Ofrece alivio a peregrinos que van a La Aduana
NAVOJOA, Sonora, nov. 21 (NPN).- Cada año, cientos de peregrinos recorren largas distancias para llegar al templo de la Virgen de la Balvanera, en la comunidad de La Aduana. Entre ellos, Carla Rabago, una mujer de 45 años, se ha convertido en un rostro conocido por su generosa labor.
Desde hace cinco años, Carla instala un punto de descanso donde ofrece agua, alimento y chocolate caliente a quienes emprenden la travesía hacia el santuario. Su motivación, asegura, surge de una promesa que hizo a la Virgen.
“Lo hago de corazón, por convicción. Sé lo difícil que es caminar bajo el sol o el frío, y quiero que las personas sepan que no están solas en su camino”, expresó la mujer residente de la colonia Beltrones de Navojoa.
La comunidad de peregrinos agradece su apoyo, especialmente quienes viajan con niños o adultos mayores y que encuentran un alivio con el apoyo que les brinda Carla.
Su puesto, ubicado en un tramo clave del recorrido, se ha vuelto un símbolo de solidaridad y fe, un recordatorio de la esencia de estas peregrinaciones: la unión y el apoyo mutuo.
“Traigo pan, chocolate caliente, agua y pastillas porque las piden mucho para aliviar el dolor; espero que Dios me permita seguir viniendo cada año”, expresó.
El templo de la Virgen de la Balvanera, un sitio histórico y espiritual, atrae cada año a personas de distintas regiones, que caminan con devoción para cumplir sus promesas y pedir favores. La labor de Carla Rabago es solo un ejemplo de cómo la fe puede transformarse en actos concretos de bondad.