Frutas y verduras: aliadas contra el cáncer de mama

ESPECIAL, oct. 20.- Una alimentación balanceada juega un papel muy importante en la salud de las personas, ya que ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades como diabetes, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. A través de la ingesta diaria de frutas y verduras se pueden obtener compuestos fenólicos, los cuales son una clase de sustancias químicas presentes en una amplia variedad de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, nueces y semillas. Estos compuestos se han investigado extensamente por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, debido a que podrían tener un impacto positivo en la prevención del cáncer de mama.

Una de las causas por las que se puede tener riesgo de desarrollar cáncer de mama es el historial familiar. No obstante, el aumento en el número de casos no hereditarios podría estar relacionado con los hábitos que tienen las personas durante su vida; por ejemplo, se ha observado que las personas que tienen adicciones como el tabaquismo y alcoholismo o malos hábitos alimenticios están expuestas a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Las pacientes con esta enfermedad suelen recibir tratamientos agresivos que por lo regular producen diversos cambios en su organismo debido a los efectos secundarios que generan las terapias; algunos de estos efectos, regularmente, se manifiestan como debilidad, cansancio y pérdida de peso. Estos signos y síntomas pueden ser contrarrestados por la presencia de los compuestos fenólicos en nuestro organismo, los cuales son obtenidos durante la ingesta de frutas y verduras. Se ha comprobado que el consumo de compuestos fenólicos a través de la dieta genera múltiples beneficios que, en su conjunto, son capaces de prevenir el desarrollo de tumores malignos y con ello, disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama.

Particularmente, se ha estudiado que los compuestos fenólicos como la curcumina, epigalocatequina, genisteína, resveratrol y ácido clorogénico, que pueden encontrarse en vegetales como la cúrcuma, mango y uvas, generan estos efectos preventivos y protectores contra el cáncer de mama. Por ello, es de gran importancia generar buenos hábitos alimenticios desde temprana edad para que durante el desarrollo hacia la adultez y vejez sea posible disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades.

La alimentación juega un papel importante en la salud de las pacientes con cáncer de mama, ya que ayuda a que se sientan fuertes, con mayor energía, así como a favorecer su recuperación después de los tratamientos. Sin embargo, la alimentación saludable no sustituye a los tratamientos que los profesionales de la medicina recetan, por lo que se recomienda que las pacientes continúen visitando regularmente a los especialistas para que se logre una recuperación óptima.

Información de www.ciad.mx

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