Nuestra economía frente a la incertidumbre del 2024
ESPECIAL, dic. 19.- En el marco de un 2024 caracterizado por un bajo dinamismo económico a escala global, el caso mexicano destaca gracias a la oportunidad que presenta para consolidar un crecimiento impulsado por los factores que lo fortalecieron durante este año.
La volatilidad de los mercados y las presiones inflacionarias han hecho de 2023 uno de los años más complejos en las últimas décadas; donde la deuda global registra un monto récord, según el Instituto de Finanzas Internacionales, y donde las altas tasas de interés impuestas por diversos bancos centrales alrededor del mundo ya comienzan a hacer estragos en la actividad económica.
Sin embargo, México cuenta con condiciones para poder hacerle frente al escenario adverso que se prevé para el próximo año, ya que cuenta con elementos que le brindan ventajas considerables en la coyuntura actual, en donde el mapa industrial, económico y geopolítico se está reconfigurando, como lo expone la administradora de inversiones BlackRock.
“El nuevo mantra de la resiliencia por encima de la eficiencia económica puede aumentar costos, pero también presenta oportunidades. Países como Vietnam y México podrían beneficiarse de la diversificación de las cadenas de producción, en nuestra opinión. Y vemos oportunidades en países del Golfo, India y Brasil. Ellos están persiguiendo vínculos con múltiples bloques y tienen recursos y suministros valiosos”, apunta la multinacional en sus perspectivas para 2024.
Al respecto, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han señalado que la economía mexicana se encuentra en un momento de expansión generalizada gracias a un mercado laboral sólido y la inversión en proyectos de infraestructura; un resultado producido por los inversores foráneos y su urgencia por relocalizarse en el país, por un lado, los proyectos del sector público, por el otro.
Incluso, dentro del escenario nacional existe una opinión consensuada sobre la continuidad del dinamismo económico registrado durante este año, para los próximos 12 meses; a la par de una consideración sobre el probable inicio de recortes en la tasa de interés de referencia en el primer trimestre de 2024 y expectativas de una inflación sin sobresaltos, llegando a cuatro por ciento después de los próximos 12 meses, de acuerdo con la Encuesta Citibanamex de Expectativas, donde participan analistas de instituciones bancarias y casas de bolsa, por mencionar.
Los analistas opinan
Aunque existe una perspectiva positiva al respecto de la economía nacional y su estado actual, diversos analistas también han señalado factores que, a mediano o largo plazo, podrían incidir en un cambio de tendencia sobre el momento que se vive en el ámbito económico mexicano, y que podría reflejarse en una moderación del ritmo de crecimiento en diversos indicadores macroeconómicos, o incluso, una desaceleración de la actividad productiva del país en su conjunto.
Por ejemplo, Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero B×+, considera que el comportamiento de variables como el consumo interno, el flujo de remesas y hasta la inversión podrían verse afectadas por la pérdida de dinamismo al interior de la economía de Estados Unidos y el estrecho vínculo que guarda con nuestra nación.
Además, el atractivo cambiario que vive el peso mexicano puede expirar si las presiones inflacionarias continúan en la considerada economía más grande del mundo, cuestión que obligaría a la Reserva Federal de Estados Unidos a elevar su tasa de interés y volverse un destino más atractivo para inversionistas, a la vez que, producto del ciclo alcista, el banco central mexicano tenga que disminuir el uso de su herramienta de política monetaria, advierte Janneth Quiroz, directora de análisis económico en Monex.
No obstante, el pago de programas sociales para cumplir con las reglas electorales, la renovación de recursos para algunos proyectos de infraestructura y la necesidad de concluir dichos proyectos antes de la primer mitad del próximo año podrían ayudar a que el país registre una aceleración económica más notoria en la primera parte del 2024, estima la dirección general adjunta de análisis económico y financiero de Banorte.
Menor crecimiento
Más allá del desempeño que la economía mexicana pueda registrar durante el próximo año, existen previsiones que proponen un panorama de menor crecimiento global gracias al efecto de las altas tasas de interés implementadas para combatir las presiones inflacionarias, como el FMI que proyecta un avance de las economías en su conjunto del 2.9 por ciento en 2024, un registro menor al del promedio histórico del organismo.
Misma situación que expone la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que advierte un crecimiento de la región de 1.9 por ciento durante el próximo año, registro menor al de 2023 y que refleja el bajo dinamismo del crecimiento económico y comercio global a nivel internacional, cuestión que se traduce en un limitado impulso para México, el continente y la economía internacional, advierte el organismo regional.
