El IEES, árbitro de la elección en Sonora, omiso y pintado en la pared, mientras el juez brilla por su ausencia, las campañas anticipadas a las diputaciones locales y alcaldías, están en todo su apoyo

ESCENARIO POLÍTICO

José René Rosas

Móvil 6442 543065

El órgano electoral rector del proceso electoral en Sonora, IEES,  ejerce un presupuesto de 646 millones de pesos, destinados a los gastos  operativos y de organización de la contienda política 2024 en la entidad, un oneroso esquema de recursos públicos que no garantiza el estatus democrático de una elección apegada al marco jurídico electoral vigente, mientras el árbitro del proceso está ausente, los aspirantes ya definidos a los cargos de diputaciones locales y alcaldías, literalmente arrancaron sus campañas de proselitismo cuando el período oficial inicia el próximo 20 de abril.

Sin control ni mucho menos vigilancia efectiva, el activismo político electoral de los pretensos es abierto, franco, de contacto directo con los potenciales electores, sin guardar las formas ni respeto a las reglas de la justa electiva, buscando ventaja ilícita y posicionamiento; los actos de campaña anticipada están debidamente señalados en la legislación en la materia, quienes incurren en esta irregularidad son sujetos a amonestaciones, sanciones y hasta la cancelación de los derechos de participación, es decir, el retiro de las candidaturas por violación a la norma electoral.

No obstante, los candidatos nombrados por los partidos y coaliciones despliegan estos actos y se exhiben con total libertad e impunidad, ignorando deliberadamente al juez de la batalla política. El desorden y la anarquía en nada abona al proceso constitucional, de entrada, vulnera la endeble línea democrática, pero el riesgo mayor es  que la elección evolucione a un estado de caos y guerra sucia fuera del margen de control de la autoridad electoral, si el proceso escapa de las manos de los organismos rectores, se pierden también las garantías del derecho individual y el ejercicio del sufragio libre para los ciudadanos, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Luego entonces, si el responsable de la legalidad electoral no pone orden, quién podría enmendar la ruta al buen final de la contienda, para que no se repitan historias lamentables, porque en el fondo, hacia esta dirección apunta el clima de anarquía en ciernes de la elección, o quizá ésta sea la apuesta de los oscuros intereses que ya se asoman en el presente contexto político en resumen, ¿Quién le pone el cascabel al gato?

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