Trampas para capturar al INE

Morena ya demostró hasta dónde es capaz de llegar con tal de capturar a los organismos autónomos del Estado mexicano.

ESPECIAL, mar. 9.- Resulta que los primeros puntajes obtenidos entre los 508 aspirantes a consejeros del Instituto Nacional Electoral, pertenecen a distinguidos morenistas.

Enorme coincidencia. Tanta, que ha despertado la suspicacia de que los exámenes fueron filtrados previamente por los integrantes del Comité Técnico de Evaluación.

Los ganadores en la prueba aplicada fueron, en la vertiente femenina, Bertha María Alcalde Luján, hermana de la actual secretaria del Trabajo, e hija de la exdirigente de Morena y fundadora de ese partido, Bertha Luján.

En la categoría varonil, el número uno fue Jaime Miguel Castañeda Salas, excoordinador de asesores de Morena y redactor de la reforma electoral que buscaba desaparecer al INE.

Maday Merino, en mujeres, obtuvo el puntaje más alto, junto con Bertha Alcalde Luján. Ella, afín a Morena, presidió el órgano electoral en Tabasco.

De lujo fue el examen de Armando Ocampo Zambrano, quien dejó de ser comisionado de Víctimas de la CDMX, envuelto en denuncias de víctimas de la Línea 12.

Otro brillante calificado fue Netzaí Sandoval Ballesteros, hermano de la exsecretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval y del exsuperdelegado en Guerrero y actual diputado federal por Morena.

Puede que sean geniales para contestar prácticamente todo bien, y que no tengan fundamento las versiones de que les dieron previamente las preguntas.

Dado que Morena necesita tomar los organismos autónomos a como dé lugar, le cayeron como anillo al dedo los brillantes resultados en los exámenes de los adelantados de su partido para ocupar vacantes (cuatro) del INE.

El examen fue en la Cámara de Diputados y del Comité Técnico les dijeron a los aspirantes a consejeros que no llevaran computadoras portátiles.

Ahí se les entregaron tablets para responder las 80 preguntas, que versaron sobre derecho electoral, derecho constitucional, cuestiones de orden jurídico en general.

Durante el examen, sorpresa, se cayó el sistema.

Luego de la reparación del súbito desperfecto, fueron saliendo los candidatos y, según versiones publicadas ayer, algunos se quejaron de que morenistas llevaban “acordeones”.

Señalar lo anterior podría parecer una vulgaridad, dado que se trata de profesionistas. Y también por el respeto obvio que inspira una institución autónoma de la categoría de nuestro instituto electoral.

El IFE, hoy INE, fue concebido y diseñado para evitar la trampa.

Pero después de enterarnos de que una candidata a integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación llegó al cargo, impulsada por Morena, sin haber presentado una tesis profesional propia para obtener el grado de licenciada en derecho, todo puede suceder.

Más aún si también plagió más de 200 páginas de su tesis de doctorado, y sigue en el cargo de ministra.

Ahí continuará, en el máximo tribunal constitucional del país, aun cuando haya hecho trampa para titularse, para obtener el doctorado y, desde luego, para llegar a la Corte cuando apenas es una pasante de derecho.

Es una militante comprometida con su partido, cien por ciento leal al “proyecto” transexenal y con quien lo encabeza.

Por eso sigue en el cargo. La ética está subordinada a una tarea partidista.

El Comité Técnico que elaboró los exámenes que debieron responder los 508 aspirantes a consejeros está copado por una mayoría de activistas incondicionales de Morena.

Forman parte del Comité Técnico: Enrique Galván Ochoa, miembro del grupo compacto que rodea al Presidente. El exrepresentante de Morena ante el órgano electoral en Tamaulipas, Andrés García Repper, y la exfuncionaria de la Guardia Nacional y periodista afín a Morena Evangelina Hernández.

De ahí, señalan, pudieron filtrarse las preguntas a sus compañeros de causa que obtuvieron los primeros lugares para seguir en las pruebas y ocupar los cargos que el próximo mes dejan vacantes los consejeros Lorenzo Córdova, Adriana Favela, Ciro Murayama y Roberto Ruiz.

La sola sospecha, a raíz de la coincidencia en la filiación política de los punteros y la mayoría de los integrantes del Comité Técnico, podría resultar hasta ofensiva.

Salvo que Morena ya nos enseñó hasta dónde es capaz de llegar con tal de capturar los organismos autónomos del Estado mexicano.

El ejemplo de la temeridad morenista para hacer trampa es la ministra, que aún ostenta toga y birrete, no obstante los plagios para llegar adonde se encuentra.

Y que los candidatos punteros –gracias a sus brillantes exámenes– a convertirse en nuevos integrantes del INE son fervientes partidarios de destruirlo.

El fin justifica los medios. Las trampas son el medio, y la destrucción es el fin.

Por Pablo Hiriart

www.elfinanciero.com.mx

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