Mujeres: en busca de una movilidad segura

Las políticas públicas implementadas por las autoridades capitalinas han resultado insuficientes para garantizar espacios libres de violencia para la ciudadanía, lo que ha motivado el surgimiento de iniciativas ciudadanas para contrarrestar el problema

ESPECIAL, ago. 4.- Las políticas públicas con perspectiva de género para garantizar espacios seguros para las mujeres que habitan y transitan por la Ciudad de México han sido insuficientes debido a la grave crisis de inseguridad y violencia de género por la que atraviesa la capital.

Estadísticas locales y nacionales señalan que el porcentaje de la población femenina que ha manifestado sentirse insegura en las calles y en el transporte público es alto.

En junio de 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mediante los resultados de la Encuesta de Seguridad Pública Urbana (ENSU), dio a conocer que el transporte público y las calles se encuentran entre los tres primeros lugares en donde la población se siente más vulnerable.

De este modo, 70.9 por ciento de las mujeres expresó sentir inseguridad en el transporte público y 59.7 por ciento en las calles que camina habitualmente; en contraste con el 66.5 y 48.0 por ciento de los hombres, respecto a cada espacio.

Lo mismo sucede con las cifras de la población que ha enfrentado alguna situación de acoso o violencia sexual.

Datos de la ENSU indican que, durante el primer semestre de este año, 23.7 por ciento de las mujeres vivieron alguna experiencia de ese tipo, mientras que el porcentaje de los hombres fue del 7.3.

En este sentido, especialistas advierten que es urgente que las autoridades capitalinas destinen una mayor cantidad de recursos para desarrollar una infraestructura eficiente e inclusiva y que diseñen más y mejores alternativas de movilidad con cobertura en todas las zonas de la capital, así como que ataquen los problemas de fondo.

Recuento de la violencia

Un ejemplo de la vulnerabilidad a la que están expuestas las mujeres que recorren cotidianamente la capital del país es lo sucedido la tarde del miércoles 2 de agosto, cuando Celia, una joven de 19 años de edad, fue asesinada por un hombre que la lanzó frente a un convoy del Metro en la estación Hidalgo.

El responsable, cuya identidad se desconoce, después de cometer el crimen se suicidó.

Meses antes, el 11 de junio, cámaras del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), captaron un intento de secuestro de una mujer por parte de un taxista en la colonia Buenavista de la alcaldía Cuauhtémoc.

La mujer fue privada de su libertad mientras esperaba a su acompañante, quien se bajó de la unidad para retirar dinero de un cajero. Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) lograron rescatar a la víctima y detener al responsable.

De igual forma, en febrero de 2023, la SSC reportó que una mujer de 40 años de edad se lanzó de un taxi de aplicación mientras circulaba en calles de la alcaldía Gustavo A. Madero, lo que ocasionó que resultara con traumatismo craneoencefálico severo y tuvo que ser hospitalizada; de acuerdo con las autoridades, la pasajera se sintió amenazada por el conductor.

La historia de Lidia Gabriela tuvo un desenlace diferente. El 1 de noviembre de 2022, alrededor de las 17:00 horas, a la altura de la estación del Metro Constitución de 1917, en la alcaldía Iztapalapa, la joven de 23 años de edad pidió auxilio por la ventana del taxi en el que viajaba ante el pánico de sentir que sería secuestrada.

Su cuerpo quedó tendido en el asfalto luego de caer del auto en marcha tras percatarse que el chofer cambió de ruta y, posteriormente, se negó a detenerse, según contaron los familiares de Lidia.

Estrategias de poco alcance

El Gobierno de la Ciudad de México, en coordinación con la Secretaría de las Mujeres y la Secretaría de Movilidad, puso en marcha el programa Viajemos Seguras y Protegidas en 2019.

Con el plan se anunciaron acciones como el mejoramiento en la señalización de los espacios exclusivos de Metro y Metrobús y la campaña de información sobre dichos espacios; la capacitación en materia de género para los operadores de los Organismos del Sistema Integrado de Transporte Público y la publicación del “Análisis de la movilidad, accesibilidad y seguridad de las mujeres en tres Centros de Transferencia Modal (CETRAM) de la Ciudad de México”.

La activista y exdiputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Laura Ballesteros, dice en entrevista que la seguridad vial debe ser una agenda prioritaria, pero acusa que hay dos factores que impiden que esto pueda llevarse a cabo: la falta de interés por parte de las autoridades para resolver de fondo la problemática y un incremento alarmante en las cifras en términos de violencia e inseguridad en el espacio público.

“No hay que olvidar que el transporte también es un espacio público, no podemos disociarlos. Sí hay violencia en las calles, si los indicadores no mejoran, la movilidad se va a ver cada vez más afectada por la inseguridad”, comenta.

