Falta estrategia contra el tráfico de fentanilo en Sonora: expertos
La frontera de Sonora-Arizona ha desplazado a la de California como el lugar por donde más droga cruza al vecino del Norte
ESPECIAL, oct. 14.- El fentanilo se ha ganado un lugar entre las drogas más infames conocidas por la humanidad al considerarse una de las más adictivas, amén de sus efectos adversos en el organismo que al mínimo pueden provocar una sobredosis y, con ello, la muerte por fallo respiratorio; mientras tanto, el consumo y el tráfico de esta sustancia en Sonora no parece ir a la baja.
Esta sustancia sintética es utilizada para el tratamiento médico de dolores crónicos y otra serie de afecciones clínicas, sin embargo, en los últimos años ha tomado relevancia como una de las drogas que más muertes genera entre sus consumidores, principalmente en Estados Unidos, donde se identificó como un problema de salud pública desde el año 2017.
De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), en lo que va de este 2023, Arizona se ha convertido en el principal punto de entrada de fentanilo al país vecino del norte, arrebatando a California este título, indicó Marco Paz Pellat, titular del Comité Ciudadano de Seguridad Pública (CCSP) en Sonora.
“En tan solo 10 meses, los decomisos de fentanilo en los puertos de entrada de Arizona han escalado 161% en comparación con 2022. Este vuelco impensado coloca al estado como responsable de 58% del total de fentanilo confiscado en la frontera con México, relegando a California de su posición dominante”, dijo.
Recordó que, durante el 2020, el puerto de entrada de San Diego, en California, reportó el 63% del fentanilo incautado en Estados Unidos; mientras tanto, en los primeros 10 meses de este 2023, en la frontera entre Sonora y Arizona se han confiscado alrededor de 41 millones de pastillas de fentanilo.
Asimismo, desde octubre del 2022 hasta julio del 2023, se han decomisado cinco mil 443 kilos de esta droga sintética en los puertos de entrada de Arizona, mientras que en todo el año pasado se decomisaron dos mil 085 kilos en los mismos puntos de ingreso.
“Entre julio de 2022 y febrero de 2023, la CBP ha logrado incautar más de cuatro toneladas de fentanilo en Arizona, representando 58% de todas las confiscaciones de esta droga sintética en los puertos de entrada a lo largo de la frontera con México”, detalló.
Incluso, en contra de la que cabría imaginarse, la mayoría de los decomisos ocurren en los puertos de entrada legales y no por el desierto de Arizona, siendo esta zona la de mayor tránsito de migrantes indocumentados para llegar a Estados Unidos, de manera que se estima que el 99% del fentanilo confiscado pasa por dichos puntos.
En ese sentido, explicó que los cárteles han adaptado su estrategia de tráfico, pues además de los métodos convencionales, ahora se involucra a residentes legales y ciudadanos estadounidenses, desde adolescentes hasta adultos mayores, para transportar paquetes de fentanilo.
“Algunos esconden la droga en distintas partes del cuerpo, como abdomen o entrepierna, llegando incluso a esconderla en cavidades corporales. Recordemos que el gran valor de venta y rentabilidad de cada cápsula facilita el contrabando hormiga”, agregó.
Por tanto, la lucha contra el fentanilo se ha exacerbado en la frontera al sur de Estados Unidos, especialmente en la frontera entre Sonora y Arizona, por lo que las autoridades deben continuar trabajando en colaboración para enfrentar la situación, aunque esto a su vez puede explicar la creciente violencia en la entidad.
Una lucha sin estrategia
Debido a su ubicación geográfica, Sonora es uno de los puntos más cotizados para el trasiego de droga hacia el mercado estadounidense, por lo que no es novedad la disputa que existe entre los cárteles para hacerse con el control de este cruce clave para el tráfico de narcóticos como el fentanilo, indicó Gabriela Nava.
La consultora en inteligencia estratégica para la seguridad nacional mencionó que desde hace más de 10 años la disputa por el territorio sonorense ha generado un clima de inseguridad debido a esta lucha por controlar el trasiego de drogas hacia la nación de las barras y las estrellas.
