Litio por espejitos… negros

ESPECIAL, jul. 18.- Hace 500 años era oro por espejos. Ahora el intercambio que se anuncia es de litio por espejos… negros. La canciller Alicia Bárcena entiende el problema.

Hay cosas positivas en lo anunciado ayer por representantes de la Unión Europea durante una reunión en Bélgica a la que acude esta semana la secretaria de Relaciones Exteriores.

Allá prometen 50 mil millones de dólares en inversiones de sus empresas y gobierno en Latinoamérica para obtener a cambio recursos necesarios para generar energía sin petróleo. Quieren litio e hidrógeno y qué bueno por el planeta.

Que bien que llegue dinero, mejor que se use para la transición energética. Pero si lo que paga ese dinero son importaciones de tecnología y magros salarios como los que ofrece hoy la minería o la manufactura, esta región no pasará de changarro.

“Para nuestra región no es viable ni es aceptable que seamos solo una cantera de recursos naturales condenada al extractivismo y a la provisión de alimentos baratos y mano de obra de baja calificación. Eso no es aceptable, no es plausible”, dijo Bárcena.

¿Por qué no lo es? Porque si ustedes voltean a su alrededor notarán que mucho de lo que les ordena comprar el Instagram o el TikTok, está relacionado con pantallas oscuras como la de su smartphone que contiene litio o coches que vienen de afuera y que pronto usarán hidrógeno.

En otros días, los indígenas se sorprendieron con tecnología que les permitía reflejar su rostro en un pedazo de vidrio. Ahora no es muy distinta la cosa.

La tecnología con todo y los smartphones es muy útil, entre otras cosas para repartir ideas, diversión y conocimiento. El problema está en que los latinoamericanos no dan muestra de hacer mucho más que compartir memes.

Mientras, la gran discusión de lo que seremos a partir de ayer, nos pasa por arriba. ¿Quién del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador está al pendiente de otra reunión celebrada este lunes en Washington?

Las empresas que meten chips hasta a las llaves de su carro fueron a negociar discretamente para que Estados Unidos disminuya el pleito que trae con los chinos, so pena de perder ventas.

¿Son importantes esas empresas? Juntas valen 961 mil millones de dólares en el mercado de valores. Para comprarlas sería necesario vender América Móvil, de los Slim… y multiplicar por 14 ese dinero.

Así avisó Bloomberg que venía ese encuentro: “Las compañías de semiconductores más grandes de Estados Unidos se están embarcando en un último esfuerzo para evitar nuevas restricciones en sus ventas a China, con altos ejecutivos viajando a Washington la próxima semana para conversar con funcionarios de la administración y legisladores.

“Los directores ejecutivos de Intel Corp., Qualcomm Inc. y Nvidia Corp. planean cabildear contra la extensión de las restricciones a la venta a China de ciertos chips y equipos para fabricar los semiconductores que la administración Biden implementará en las próximas semanas”.

El nuevo campo de juego ya tiene reglas: quien domine los aparatos y la información que pase por inteligencia artificial, tendrá el control del juego.

Latinoamérica, otra vez, parece sentarse a ver la lucha sin tener un rol protagónico. Suena bien, pues reduce el estrés. Pero hay un grave problema: su gente seguirá distanciándose de los buenos salarios que ofrecen las empresas más avanzadas.

Eso significa menos recursos para llevar una vida digna, con una casa, educación, medicinas y comida de calidad. Más pobreza, más delincuencia.

Habrá que sacar de donde sea para seguir comprando más smartphones, autos nuevos, pantallas y lo que venga. Seguimos en lo mismo, cambiando piedras por tecnología.

Es indispensable un cambio: ¿Quieren litio e hidrógeno? Enseñen a la gente a hacer espejos negros.

Por Jonathan Ruiz Torre

www.elfinanciero.com.mx

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