Cinco poemas para conocer a Rosario Castellanos, una de las literatas mexicanas más importantes del siglo XX
ESPECIAL, ago. 7.- Rosario Castellanos (25 de mayo de 1925 – 7 de agosto de 1974) fue una escritora, periodista y diplomática mexicana. Es considerada una de las literatas mexicanas más importantes del siglo XX.
¿Quién fue Rosario Castellanos?
Rosario Castellanos nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, pero pasó su infancia en Comitán, Chiapas. Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo una licenciatura en letras. Posteriormente, realizó estudios de posgrado en la Universidad de California, Berkeley.
La escritora comenzó su carrera como escritora en la década de 1950. Publicó su primer libro de poemas, “Trayectoria del polvo“, precisamente en 1950. A este le siguieron otros libros de poesía, cuentos, novelas y ensayos.
Castellanos también trabajó como periodista y diplomática. Fue directora de la revista “La Cultura en México” y embajadora de México en Israel. Murió en ese país, en Tel Aviv, el 7 de agosto de 1974 a los 49 años de edad.
¿Cuáles son las principales obras de Rosario Castellanos?
Castellanos recibió numerosos reconocimientos por su obra, incluyendo el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Nacional de Literatura y el Premio Rómulo Gallegos.
Su obra es variada y compleja. Aborda temas como la identidad mexicana, la condición femenina, la violencia y la muerte. Su escritura es poética y lírica, pero también es aguda y crítica, según diversos especialistas.
Algunas de sus principales publicaciones son:
- “Trayectoria del polvo” (1950)
- “Balún Canán” (1957)
- “Ciudad Real” (1964)
- “Oficio de tinieblas” (1969)
- “Los convidados de agosto” (1972)
- “El eterno retorno” (1973)
- “Poemas reunidos” (1975)
Castellanos es una de las escritoras más importantes de México y de América Latina. Su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas y ha sido estudiada por académicos de todo el mundo.
5 Poemas de Rosario Castellanos
Para recordar a la escritora, a continuación compartimos cinco de los poemas más representativos.
Los adioses
Quisimos aprender la despedida
y rompimos la alianza
que juntaba al amigo con la amiga.
Y alzamos la distancia
entre las amistades divididas.
Para aprender a irnos, caminamos.
Fuimos dejando atrás las colinas, los valles,
los verdeantes prados.
miramos su hermosura
pero no nos quedamos.
Nostalgia
Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
—sal, espuma y estruendo—,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.
Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.
Desamor
Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.
Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.
Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.
Nocturno
Me tendí, como el llano, para que aullara el viento.
Y fui una noche entera
ámbito de su furia y su lamento.
¡Ah! ¿quién conoce esclavitud igual
ni más terrible dueño?
En mi aridez, aquí, llevo la marca
de su pie sin regreso.
Charla
…porque la realidad es reducible
a los últimos signos
y se pronuncia en sólo una palabra…
Sonríe el otro y bebe de su vaso.
Mira pasar las nubes altas del mediodía
y se siente asediado (bugambilia, jazmín,
rosal, dalias, geranios,
flores que en cada pétalo van diciendo una sílaba
de color y fragancia)
por un jardín de idioma inagotable.
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