“Más o menos entre 2010 y 2012 el cártel de los Zetas, cuando se separan del cártel del Golfo, intenta disputar ese cruce fronterizo, porque te digo es estratégico, es importante, al ser desierto, además, la vigilancia y el control es mucho más fácil (para los grupos delictivos) y mucho más difícil en cuanto a vigilancia (corporaciones de seguridad), es desierto, las condiciones geográficas hacen más difícil la vigilancia. Y eso es lo que ha favorecido en muy buena medida que sea un cruce estratégico y que, además, sea bien disputado entre los cárteles”, comentó.
Aunado a esto, existe el problema de los pueblos indígenas que son utilizados por el crimen organizado de manera estratégica para operar sin tantas restricciones, en gran parte gracias a las leyes de usos y costumbres, lo que propicia la falta de intervención del Estado, así como las condiciones de precariedad en dichos puntos, lo cual aprovechan los cárteles.
“La presencia del Estado es lejana porque no tienen servicios, no tienen presencia de seguridad, los presidentes municipales son muy lejanos o no tienen los recursos para atender de forma correcta las necesidades de seguridad y las necesidades sociales de los indígenas”, mencionó.
Es por ello que, como consultora en inteligencia y maestra en Política Criminal, la especialista resaltó que en México no existe una estrategia, en todo el sentido de la palabra, para enfrentar la problemática.
“El hecho de exigirles a los militares que provean de seguridad a la población, pero que no hagan el uso legítimo de la fuerza, que es potestad del Estado, que tienen la autorización para utilizarlo, pues definitivamente es… Te lo voy a poner en estos términos: Cada delincuente, en lo individual o de forma organizada, siempre va a hacer una evaluación de riesgo; va a medir cuál es el riesgo de ser detenido por las autoridades; cuál es el riesgo de terminar en la cárcel; cuál es el riesgo de morir, inclusive; entonces, cuando los delincuentes se enteran que el riesgo de que los detengan es muy bajo; que el riesgo de que el ejército haga el uso legítimo de la fuerza, pues entonces no tienen ningún elemento, ni ningún motivo para disuadir, es decir, no hay un riesgo real, fuerte, para que comentan estos actos delictivos”, puntualizó.
De tal forma, ante la falta del uso de la fuerza legítima, los cárteles han visto un incentivo para continuar con sus actividades delictivas, aunado a la corrupción que existe en el sistema judicial y de Seguridad Pública, lo que ha generado una mayor impunidad.
Salud y economía
Para Santiago Roel, creador y director del Semáforo Delictivo en México, se trata de una problemática que va más allá de los enfoques que le han dado tanto México como Estados Unidos, pues los esfuerzos no parecen estar bien encaminados.
“Es un tema muy delicado, le provoca muchos problemas a Estados Unidos, sin embargo, Estados Unidos tampoco lo enfoca bien porque lo considera un problema de oferta, no de demanda; es un mercado, hay un comprador y hay un vendedor. Y, es un tema de salud y es un tema económico, es un tema de mercado. Para la DEA en Estados Unidos y para otras agencias fue muy fácil culpar a México, señalar a algunos cárteles, lograr que los capturen y que los extraditen, pero eso no baja la oferta y mucho menos baja la demanda”, comentó.
Por tanto, mencionó, es importante que las autoridades estadounidenses redireccionen sus esfuerzos para verlo como un tema de salud pública, pues se necesita enfoque donde puedan registrar a los usuarios con problemas y otorgarles gratuitamente la dosis tratando de llevar un control, buscando frenar las sobredosis y las muertes, lo que eventualmente podría detener la adicción.
Sin embargo, las acciones del Gobierno estadounidense no parecen buscar esta dirección y por el contrario se ha enfatizado que el problema es únicamente de México, cuando también se ha evidenciado que los componentes para fabricar el fentanilo provienen de países como China, e incluso tienen destino en puertos de Canadá y Estados Unidos.
“Entonces, sí, nos provoca mucha violencia, no solamente en las ciudades fronterizas, también en algunos estados como Colima, y en rutas como en Zacatecas o comunidades de Sonora como Caborca, Guaymas y Empalme, creo que también traen esta violencia. Puertos, rutas de trasiego y ciudades fronterizas, eso es donde está más concentrado el problema”, puntualizó.
Por Gustavo Moreno
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