Nuevos desafíos para la familia
Mons. Sigifredo Noriega Barceló
“Los padres de Jesús lo encontraron en medio de los doctores” Lucas 2, 41-52
Vivimos los últimos días del año 2024 ¿rodeados y abrazados por nuestra familia? No faltan ausencias, personas que iniciaron el año con nosotros y han cambiado definitivamente de domicilio. No es casualidad que la liturgia católica celebre el nacimiento de Jesús como un acontecimiento de familia y en familia. Dios viene a nosotros en una familia peculiar, la de María y José, en un pueblo con sus historias, en un entorno común a otras familias.
El año 2024 ha sido un año complejo, desafiante, con incertidumbres y escasas esperanzas para muchas familias. Han aparecido y se han recrudecido otros desafíos: las secuelas de la postpandemia, la violencia intrafamiliar, la intensificación de la inseguridad social, el golpe a la salud, la educación… No han faltado las oportunidades para reflexionar sobre la vida en familia y la reserva moral que hay en ella. La Iglesia ha buscado estar cerca de personas y familias. La pastoral del consuelo y el uso pastoral de las nuevas tecnologías han sido sus principales herramientas.
Las sensibilidades y visiones diversas de familia, el uso extensivo de las nuevas tecnologías, el lenguaje digital y otros elementos emergentes han afectado la manera de ser y estar familia. Valores éticos, morales, espirituales y religiosos que han fundamentado y sostenido a la familia han sido cuestionados y, en ocasiones, negados. Bajo el argumento de la no discriminación y la tolerancia (valores que privilegia la posmodernidad) se siguen tejiendo nuevas propuestas legales que buscan redefinir el matrimonio y la familia. Confusiones y ambigüedades en la opinión pública y la pretensión de tribunales y legislaturas de erigirse como la autoridad suprema que define la verdad y la bondad de la vida, el matrimonio y la familia, son indicadores visibles de la nueva situación que afecta conciencias y conglomerados.
En el ambiente familiar de Navidad, escuchamos en el Evangelio de este domingo algo que pudiera parecer crisis insuperable para la familia de Nazaret. Hay preguntas, reproches, silencios, dudas y búsqueda de soluciones. Pareciera que la luz ámbar se ha encendido en el hogar de José y María porque su hijo adolescente ha desaparecido. Todos lo buscan, ha sido localizado… Cuando lo encuentran, éste habla y expone sus razones: ocuparse en las cosas de su Padre, es decir, volver al origen/fuente de su misión en la vida. María y José escuchan, disciernen, deciden, aceptan y acompañan. Empiezan a comprender que volver al origen es ir a los principios que orientan su misión y el futuro de su familia. La crisis ha dado paso a nuevos retos y desafíos en la familia de Nazaret. Jesús, María y José tendrán que buscar la voluntad de Dios cada día, todos los días. Ésta es la luz que da nuestra fe.
En unos días iniciamos el año 2025. Esperamos que nos ocupemos en las cosas del Padre, es decir, en el respeto, el diálogo, el cariño, la comprensión, la misericordia, una buena dosis de alegría. ¿Seremos buena noticia para las generaciones por venir?
Con afecto familiar los bendigo.
Originario de Granados, Sonora.
Obispo de/en Zacatecas