Violencia cotidiana
Hace unos meses, en redes sociales nos sorprendió un video en el que se mostraba, como un sujeto pegaba con un bat de béisbol en la cabeza a una mujer que atendía una tienda de artículos deportivos en Ley Plaza del Mayo, esto con la finalidad de cometer un robo en el establecimiento; finalmente la persona fue detenida y la propietaria de la tienda recupero su salud, sin embargo, el acto de violencia quedo registrado en la mente de todos.
Semanas atrás, también a través de redes sociales conocimos la historia de un empleado de una pizzería que fue agredido a golpes por un cliente molesto en el centro del país, la víctima tuvo que pasar tiempo en el hospital para recuperarse de las lesiones que le causaron los golpes recibidos, el agresor fue detenido y actualmente está sujeto a un proceso penal en su contra.
La semana pasada, muchos nos consternamos por la noticia del feminicidio de Alma Lourdes en Ciudad Obregón, una historia triste y lamentable en donde una encargada de una carnicería confronta a un aparente cliente, que ya había tenido conductas reprochables en contra del personal del local comercial, a quien le niegan la atención y lo retiran del local, para que este sujeto momentos después regresara al lugar y por medio de una arma de fuego, privara de la vida a la mujer que previamente lo había enfrentado.
Si bien es cierto, en los dos primeros casos que comentamos las victimas sufrieron lesiones y hoy en día recuperaron su salud, lamentablemente Alma Lourdes no corrió con la misma suerte; un común denominador es que los agresores en los tres casos han sido detenidos y siguen un proceso judicial que los pondría mantener un buen tiempo en prisión.
Otro punto de coincidencia es que las agresiones se llevaron a cabo en locales comerciales, en contra de empleados o encargados de los establecimientos, que sin razón alguna se convirtieron en víctimas de tres sujetos desquiciados, que ejercieron actos de violencia física grave u homicida.
En épocas recientes nos hemos ido acostumbrando a la violencia generada por el crimen organizado, normalizamos encontrar noticias de homicidios, secuestros, extorsiones, etc., cuyas víctimas y agresores generalmente son personas pertenecientes a un cartel o banda de delincuentes; pero este tipo de acontecimientos son diferentes, quienes han participado en los mismos, aparentemente, no tienen relación con estos grupos criminales, los agresores son ciudadanos “normales”.
Parte del análisis que resulta necesario en relación con este tipo de casos, tiene que ver con el nivel de violencia que se muestra, el estudio de los trastornos mentales que sufren los agresores para cometer este tipo de actos sin una razón aparente, solamente propiciado por un alto grado de intolerancia y frustración. Pero también muy importante es el tema de la prevención de este tipo de delitos.
¿Qué hicieron mal las víctimas? ¿Qué debieron hacer para evitar estos actos en su contra? ¿Qué deben hacer los empleados o encargados de un local comercial para proteger su integridad? ¿Cómo se previenen este tipo de delitos?, lamentablemente necesitamos aprender a cuidarnos y protegernos, tomar medidas extraordinarias y desconfiar.
También la autoridad tiene mucho por hacer en materia de prevención y seguimiento, en el caso de Alma Lourdes existió una llamada de emergencias al 911, previa al ataque que le quito la vida; Seguridad Pública se encuentra analizando la llamada para verificar si existió una negligente atención o realmente actuó conforme a la ley.
Triste, muy triste nuestro entorno y nuestra realidad en materia de seguridad, sin embargo, aun de estos actos lamentables, podemos y debemos aprender como sociedad, para evitar en alguna medida que esto se siga repitiendo, como siempre, es tarea de todos.
LIC. JUAN MANUEL ESCALANTE TORRES