Las consecuencias de la guerra para el campo

ESPECIAL, oct. 23.- El golpeado campo mexicano que ha visto descender fuertemente el precio del maíz desde los máximos que alcanzara el año pasado sin que sus elevados costos desciendan, hoy podría enfrentar aún costos más elevados por el incremento en el precio de los fertilizantes

Para todos es claro, y tras las fuertes imágenes de las que hemos sido testigos en los diferentes medios de información y las redes sociales, lo cruel y devastadora que puede ser una guerra para cualquier país, pero especialmente para la población civil, que sin deberla ni temerla, puede perder en un segundo absolutamente todo: familia, hogar, paz, futuro.

Hoy, la guerra entre Israel y Hamás tiene consecuencias no solo locales, sino globales, que afectan a todos, no solo desde un punto de vista humano, sino también económico.

El conflicto armado que iniciara hace unas semanas tiene y tendrá repercusiones en el precio de los energéticos, particularmente porque se libra en una zona donde se encuentran los principales países productores de petróleo y donde conforme se ha ido escalando el conflicto, diversos analistas consideran que se podría llegar al extremo de que se bloquee la salida de petróleo a través del estrecho de Hormuz, lugar por el que se moviliza aproximadamente el 25% del petróleo que se comercia a nivel mundial.

Ello ocasiona que aunado a los inventarios apretados que existen en Estados Unidos, según diversos analistas, el precio del petróleo pudiera llegar a tocar niveles de 120 dólares/barril.

Lo anterior podría de igual forma impactar a los precios del gas natural y de los fertilizantes, ya que Oriente Medio es también una importante zona productora de ambos, lo que tendría consecuencias en los costos de generación de energía y en la producción de alimentos.

Para aderezar el tema, es por todos sabido los esfuerzos que han venido haciendo los miembros de la OPEP+, que incluyen a Rusia, por recortar la oferta de petróleo en aproximadamente 2 millones de barriles con el fin de encarecer el precio del mismo y tras el conflicto que se vive entre Rusia y Ucrania, también importante zona productora y de abasto de petróleo y gas natural, y el respaldo que le ha proporcionado Estados Unidos a Ucrania, no sorprendería que Rusia incremente aún más sus recortes, a fin de afectar la probabilidad de triunfo del presidente Biden para su reelección a la presidencia en noviembre de 2024.

Y es que un aumento de estas magnitudes en el precio de los energéticos podría afectar de manera significativa los importantes esfuerzos que han venido haciendo los principales bancos centrales para tratar de controlar la inflación sin afectar de manera sensible su crecimiento.

Según se dice, ningún presidente de Estados Unidos ha logrado su reelección en un entorno de fuertes presiones inflacionarias, ya que usualmente afecta más a quien tiene menos.

Por lo pronto, la Fed ha venido viendo en fechas recientes cómo la economía norteamericana ha mantenido su crecimiento, como lo demuestran los datos de empleo e inflación recientes y el discurso ha sido que dado lo elevado de las tasas en el mercado secundario, el banco central estadounidense no se vería en la necesidad de incrementar su tasa de referencia en el corto plazo. De hecho, así lo descuentan los futuros.

También ha dejado ver que las tasas se mantendrán elevadas por un largo periodo.

En México, si bien es cierto que un aumento en los precios del petróleo nos beneficia, es importante recordar que importamos gasolinas y eso impactará en las presiones inflacionarias.

Por otro lado, el golpeado campo mexicano que ha visto descender fuertemente el precio del maíz desde los máximos que alcanzara el año pasado sin que sus elevados costos desciendan, hoy podría enfrentar aún costos más elevados por el incremento en el precio de los fertilizantes que ya comentábamos, lo que se traduce en alimentos más caros para todos los mexicanos.

También la deuda de Pemex, considerada la empresa petrolera más endeudada del mundo sufrirá las consecuencias de las elevadas tasas de interés, a lo que se suma la aprobación de una Ley de Ingresos para el 2024 que considera casi 2 billones de pesos más de deuda para los mexicanos, coincidentemente con año electoral donde elegiremos presidente, entre varios puestos más de elección popular.

En un mundo global, lo que sucede en una región tiene consecuencias en el resto del mundo y México no es la excepción.

Por Alfonso García Araneda

www.eleconomista.com.mx

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