Toma el volante

Bajo el seudónimo de “Solecita Rebelde”, desde hace más de dos años, Maité, una habitante de la alcaldía Tláhuac, conduce su auto particular para trasladar pasajeras que se desplazan en la zona suroriente de la capital del país (Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán, Xochimilco y Tlalpan).

Sus servicios son únicamente para mujeres y contemplan viajes sencillos y colectivos de día y de noche, traslados pet friendly, paquetería y compras, mudanzas ligeras, viajes turísticos para hablantes del español e inglés y acompañamiento ILE (Interrupción Legal del Embarazo).

Durante un recorrido realizado por Reporte Índigo a bordo de su vehículo, la psicóloga de profesión narra que su decisión de solo permitir pasajeras es para garantizar la seguridad de ambas.

Mientras se adentra por las calles aledañas al Bosque de Tláhuac, Maité relata que su principal motivación es que su emprendimiento le permite, además de tener un ingreso extra, la posibilidad de relacionarse con otras mujeres de una manera más respetuosa y desde la sororidad para crear una comunidad.

“Me gusta conocer a chicas que tienen posturas similares de vida y que están en contra del sistema patriarcal ante las situaciones de violencia que vivimos”, comenta.

A lo largo del trayecto es posible apreciar que las opciones de movilidad en esa zona son bicitaxis, microbuses o taxis, todos ellos conducidos por hombres.

La iniciativa de Maité no es la única que existe, en la ciudad hay colectivas y conductoras que han decidido contribuir con un medio de transporte seguro para las mujeres, lo que a su vez implica una oferta de empleo atractiva para este sector de la población.

“Como en el caso de la pobreza laboral, la tasa de informalidad fue más alta para las mujeres (54.8 por ciento) que para los hombres (48 por ciento). Posterior a los peores momentos de la pandemia, esta brecha ha ido en aumento.

“Del tercer al cuarto trimestre de 2022, la tasa de informalidad laboral para los hombres mostró una importante disminución, pasando de 48.8 por ciento a 48.0 por ciento.

“Sin embargo, para el caso de las mujeres ocurrió lo contrario: su tasa de informalidad incrementó de 54.3 por ciento a 54.8 por ciento”, indica el reporte “Cierra 2022 con menor pobreza laboral, pero con mayor participación de mujeres en la informalidad”, de la organización México ¿Cómo Vamos?

No obstante, Maité señala que la independencia y flexibilidad de horarios que le permite ser su propia jefa ha resultado benéfico para su día a día, pues puede acomodar su agenda de tal modo que atiende su casa, su vida laboral, familiar y personal sin estar expuesta a algún tipo de violencia.

Acciones prioritarias

Lo primero que tenemos que observar son los datos de los viajes de las mujeres en la ciudad de México y en la Zona Metropolitana mediante herramientas de medición como la Encuesta Origen-Destino, precisa la ex subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Movilidad, Laura Ballesteros.

“Los números no mienten, nosotras somos la mayoría de los viajes en la ciudad, con prácticamente el 53 por ciento de los viajes; número dos, nosotras somos las principales usuarias de transporte público y de movilidad motorizada, más del 60 por ciento de los viajes los hacemos en transporte público, caminando o en otros medios que no son el automóvil privado.

“Número tres, nosotras hacemos entre cuatro y seis viajes al día con una ruta más o menos de zigzag con labores de cuidado, a diferencia de los hombres, que solo hacen dos y que, además, son lineales y largas, con motivo de trabajo”, expresa.

Ballesteros Mancilla añade que, de acuerdo con datos del INEGI, en los hogares donde hay uno o más automóviles, regularmente son conducidos por hombres, por lo que se puede afirmar que la mayor parte de los viajes que se hacen por ese medio de transporte los realiza ese sector de la población.

“Más del 70 por ciento del presupuesto de la ciudad se sigue yendo a la infraestructura gris y a la del automóvil. Si quisiéramos invertir en las mujeres en esta ciudad y en su zona metropolitana, estaríamos haciéndolo en el transporte público y en movilidad no motorizada”, comenta la exfuncionaria.

Por lo tanto, la experta en la materia opina que las acciones prioritarias a realizar por parte de las autoridades deberían ser, además de involucrar a las mujeres en la toma de decisiones de la ciudad, enfocarse en un mayor presupuesto para la implementación de políticas públicas con perspectiva de género, invertir más en la infraestructura del espacio público y poner un alto al “patriarcarro”.

“Quiere decir que toda la infraestructura elevada que se hace en la ciudad está orientada a los hombres, entonces hay que rediseñar los recursos”, concluye.

Por Karina Vargas

www.reporteindigo.com

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