Huásabas, Sonora: un lugar de tierras enhierbadas en la sierra
Conoce un poco más del municipio de Huásabas, un lugar enclavado en la sierra sonorense
ESPECIAL, abr. 18.- El municipio de Huásabas, Sonora, está localizado al noreste del estado sonorense. Colinda con Villa Hidalgo, Granados, Cumpas y Moctezuma, así como con Bacadéhuachi.
Huásabas tiene en su territorio la sangre ópata desde hace cientos de años y aunque las comunidades están casi extintas, aún hay rastros de su cultura en el lugar.
La población fue fundada en 1645 por el misionero Marcos del Río, con el nombre de “San Francisco de Huásaca”, que en ópata significa lugar de tierras enhierbadas o lugar de tierras llenas de basura que arrastra el río.
Se le incorporó al municipio de Cumpas en diciembre de 1930 y fue rehabilitado dos años después.
El territorio sonorense es montañoso y el pueblo está 850 metros sobre el nivel del mar en una zona de valles, que son atravesados por el Río Bavispe, uno de los principales afluentes del Río Yaqui.
La temperatura promedio en el año es de 22.1°C y las lluvias de manera anual promedio llegan a los 492.3 mm.
Huásabas y La Cruz del Diablo
La Cruz del Diablo es un cañón que se encuentra en Huásabas, Sonora, y es un paraje obligatorio en este lugar de la sierra. Es llamada así popularmente por su forma de cruz, pero también se rumora que esta zona rocosa es llamada “del diablo” por las leyendas y mitos que ha contado durante años alrededor de estos cerros.
En la Cruz del Diablo pueden encontrarse zonas de alrededor de 150 metros de profundidad que ofrecen a la vista un paisaje imponente. Existe aquí también un valle con una caída de 900 metros.
Por estas características naturales del lugar, algunas personas asisten a practicar diferentes deportes extremos, como el rappel, la escalada y el highline.
La caída histórica de un avión de la fuerza aérea americana en Huásabas
Entre Huásabas y Granados, en 1959, un avión tripulado por Robert Nashold se estrelló y los pobladores presenciaron también el descenso en paracaídas del piloto.
El 4 de agosto de 1959, una avioneta de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se estrelló en una montaña entre Huásabas y Granados, en Sonora.
Esta historia es contada de voz a voz por los pobladores y familiares de las personas que esa noche de lluvia vieron caer el avión cerca del río y luego auxiliaron a aquel piloto que se quedó sin combustible luego de que su brújula quedara sin funcionamiento y desviara su destino hasta suelo mexicano.
Aquella noche de 1959 el poblador de Huásabas, Jesús Venancio Urquijo, se encontraba leyendo cuando entre la lluvia escuchó el sonido del avión que sobrevolaba de cerca los pueblos.
El señor Urquijo junto a Ignacio Fimbres y otros pobladores salieron rumbo al cerro donde vieron caer también el paracaídas. Esto se encuentra narrado en el libro Huásabas, Sonora su historia y genealogía, de los autores Francisco Leyva Fimbres en coautoría con Ricardo Durán.
Los vaqueros de La Cruz del Diablo
Werner Segarra (1966) es un fotógrafo puertorriqueño que estuvo por primera vez en Huásabas durante su adolescencia, en una visita con motivo de intercambio mientras era estudiante.
Segarra cuenta que con el tiempo Huásabas se ha convertido en un lugar donde puedo expresar libremente sus sentimientos visuales al compartir su amor y respeto para este lugar al que los vaqueros llaman hogar.
Este artista cuenta con una colección fotográfica titulada “Los vaqueros de La Cruz del Diablo”, donde plasma la vida de la sierra en este municipio de Sonora, los colores y sus rostros, así como el día a día del trabajo de campo y la cotidianidad de los valles y sus hogares.
Por Heriberto Duarte
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