La fuerza del consumo… en dólares
ESPECIAL, jul. 6.- Vaya fuerza la que tiene el consumo… de productos importados.
Ayer, el INEGI dio a conocer que el consumo privado, al mes de abril, creció a una tasa de 3.5 por ciento.
Pero si comparamos el consumo nacional e importado, hay grandes contrastes.
El consumo de bienes nacionales decreció en 0.7 por ciento respecto al nivel del año pasado, mientras que el consumo de bienes importados creció a una tasa anual de 12.4 por ciento.
El consumo de servicios de origen nacional creció 5.2 por ciento.
Otro indicador relevante es el de las importaciones de bienes de consumo. En los primeros cinco meses del año las compras de bienes de consumo importados alcanzaron casi 35 mil millones de dólares y crecieron a una tasa anual de 13.8 por ciento.
El comercio minorista, que distribuye muchos productos importados, obtuvo en el mes de abril un crecimiento de 4.6 por ciento.
Pero resultó sorprendente el crecimiento mensual, que fue de 1.5 por ciento, el cual si se anualizara sería de 18 por ciento.
Se ha comentado ampliamente que uno de los factores que soportan este gran empuje del consumo es el empleo.
Las cifras del empleo formal de junio se dieron a conocer ayer y con todo a que el ritmo de crecimiento fue más débil que en meses anteriores, alcanzó el 3.9 por ciento.
Si se considera el volumen completo del empleo y no solo el de los afiliados al IMSS, el crecimiento al primer trimestre, el último disponible para la encuesta que realiza el INEGI, es de 4.3 por ciento.
Otro indicador relevante son las remuneraciones.
El indicador de salario medio de cotización al IMSS a junio es 11.2 por ciento superior al que había un año antes. Si se quita el impacto de la inflación, que en el peor de los casos estaría en 5.5 por ciento en el mes, tendríamos un salario real superior en 5.4 por ciento al del año pasado.
Esto quiere decir que la masa salarial real del sector formal de la economía crece a un ritmo de 9.5 por ciento anual.
Por si eso no fuera suficiente, considere que el crédito al consumo de la banca comercial al mes de mayo creció en 11.4 por ciento en términos reales.
Pese a su crecimiento en dólares, las remesas ya no están empujando a un mayor consumo, pues en términos de pesos, han bajado debido al dólar barato que tenemos.
La cifra de mayo, que llegó a casi 5 mil 700 millones de dólares, es inferior en 3.1 por ciento al nivel que se tenía en el mismo mes del año pasado.
Lo relevante, además, es que no se percibe que pueda haber un descenso significativo del ritmo del consumo.
Es probable que se modere su crecimiento en el segundo semestre, pero difícilmente se va a presentar una caída, por lo que puede considerarse que las estimaciones de crecimiento del PIB para este año probablemente continúen revisándose hacia arriba, aunque las exportaciones se debiliten.
Lo más probable es que el crecimiento del PIB pueda estar en 2023 más cerca del 3 que del 2 por ciento, por efecto del impulso del consumo.
Desde luego que esta situación tiene implicaciones políticas.
Si las tendencias descritas se mantuvieran también en el primer semestre del próximo año, el ambiente con el que se llegaría a las próximas elecciones federales sería favorable para el actual gobierno, por lo menos en la percepción de la mayoría.
Claro que se podrá argumentar el pobre crecimiento sexenal, pero la sensación inmediata será que las cosas van mejor en materia económica.
Quien resulte el candidato o candidata de la oposición, deberá tener en cuenta este hecho que le va a presentar todo un desafío.
Por Enrique Quintana
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