Desabasto de medicamentos, el rompecabezas de la 4T
ESPECIAL, ago. 3.- El presidente López Obrador nos informó, en su mañanera, que había pensado darle una salida definitiva al desabasto de medicamentos, y para ello se podría “tener una especie de farmacia en la Ciudad de México con todas, todas, todas las medicinas del mundo, en cantidades razonables, para que cuando falte un medicamento en un hospital, cualquier persona pueda conseguirlo ahí”. El mandatario remató: “Es como un banco de reserva de medicamentos y lo vamos a hacer. La idea es contar con todos los medicamentos, para que nunca falte ninguno”.
LA FALTA DE MEDICAMENTOS PARA ENFERMEDADES MENTALES
Más allá de las muchas dificultades de tener la mayor farmacia del mundo, al gobierno obradorista se le ha complicado el abasto en medicamentos a lo largo de estos cinco años. Los medicamentos, al no poderse encontrar en hospitales del sector público, las personas los buscan en el sector privado, generando desabasto público y privado.
El más reciente desabasto ha sido de medicamentos para enfermedades mentales. Y, al igual que todos los demás, ha sido por traspiés de la autoridad. En este caso, la Cofepris fue a inspeccionar a Psicofarma, el principal laboratorio de medicamentos para enfermedades mentales, y encontró una pequeña falla en la planta que, además, era física (unas cajas fuera de lugar). Y ahí, ¿por qué no?, la Cofepris se le ocurrió cerrar toda la planta de Psicofarma. Llamó la atención, Psicofarma tiene plantas en el extranjero que surten hasta a la Agencia Federal de Drogas y Alimentos de EU (FDA). Vaya, Psicofarma estuvo cerrada por meses y el desabasto no se hizo esperar. Por fortuna, la misma Cofepris ya permitió reabrir la planta.
SUSTITUIR A DISTRIBUIDORES, ¿CON BIRMEX?
El problema no paró ahí. Desde inicio del sexenio, la 4T buscó a las distribuidoras de medicamentos como los malos de la película de salud. Y claro que en algunos casos la 4T tenía la razón, pues los distribuidores hacían su agosto. Pero, en lugar de hacerlos competir, vino otra ocurrencia, tratar de que la distribución la hiciera el gobierno… y vino el primer gran desabasto. Cuando el Presidente presenta, desde hace tres años a la fecha, las diez empresas que tenían el 80% del mercado de abasto, se refiere a los distribuidores. Ya sabe, eran Fármacos Especializados y Pisa. Sin embargo, la 4T le terminó dando buena parte de la tajada a Maypo, ¿cómo lo logró? Quién sabe.
Pero, ya subidos en el tren de la ocurrencia, que se les prende la “idea” de que Birmex, el laboratorio mexicano de vacunas, la hiciera de distribuidor. ¿Qué podía salir mal? Y se les vino el mundo encima. Un distribuidor negocia con los laboratorios, fechas de entrega, tiene planeación, una logística de transporte y almacenamiento, y cuenta con camiones especializados de cadena en frío. Birmex jamás despegó como distribuidor, sólo gastó dinero.
UNOPS E INSABI TAMPOCO PUDIERON
Y en esas estaban cuando al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, se le ocurrió usar el buen prestigio de Naciones Unidas, que tenían un distribuidor de medicamentos, pero para economías pequeñas, como las centroamericanas. Así, vino la UNOPS a tratar de abastecer el mercado mexicano y fue otra falla garrafal: se traían medicamentos sin verificación médica de la India y de otros países.
Al final, se le dio el tema al Insabi, a cargo de Juan Antonio Ferrer, que no pudo realizar ni servicios médicos ni compras de medicamentos. La famosa compra consolidada, simplemente, no la supo realizar. Y el Insabi ahora está desapareciendo. Total, hoy se tienen compras directas, no licitaciones, en todo el sector público. IMSS, ISSSTE y hospitales regionales realizan compras directas para no tener tanto desabasto.
Pero la famosa compra consolidada, donde se tuvo ahorros por parte del IMSS, hace años dejó de existir. Y ahora vemos al presidente López Obrador tratar de salir al paso del desabasto de medicamentos creando la mayor farmacia del mundo, cuando sabemos que los medicamentos tienen plazos de caducidad (la caducidad es un gran reto). Los medicamentos necesitan de entrega regional, descentralizada. De varias cadenas de frío en almacenamiento y camiones, y una logística clara para llegar a hospitales.
Por José Yuste
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