Bajo el Álamo de Valencia florece la fortaleza de Idalia

Navojoa, SONORA; Junio 02 de 2025.-  A la orilla de la carretera que conecta San Ignacio con Chucarit, se yergue un viejo álamo que ha sido testigo del paso del tiempo, del polvo de la vida y de la fortaleza de una mujer. Bajo su sombra, desde hace 14 años, Idalia Ramírez encuentra refugio y sustento, vendiendo cocos preparados con una sonrisa que esconde cicatrices profundas, pero también una admirable resiliencia.

“Este mes cumplo 14 años vendiendo aquí; lo más difícil que he enfrentado es la pérdida de uno de mis hijos y de mi esposo”, compartió con voz serena.

Desde su modesto puesto bajo el álamo al que todos conocen como el “Álamo de Valencia”, Idalia ha logrado sostenerse. Lo que gana diariamente le permite cubrir los gastos básicos de su hogar y ayudar a su hija con los estudios.

“De aquí sale para la casa, para los estudios de mi hija, para las necesidades y para el mismo negocio”, comentó.

A su puesto han acudido a consumir desde la madre y la hija del fallecido cantante Valentín Elizalde, hasta políticos y personalidades de la región

“Sí, han venido como la hija de Valentín Elizalde, su mamá, su hermano y políticos y otras personalidades que no recuerdo el nombre”, dijo con orgullo.

“A este lugar se le conoce como el Álamo de Valencia porque dicen que aquí vivía una familia que se apellidaba Valencia y por eso se le quedó el nombre”, explicó.

La historia de Idalia no es solo una crónica de supervivencia, es también un símbolo del trabajo digno, de la mujer que enfrenta la adversidad con el rostro al sol y el alma en paz. El viejo álamo no solo le da sombra, también parece cobijarla con la memoria de todo lo que ha superado.

Y así, mientras los autos pasan veloces por la carretera, Idalia permanece ahí, firme, entre cocos y recuerdos, alimentando no solo cuerpos, sino también el espíritu de quienes hacen una pausa en el camino para saborear un momento de paz bajo el Álamo de Valencia.

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