¿Por qué a los hombres les cuesta más pedir disculpas que a las mujeres?
ESPECIAL, abr. 11.- Algo intuía Elton John cuando cantaba Sorry seems to be the hardest word (perdón parece ser la palabra más difícil), porque un estudio titulado Por qué las mujeres se disculpan más que los hombres: diferencias de género en los umbrales para percibir comportamientos ofensivos demostró en 2010 que, de hecho, los varones piden perdón con bastante poca frecuencia. “Los hombres se disculpan menos que las mujeres porque su umbral de lo que consideran un comportamiento ofensivo es más alto”, concluye el informe, publicado por la universidad canadiense de Waterloo.
Perdones hay muchos. Hay casi tantas maneras de disculparse como personas arrepentidas. Los hay explícitos, como el que pidió Jesucristo en la cruz para sus ejecutores. Los hay a destiempo, como el del Rey Juan Carlos I después de que se hiciera público su viaje a África a cazar elefantes. Los hay poco creíbles, como el del expresidente de la Federación de Futbol Luis Rubiales por el beso no consentido a Jennifer Hermoso. Los hay falsos, como cuando Fernando VII, recién regresado a España tras vender el país a los franceses, prometió caminar por la “senda constitucional” de Cádiz para poco después romper su promesa.
Perdón. Una palabra con seis letras y dos sílabas. La psicóloga clínica Violeta Alcocer confirma la versión de Elton John. Según ella, si es más difícil para los hombres pedir perdón es porque, según explica, la sociedad es androcéntrica, es decir, está hecha a la medida de las necesidades de los varones. La experta señala que las dinámicas internas de este tipo de sociedades ejercen un sistema de recompensas y castigos diferentes según el género. “Cuando hombres y mujeres cumplimos con los roles y estereotipos normativos, recibimos reconocimiento y recompensa social. Pero cuando no cumplimos, las mujeres experimentamos penalizaciones sociales de diversa índole, mientras que a los hombres no se les suele señalar el error”.
Sin embargo, según muchos expertos, algo está cambiando entre las nuevas generaciones. Los hombres están aprendiendo a disculparse más y las mujeres intentan hacerlo menos. A Raúl Macías, autor del perfil Masculinidad subversiva en Instagram, le llegan mensajes todos los días de hombres preguntando cómo pedir perdón. “Existe la idea de que las mujeres han tenido una vivencia de las cosas más desde la emoción, y los hombres creemos que tenemos el poder de la razón. Eso ya genera una distancia, un conflicto donde el poder del relato está en los hombres”, asegura Macías, que afirma que en muchas ocasiones el varón solo se disculpa para evitar el conflicto. “Muchos de los que me escriben no saben lidiar con el perdón. Yo intento que valoren a la persona que les reclama las disculpas, que conecten con sus emociones. Siempre empiezo con las mismas preguntas: ¿Esta persona te importa? ¿Quieres seguir con ella? ¿Realmente estás entendiendo el daño que has causado? ¿Por qué crees que te cuesta tanto pedir perdón?”, explica Macías.
La experta en mediación de parejas y psicóloga Marisol Ramoneda afirma que la conducta de un hombre tiene que haber sido muy obvia para que se dé cuenta de que ha herido a alguien. “Les cuesta más porque no tienen la misma percepción que las mujeres. Pero, en caso de darse cuenta, creo que estarían en igualdad de condiciones de pedir perdón”, afirma. Para la experta, este tema es importante en las discusiones de pareja. “Quizás una mujer está esperando un perdón por algo y nunca le llegará porque su pareja no ha tomado conciencia de haber hecho nada mal. En una relación sana es importante aprender a expresar lo que uno siente. Solo así se obtendrán perdones sinceros”.
¿Y cómo es una buena disculpa, un perdón canónico, ejemplar y de manual? Una investigación llamada Una exploración de la estructura de las disculpas efectivas ha logrado identificar seis rasgos de una disculpa eficaz: expresar arrepentimiento, explicar qué salió mal, reconocer responsabilidad, declarar arrepentimiento, ofrecer una solución y pedir perdón. Si se siguen todos estos pasos, concluye el informe, las disculpas serán sanadoras. No vale de nada sin un cambio detrás. En eso hay que corregir a Elton John: Lo más difícil no es decir perdón sino asumir por qué hay que hacerlo.
No pedir perdón por salud: ¿sube la autoestima no disculparse?
Un estudio publicado en The European Journal of Social Psychology —titulado Negarse a disculparse puede tener beneficios psicológicos— concluyó que las personas que se negaban a pedir perdón después de un error se sentían más poderosas y tenían mayor autoestima que aquellas que optaban por hacerlo. No disculparse no solo no es necesariamente malo para quien elude la responsabilidad, sino que puede llegar a ser hasta positivo. Eso sí, a cambio una relación puede quedar dañada para siempre: “Si has hecho algo que tiene consecuencias negativas importantes para otra persona, es importante reconocer si valoras la salud de la relación”, dice el informe. ¡Ah, el libre albedrío!
Por Lucía Franco / elpais.com