
Estudio advierte sobre los efectos negativos de la carne roja procesada en el cerebro
Más de un estudio señala que comer más carne roja podría resultar contraproducente para el cerebro.
Ene. 29.- Comer carne podría no ser tan beneficioso para la salud como se pensaba. Un estudio recientemente publicado en la revista Neurology parece demostrar parte de las sospechas.
El grupo de científicos a cargo de la investigación encontró que un mayor consumo de carne roja — especialmente aquella que ha sido procesada como el tocino, las salchichas y la mortadela— está asociado a un mayor riesgo de desarrollar demencia y peores funciones cognitivas.
Por más de 40 años, los especialistas analizaron los hábitos alimenticios de 133 mil 771 estadounidenses (65.4% de ellos mujeres), de los cuales al menos 11 mil 173 de ellos desarrollaron demencia.
Los participantes tenían una edad promedio de 48.9 años y su labor consistía en completar un diario de alimentos de forma periódica (cada dos o cuatro años) enumerando lo que comían y con qué frecuencia.
A partir de estos datos —y tomando en cuenta que una porción de carne equivale a 3 onzas o aproximadamente 85 gramos— los investigadores calcularon cuánta carne roja procesada y no procesada consumían los participantes.
Descubrieron que quienes ingieren cantidades mayores o iguales a 0.25 porciones de carne roja procesada por día tienen un 13% mayor riesgo de demencia y un 14% mayor riesgo de deterioro cognitivo en comparación con aquellos que consumen menos de 0.10 porciones.
A la par, encontraron que el deterioro cerebral aumenta por cada porción adicional de este tipo de alimento al día: la capacidad cognitiva y la memoria verbal envejecen 1.61 y 1.69 años, respectivamente.
El impacto de la carne roja no procesada es relativamente menor, ya que depende de porciones un poco más grandes: las personas que consumen 85 gramos o más de carne de res, cerdo, cordero o hamburguesa al día, tienen 16% más riesgo de padecer deterioro cognitivo comparado con quienes consumen la mitad de la porción.
Ya desde 2020 se había presentado un estudio que buscaba explorar los efectos adversos de la carne. Un análisis transversal que abarcó datos de medio millón de participantes de Reino Unido detectó que la carne roja está relacionada con el desempeño de la función cognitiva.
Según las conclusiones de los científicos de la Universidad de Leeds, Inglaterra, “una mayor ingesta de carne roja se asoció con una peor función cognitiva, incluida la capacidad de reacción y razonamiento, la memoria a corto plazo y prospectiva, especialmente entre los hombres”.
Aunque existen diversos estudios al respecto, los autores de análisis reciente han señalado que aún se desconoce si los resultados se replican en poblaciones con distintos orígenes étnicos, ya que el estudio se centró principalmente en profesionales sanitarios blancos y los resultados podrían variar en otras poblaciones raciales, étnicas y de sexo.
“Se necesita más investigación para evaluar nuestros hallazgos en grupos más diversos”, detalló el Dr. Dong Wang, autor del artículo e integrante del Brigham and Women ‘s Hospital en Boston.
¿Por qué la carne tiene efectos negativos?
La carne roja tiene un alto contenido de grasas saturadas. Estudios anteriores ya han demostrado que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, lo que a su vez se relaciona con afectaciones a la salud cerebral, como explicó Wang en una entrevista para la Academia Estadounidense de Neurología.
Si a esto sumamos grandes cantidades de aditivos y sustancias químicas propias de los productos cárnicos procesados, es de esperarse que los efectos en el cuerpo sean negativos, como señala la revista Harvard Health.
Nutriólogos y especialistas destacan que un consumo relativamente bajo de carne roja tiene menores riesgos para la salud. De ahí que se recomiende evitar comer más de dos o tres porciones por semana. En el caso de los productos procesados, lo mejor es mantenerlos al mínimo.
El doctor Dong Wang y sus colegas añaden que es posible reemplazar la carne roja procesada con alternativas más saludables como nueces, legumbres, pescado y aves de corral. El cambio de hábitos alimenticios puede reducir hasta un 19 % el riesgo de demencia y 1.37 años de envejecimiento cognitivo.
El mito de las carnes rojas El debate respecto al consumo de la carne roja es amplio y genera tensión entre quienes optan por una dieta exenta de este alimento y los amantes de los filetes.
Los nutriólogos concuerdan en que una porción de 85 gramos de carne posee un alto contenido de proteína y vitamina B12, mismas que ayudan con el crecimiento muscular y la producción de glóbulos rojos.
Además, es una gran fuente de zinc, selenio y hierro. No obstante, este alimento no es necesario para obtener los nutrientes esenciales, como asegura el Dr. Frank Hu, director del Departamento de Nutrición de Harvard, quien, en una entrevista para la revista de la universidad añadió que se pueden obtener las mismas cantidades de estos elementos en el consumo de aves, pescado, frutos secos e incluso en una dieta basada en plantas.
Información de: www.milenio.com