Ciberacoso escolar

Perspectiva

Por Moisés Gómez Reyna

Si un menor de edad comienza a faltar a clases, bajan sus calificaciones, padece insomnio y/o sufre de dolores producto del nerviosismo, entonces es muy probable que sufra de algún tipo de ciberacoso.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), alrededor de 130 millones de estudiantes de todo el mundo sufren acoso, el cual se ha visto exacerbado precisamente por la expansión de las tecnologías digitales.

El problema es tan grave, de hecho, que se estima que 1 de cada 3 estudiantes de entre 13 y 15 años es una víctima de acoso a nivel mundial, estima el organismo.

Estas situaciones, advierte, pueden llevar a un niño a quitarse la vida o puede producir efectos que se extienden a la edad adulta, por lo que es crucial que los gobiernos sean conscientes de su obligación de protegerlos.

Además del suicidio infantil, la ansiedad y la angustia emocional también son algunas de las consecuencias perjudiciales del ciberacoso, por lo que UNICEF señala que es necesario desarrollar mejores estrategias de prevención, en especial con la ayuda de las grandes compañías de tecnología.

Otro dato preocupante es que según el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), el ciberacoso afecta casi el doble a las niñas que a los niños.

La gravedad de este problema se confirma con cifras para Sonora del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Durante 2022, estima el instituto, de los hombres de 12 a 19 años que son usuarios de internet en el estado, un 24.5% aseguró haber sido víctima de ciberacoso en el último año, mientras que en el caso de las mujeres de la misma edad, esa proporción se dispara a 46.0%, la segunda más alta del país.

Las tres situaciones más comunes de ciberacoso en nuestro país son: contacto de personas mediante identidades falsas, recepción de mensajes ofensivos y recepción de contenido sexual.

Los principales efectos que tiene el ciberacoso sobre sus víctimas son el enojo, la desconfianza, el miedo, el estrés y un sentimiento de inseguridad.

El INEGI ubica que los medios digitales más usados para el ciberacoso son: Facebook en casi en la mitad de los casos, seguido de whatsApp, Messenger, Instagram y el correo electrónico personal.

Por otra parte, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), revela que los niños que sufren acoso escolar tienen más probabilidades de faltar a clase, obtienen peores resultados en los exámenes y pueden padecer insomnio y dolores psicosomáticos.

Algunos otros estudios también muestran efectos de largo alcance que se extienden hasta la edad adulta, como una alta prevalencia de la depresión y el desempleo.

Lo alarmante es la magnitud del problema, que es enorme. Según el área de Política de Seguridad de Meta, sólo en el tercer trimestre de 2023 se detectaron unos 15 millones de contenidos en las plataformas de Meta, Facebook e Instagram, que constituían intimidación y acoso; la mayoría fueron eliminados proactivamente por la empresa antes incluso de ser denunciados.

La empresa asegura que sus políticas de moderación de contenidos y la forma en que las aplica en sus plataformas, es reforzada con expertos para fundamentar las medidas que adopta e incorpora continuamente herramientas contra el acoso en la experiencia del usuario.

En conclusión, la responsabilidad de la seguridad de nuestros hijos debe ser colectiva y compartida, pues por una parte es necesario que los niños sean más conscientes de sus derechos y por otra que los gobiernos y la sociedad sean más conscientes de su obligación de protegerlos.

Twitter: @gomezreyna

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