Nearshoring y mercado interno, la clave
Detrás del momento que vive la economía nacional se encuentran dos grandes factores que la impulsan, la llegada de Inversión Extranjera Directa en una magnitud sin precedentes y el consumo que realizan millones de familias mexicanas.
El país cerrará 2023 con un crecimiento económico cercano al 3.5 por ciento, según las estimaciones del Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico); un registro lejano a las previsiones que se estimaban por analistas, organismos internacionales y hasta centros de análisis al inicio de año, donde incluso se contemplaba la posibilidad de una recesión.
Sin embargo, las previsiones no se cumplieron gracias al impulso que ha generado la actual administración en materia de inversión que ha derivado en consumo, por un lado, y el proceso de relocalización industrial por el que atraviesa el país, situación que ha sido considerada como positiva por parte de las agencias calificadoras, como Fitch Ratings por ejemplo.
“Este dinamismo responde a la solidez del consumo privado y al fuerte aumento de la inversión privada, este último atribuido al efecto positivo por la relocalización de empresas. Asimismo, destaca la disminución de las presiones inflacionarias y el incremento en la inversión en construcción no residencial asociado a los proyectos prioritarios de infraestructura tales como el Corredor Interoceánico y el Tren Maya en el sur del país”, señala la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre la ratificación de la calificación crediticia a México por parte de Fitch.
Al respecto, luego de la pandemia por COVID-19, una gran cantidad de empresas han reformulado su estrategia comercial para posicionarse cerca de su mercado objetivo, fenómeno conocido como nearshoring; en este año dicha estrategia ha generado 363 anuncios de inversión en el país, por un monto acumulado de 106 mil 418 millones de dólares que llegarán a México en los próximos años, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Economía (SE).
Con tales expectativas de inversión, se han generado condiciones que han impactado de manera positiva en la clase trabajadora del país; por ejemplo, el empresariado ha accedido un aumento salarial durante este año enfatizando en las bondades que llegarán con las empresas que se instalarán al interior del territorio nacional.
Incluso, el panorama que se vive dentro de la economía mexicana es tal, que actualmente se cuenta con el mayor número de registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la tasa de desocupación se coloca en mínimos históricos, factores que mantienen el consumo interno del país por encima de los niveles que se observaban hace casi 20 años, exponen los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
¿Qué riesgos existen realmente?
A pesar de contar con un ritmo de crecimiento positivo, el próximo año la economía mexicana enfrentará un contexto global desfavorable para continuar con la tendencia que ha registrado durante los últimos meses.
El efecto de implementar elevadas tasas de interés para combatir las presiones inflacionarias que han afectado a la economía global ya comienzan a generar un efecto de freno en la actividad productiva internacional, a tal grado que organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) contemplan un 2024 con un crecimiento económico global bajo, incluso menor al promedio de sus registros.
Incluso, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) plantea que el próximo año se perfila muy incierto, y en general, pesimista, gracias a las tensiones geopolíticas que se viven en diversos frentes, la escalada de la deuda a nivel internacional y la fragilidad económica generalizada.
“El comercio mundial ha experimentado una disminución a lo largo de 2023, influenciado principalmente por la disminución de la demanda en los países desarrollados, un desempeño deficiente en las economías de Asia Oriental y una disminución de los precios de las materias primas. Estos factores contribuyeron colectivamente a una notable contracción del comercio de bienes a nivel internacional”, alerta la UNCTAD, sobre el estado del comercio mundial de cara al 2024.
Como consecuencia de los factores negativos que señalan desde del FMI, hasta la UNCTAD; las previsiones de crecimiento para la economía mexicana en 2024 son menores al porcentaje con en que cerrará el año, por ejemplo, OCDE plantea que México crecerá 2.5 por ciento, de la misma forma que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) también estima un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.5 por ciento durante el próximo año, incluso el Banco de México (Banxico) proyecta un avance del PIB de 3 por ciento.
Sin embargo, a pesar de que el próximo año se llevarán a cabo elecciones presidenciales en el país, y dicho factor se ha caracterizado por una implicación negativa para la economía mexicana, actualmente se descarta una posible afectación producto de los comicios, explica la agencia calificadora Fitch Ratings.
“Fitch no anticipa una perturbación política importante durante el ciclo electoral que pueda afectar negativamente las perspectivas de crecimiento para 2024. Fitch anticipa cambios de política limitados si MORENA gana las elecciones presidenciales, aunque todavía hay una visibilidad limitada en la agenda política real”, explica la calificadora al descartar un impacto por las elecciones en México.
Información de www.reporteindigo.com