Desperdicios

Perspectiva

Por Moisés Gómez Reyna

En muchas ocasiones preparamos o pedimos comida en exceso en casa o en la calle y, sin mayor remordimiento, dejamos una gran parte sin consumir, incluso tirándola al bote de la basura en perfecto estado.

Esto es grave considerando que en el mundo hay 735 millones de personas que padecen hambre o malnutrición y, lo peor, es que esa es solo una pequeña parte de toda la comida que se desperdicia a nivel mundial.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) todavía más alimentos se pierden y desperdician a lo largo de su producción, pasando por la manipulación, el transporte, el almacenamiento y la distribución, hasta llegar al consumo de las personas.

Pero solamente los hábitos domésticos son responsables de casi 570 millones de toneladas de alimentos desperdiciados cada año en todo el mundo, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Esto significa que por individuo, cada persona desperdicia un promedio de 74 kilos de alimentos al año. Y esta tendencia puede ir en aumento.

A medida que crece la población mundial, también lo hace la demanda de alimentos. Por ello, la producción agrícola ha aumentado en todo el mundo en casi un 300% durante los últimos 50 años.

Por desgracia, la FAO señala que, a pesar de las campañas para hacer conciencia y educar a la población sobre el problema, los volúmenes de alimentos desechados en los hogares siguen siendo elevados.

Es por ello, que la agencia diseñó una guía práctica para los consumidores, que proporciona consejos y recomendaciones fáciles de poner en práctica para evitar el desperdicio de alimentos.

Dicha guía sirve de ayuda a lo largo de todo el proceso para preparar comida en casa, que va desde la compra hasta el consumo.

Las causas del desperdicio de alimentos son múltiples, y van desde factores individuales hasta sociales, por lo que frenar el desperdicio de alimentos requiere medidas a diferentes niveles, sin embargo, recalca, nada será suficiente si los consumidores no se comprometen a cambiar sus hábitos.

En su guía práctica, la FAO invita a los consumidores a llevar un diario de desperdicio de alimentos durante una semana, lo que ayudará a evaluar la cantidad de alimentos desperdiciados y las razones que hay detrás.

Otra recomendación es revisar el refrigerador y la despensa, a fin de hacer una lista antes de comprar para evitar decisiones impulsivas o adquirir más de lo necesario al acudir al supermercado.

Cuando se aprovechan ofertas de productos perecederos rebajados, como frutas, verduras y ensaladas, es recomendable comprar un bajo volumen, ya que la compra en exceso de estos artículos suele terminar en desperdicio.

La agencia subraya que la confusión sobre las fechas de consumo preferente y caducidad es otra de las principales causas de desperdicio de alimentos en los hogares, por lo que la guía también explica las diferentes fechas de caducidad de los alimentos.

Muchos productos pueden seguir siendo aptos para consumirse después de la fecha de consumo preferente, asegura la FAO, mientras que la fecha de caducidad indica cuándo ya no es seguro ingerirlos.

Guardar y utilizar en otra ocasión los restos de comida, agrega, también es una forma eficaz de evitar el desperdicio de alimentos. Por ejemplo, añadir pan viejo a una ensalada o una sopa, transformar fruta demasiado madura en un postre o un licuado, y utilizar las sobras de pollo para hacer un sándwich.

Quizás estas medidas requieren un poco de esfuerzo, pero marcan la diferencia a largo plazo.

Es fundamental recordar que en ocasiones, con pequeñas acciones individuales, se tiene el potencial de lograr un gran impacto colectivo, y la lucha contra la reducción del desperdicio de alimentos bien vale la pena el esfuerzo.

Twitter: @gomezreyna

Botón volver arriba