcétera, lo que vimos en términos presupuestarios también fue que bajó, aumenta gasto de bolsillo, baja la atención, explicó.
“Entonces bueno, para poder nivelar, le falta este presupuesto e incluso si habláramos de un primer acercamiento del IMSS Bienestar al IMSS Ordinario, necesitaría duplicar el presupuesto que actualmente destina, de nuevo manteniendo todavía las limitantes que tendría el Instituto, porque si actualmente con lo que ya tiene maneja una tasa detención del 40% al 50% es decir, solo la mitad de la población que tiene alguna necesidad de salud y tiene afiliación al IMSS efectivamente se atienden ahí, entonces sería todavía más presión para el Instituto”, advirtió.
Los retos en la cobertura de salud
Judith Méndez explicó que la desaparición del Insabi implica no sólo retos financieros para el IMSS Bienestar, sino también en materia de atención, ya que la cobertura que brindaba originalmente era más limitada y ahora no se sabe qué alcance va a tener.
Recordó que el paquete de atención del IMSS Bienestar era menor que el del IMSS Ordinario, que es el de la población asegurada, por lo que ahora se necesita claridad para conocer qué cobertura va a brindar a la población que no cuenta con seguridad social.
“El IMSS Bienestar surgió alrededor de los años 80 para poder dar atención, pero atención primaria, es decir, estas intervenciones más básicas, vacunas exámenes para la población que estaba en las zonas más marginadas, entonces en este sentido es que el paquete de atención era mucho más limitado y necesitamos mayores recursos si lo que se está pensando es que se amplíe”, señaló.
Judith Méndez recordó que originalmente el IMSS Bienestar cubría 50 intervenciones, mientras que el extinto Seguro Popular cubría alrededor de 2 mil tipos de padecimientos y el IMSS Ordinario llega hasta 8 mil enfermedades, por lo que de ese tamaño es el reto que tiene el IMSS Bienestar para poder brindar acceso a la salud a toda la población sin seguridad social.
Los riesgos si no aumenta el presupuesto
Durante la existencia del Insabi, la población sin seguridad social casi se duplicó, al pasar de 15% a 28%. En contraste, la atención en el sistema público disminuyó, aunado a que el presupuesto para atención de enfermedades de alta especialidad, como cáncer de mama, cervicouterino e infantil cayó 20%. Asimismo, el gasto de bolsillo de las familias para compra de medicinas y atención médica creció 40%.
La especialista del CIEP señaló que de no hacerse un ajuste financiero para aumentar los recursos al IMSS Bienestar, los principales riesgos serán para la población, pues al no haber suficiente inversión, esto se ve reflejado en el gasto de bolsillo de la gente.
“Digamos que hay dos implicaciones principales: si los recursos públicos no alcanzan para poder cumplir la atención a la salud, la población tiene que hacer frente con recursos propios con lo que conocemos como gasto de bolsillo, pero también otro de los de los efectos, por supuesto que lo vimos en la pandemia, pues es esta falta de atención e incluso esta falta de atención oportuna”, alertó.
Por MARILUZ ROLDÁN
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