Álvaro Obregón creó una secretaría de Estado que aún existe: es de las más importantes
Por Kevin Aragón / El Sol de México
ESPECIAL, nov. 19.- Consciente de que cada generación lee el pasado a partir de sus propias preguntas, el historiador Ignacio Almada Bay emprendió en 2011 una profunda investigación sobre las múltiples interpretaciones que se han hecho de Álvaro Obregón, uno de los caudillos más polémicos y más estigmatizados de la historia de la Revolución Mexicana.
El resultado es el libro “Álvaro Obregón. Caudillo del pasado, espejo del presente” y ofrece la reconstrucción cronológica de la vida de este personaje, quien ha sido considerado de diversas maneras, como “un nuevo Porfirio Díaz” o un héroe mutilado en batalla.
Todo ello a partir de la selección de las “más verosímiles” interpretaciones de las múltiples que se han hecho de él —desde Martín Luis Guzmán y su novela La sombra del caudillo, hasta biografías obligadas, como las de Álvaro Matute o Jürgen Buchenau—, en comparación con el material documental existente, en diversos archivos, entre ellos el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional (AHSDN).
“Las percepciones sobre Obregón, incluso cuando estaba en vida eran muy contrapuestas, para unos era un héroe y para otros un vencedor. Él fue el vencedor de la División del Norte y eso no gustaba a los partidarios y simpatizantes del general Pancho Villa”, comenta Ignacio Aldama Bay, miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia, en entrevista con El Sol de México.
“Creo que como presidente hay un consenso en que su obra educativa fue muy valiosa, aunque en las generaciones posteriores su memoria quedó muy ligada al conflicto religioso de la Guerra Cristera, cuando en realidad él fue el hombre que estaba impulsando la reconciliación”, agrega el investigador, quien asegura que este libro más que defender o acusar, busca ofrecer la libre interpretación a los lectores.
¿Cuál fue el mayor error de Obregón?
Sumado a esta percepción, Aldama Bay habla en el libro sobre lo que considera “el mayor error” que pudo cometer Álvaro Obregón, el cual fue haber buscado la reelección “traicionando” la consigna de Ignacio I. Madero, “Sufragio efectivo no reelección”.
Esta decisión, tuvo consecuencias para la percepción del caudillo.
“El mayor error que cometió Obregón en su vida pública fue buscar la reelección. Yo incluso sugiero varias hipótesis de por qué no se fue a Sonora, pues con sus negocios agrícolas y contactos en Estados Unidos, yo creo que habría creado un emporio. Pero no tenemos más datos para interpretar con certeza qué fue lo que lo llevó a buscar la reelección, aunque sí sabíamos que desconfiaba de muchos”, comenta el historiador.
En tanto a la imagen institucional que se busca preservar del caudillo, reflejada en el monumento que se yergue en su nombre, en Parque de la Bombilla de la Ciudad de México, donde sucedió su magnicidio, Aldama, comenta que parece evocar una imagen que parece diluirse entre a la sociedad mexicana, tema que también evoca el historiador Felipe Ávila.
Temas para volver a pensar
Tras mencionar que entre las cosas que hay que valorar sobre Álvaro Obregón y que busca explicar en su libro, es su presuroso ascenso social como un campesino que después fue maestro, alcalde, militar y luego presidente un poco menos de una década, Aldama Bay explica que se tienen que volver a pensar las grandes aportaciones que realizó en materia de educación y en política exterior, especialmente con Estados Unidos.
“Hay que reconocerlo como el creador de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que logró la federalización de la educación, en un contexto en el que el gobierno mexicano no tenía el control de la mayoría del país. La educación resultó clave para poder gobernar”, finaliza.