Chineras: la historia de amor prohibido entre mujeres sonorenses y chinos

Sonora tuvo un capítulo oscuro de persecución china o movimiento antichino con discriminación y xenofobia

ESPECIAL, feb. 28.- En Sonora, y en el noroeste de México, tenemos un capítulo histórico que trata de la discriminación y expulsión de la comunidad china. De sobra es conocida su cultura de esfuerzo y de trabajo, y la prosperidad que esto ha acarreado, estén donde estén.

Como bien sabemos, en la actualidad impera dicha cultura laboral, la generación de fuentes de empleo, y el aumento de migrantes de China en todo el mundo.

Los identificamos por su idioma, por su morfología y en general por la forma en que se organizan para el transcurrir de su día a día, generalmente entre miembros de su comunidad.

No obstante, también han habido personas de otras nacionalidades que han observado sus hábitos, identificándose con ellos; un ejemplo de ello han sido las mexicanas, y específicamente las sonorenses.

Antecedentes del movimiento antichino en Sonora

Lo que conocemos como persecución china o movimiento antichino en Sonora, con promulgaciones de leyes discriminatorias que alcanzaron la expulsión de los migrantes, ocurrió entre finales del siglo XIX y el XX.

Dicha persecución contempló la prohibición para que se les vendieran productos comestibles, el ingreso a algunos lugares que podrían ser públicos y, también, negaba que hubieran matrimonios entre chinos y mexicanas.

¿A quiénes llamaban chineras?

A propósito de matrimonios, como ha sucedido en la histórica multiculturalidad de Sonora. Antes, durante y después de este capítulo ocurrieron uniones de mujeres sonorenses con migrantes de China.

A las mujeres que eligieron ser pareja de chinos, se les conoció despectivamente como chineras; debido a la marginación impuesta por el gobierno y leyes mexicanas, estas mujeres “perdían sus derechos”, su nacionalidad y también eran objetivo de discriminación. Esto fue en 1923 con lo que se conoció como Ley 31.

No obstante, ellas buscaron proteger a sus familias y sus patrimonios. Una investigación realizada por Jackeline Duarte Durazo, para El Colegio de Sonora, (El Colson), revela que las mujeres formaron un movimiento que fue revolucionario contra la campaña de xenofobia que afectaba a sus familias y a su comunidad.

Si bien es cierto, se les estigmatizó con el nombre de chineras, ellas alzaron la voz para dejar en claro que el gobierno no podía intervenir en sus decisiones de pareja.

Oficialmente no hay una cifra de cuántos chinos, mujeres unidas a ellos, familias y descendientes salieron de Sonora, menos cuántos regresaron y se establecieron como parte de la población que se ha reproducido en la región.

Algunos se quedaron en Arizona o en California, en Estados Unidos, mientras que otros se quedaron en la frontera de México, en varios estados, a partir del racismo que se ejerció en Sonora.

Una muestra de lo ocurrido en la época mencionada, la pudimos ver en la película Sonora (dirigida por Alejandro Springall), tomando el guión de la novela El Camino del Diablo, con una adaptación posterior en La ruta de los caídos (2012), del escritor sonorense Guillermo Munro Palacio.

Por Judith Teresita León / El Sol de Hermosillo

Información de: www.elsoldehermosillo.com.mx

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