Empleo privado, la caravana con sombrero ajeno
¿Dónde encuentra este régimen sus supuestos logros económicos? Pues en todo aquello que simplemente no ha hecho este gobierno.
ESPECIAL, ago. 24.- Ahí está, por ejemplo, la constante presunción del presidente Andrés Manuel López Obrador del nivel del tipo de cambio, como si algo tuviera que ver su administración con la dinámica de los mercados, que encuentran en el peso una divisa líquida y con buenos rendimientos.
Mantener la estabilidad financiera es su obligación, no una graciosa concesión. Y, en todo caso, si hay que agradecer acciones gubernamentales que fomenten la estabilidad cambiaria, habría que voltear al Banco de México que mantiene una agresiva política monetaria restrictiva.
Presumen también como un logro de la autollamada 4T los niveles de remesas que envían los mexicanos, básicamente desde Estados Unidos. En primer lugar, eso es resultado de la expulsión de mano de obra que no se puede retener para el crecimiento de México.
Y ahora, como ya se ha comentado en este espacio, hay más evidencias de que ese crecimiento espectacular del envío de dólares a México tiene un componente de crimen organizado que encontró una forma adicional de lavar dinero.
Pero donde más caravanas hace el Presidente con logros, que implican sacrificios para otros, es en el terreno laboral.
De entrada, buena parte de los cambios laborales que ahora han dado resultado son una herencia del pasado, ese que López Obrador llama neoliberal.
Pero más allá del origen del cambio estructural en las leyes laborales, y los añadidos que se han hecho durante este régimen, lo cierto es que prácticamente toda la carga es para el sector empresarial.
Un cambio importante, que entró en vigor este año, contempla el aumento progresivo de las aportaciones obrero-patronales a la seguridad social por concepto de cesantía y vejez.
Claro, el cambio más popular es el incremento en el periodo vacacional de los trabajadores, que también implica un aumento en los costos de los empleadores.
Sin duda, la bandera laboral favorita del Presidente tiene que ver con el incremento de los salarios mínimos. Este régimen se apoderó de una bandera empresarial, específicamente de la Coparmex que en el 2016, en tiempos de Gustavo de Hoyos como presidente, impulsó como la nueva cultura salarial.
Evidentemente que, con la docilidad del resto de la representación empresarial durante este sexenio, López Obrador hizo suya la bandera del aumento de los salarios mínimos. Incluso ha dictado que se aumenten los mini salarios hasta con el voto en contra del sector patronal, que, al final, son los que los pagan.
Y como este régimen no tiene planes de dejar de presumir lo que no hace, ante la falta de resultados propios, van por más con cargo al sector privado.
La próxima semana inicia el periodo ordinario de sesiones del Congreso y Morena tiene todas las intenciones de listar la discusión de una nueva reforma, otra vez con cargo a los empresarios, para reducir a 40 horas la semana laboral.
Tantas cargas a los costos de los emprendedores pueden implicar el cierre de puestos de trabajo, pero qué importa si con otra reforma de este calado el régimen gana lo que más quiere: votantes contentos, aunque sea haciendo caravana con sombrero ajeno.
Un cambio importante, que entró en vigor este año, contempla el aumento progresivo de las aportaciones obrero-patronales a la seguridad social por concepto de cesantía y vejez.
Por Enrique Campos Suárez
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