Santiago debe bajarse para facilitarle el camino a Xóchitl frente a Beatriz
ESPECIAL, ago. 21.- En el frente opositor quedan tres posibles aspirantes a la candidatura presidencial que serán elegidos por encuesta (50% de la decisión) y una consulta donde votarán aquellos electores que firmaron para apoyar a los posibles candidatos que entraron en la competencia (el 50% restante).
No se sabe cuántas encuestas se levantarán. En el primer filtro que se aplicó para llegar a sólo tres candidatos, el Frente Amplio por México realizó dos encuestas, una telefónica, donde Xóchitl Gálvez claramente obtuvo el triunfo con el 51% de las preferencias versus 17% de Beatriz Paredes (una diferencia de 34 puntos porcentuales); la segunda encuesta fue en viviendas y hubo un empate entre Xóchitl y Beatriz (32% versus 29%, una diferencia que entra en el margen de error). Los dos sondeos se ponderaron. A la de hogares se le dio un peso de 70%, a la telefónica de 30%, por lo que Xóchitl quedó con el 38% y Beatriz con 26% (una diferencia de 12 puntos).
Para la decisión final, ¿se aplicarán otra vez dos encuestas? ¿Tendrán el mismo peso de 70/30? ¿Sólo tomarán en cuenta la pregunta de preferencias?
No sabemos, pero, ¡ojo!, si en esta ocasión sólo son encuestas en viviendas, que son las más precisas, potencialmente tendríamos un empate entre Xóchitl y Beatriz.
Lo cual nos lleva al segundo mecanismo que se utilizará: la consulta, que tendrá un peso de 50% en la decisión final. Aquí también hay complicaciones para Xóchitl.
Resulta que, de los cuatros candidatos que pasaron a la segunda etapa, uno ya quedó fuera: el priista Enrique de la Madrid. Continúan, entonces, dos panistas (Santiago Creel y Xóchitl) y una priista (Beatriz).
En la consulta sólo podrán votar los que firmaron para apoyar a un candidato. Los datos de este padrón no son públicos. Sin embargo, cuando terminó la primera etapa del proceso se filtró en la prensa el número de firmas que había acumulado cada aspirante.
Xóchitl consiguió 555 mil firmas, Beatriz 452 mil, Santiago 359 mil y Enrique 345 mil.
Es lógico suponer que los que firmaron por Xóchitl saldrán a votar por ella y lo mismo con los otros dos candidatos. Si es así, ganaría Gálvez.
Pero ¿cómo votarán los que firmaron por De la Madrid que ya no estará en la boleta? Presuntamente son priistas y el propio PRI podría movilizarlos para votar por la única aspirante que queda de este partido, es decir, Paredes. Sumando las firmas de Beatriz y Enrique se tienen 797 mil posibles votantes, 242 mil más que Xóchitl sola. De esta forma, Beatriz le podría ganar la consulta a Xóchitl.
Lo conveniente para Gálvez es que Creel se retire de la contienda y quede una elección parejera entre ella y Beatriz. La suma de las firmas de los dos candidatos panistas (913 mil) supera a los de los dos priistas. De lo contrario, al dividirse el voto de los panistas entre dos, la ganadora podría ser Beatriz.
Además, potencialmente una candidata podría ganar la encuesta y otra la consulta. Al pesar cada uno de estos mecanismos lo mismo, la candidata presidencial opositora quedaría en el aire.
Vamos a imaginar, sin embargo, que Beatriz da el campanazo y gana tanto la encuesta como la consulta. ¿De verdad los panistas la aceptarían como su candidata presidencial?
“Ésas son las reglas que pactó el Frente”, me dicen apreciados colegas. Y tienen razón. El problema es que yo no veo al PAN, el partido mayoritario de la coalición, aceptando que los represente una priista.
Y no estamos hablando de cualquier priista. Sí, Beatriz es una política inteligente, experimentada y moderada, pero tiene el sello del PRI en la frente. Fue presidenta de este partido. Aunque ha sabido adaptarse a los tiempos democráticos, viene del antiguo régimen. De joven le respondió un informe presidencial a José López Portillo. Es la candidata ideal para la narrativa que quiere imponer López Obrador en la próxima elección: la lucha entre el pueblo bueno que demanda la continuidad de la 4T y las élites perversas del pasado que pretenden regresar por sus privilegios.
Yo no me imagino al PAN aceptando la candidatura de Paredes. Más bien veo a este partido rompiendo el frente opositor ante esta opción. Que Beatriz sea su candidata es una fórmula para el fracaso porque los votantes panistas no van a sufragar por alguien como Paredes.
El hecho de que Xóchitl tenga el halo de ciudadana más independiente de los partidos hace más factible que panistas y priistas voten por ella en la elección presidencial. En este sentido, es la que tiene más oportunidad de aglutinar al frente opositor. Por eso, y para evitar complicaciones innecesarias, Santiago debe retirarse de la contienda del Frente y dejarle el camino libre a Xóchitl en su competencia contra Beatriz.
Por Leo Zuckermann
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