Miedos en verano

Mons. Sigifredo Noriega Barceló

“No tengan miedo a los que matan el cuerpo”

Mateo 10,26-33

En el texto que escuchamos, el evangelista pone en labios de Jesús -en cuatro ocasiones- la invitación a no tener miedo. ¿A qué se refiere? ¿La invitación aplica al hoy de nuestra existencia, en verano? ¿A los momentos críticos que vive nuestro país? ¿A las dificultades y amenazas que el discípulo, modelo 2023, encuentra en la misión? Al iniciar la estación del verano tenemos la oportunidad de reflexionar -con todo y calores- para responder adecuadamente a estas y muchas otras preguntas. La felicidad puede estar al alcance de quien sepa encauzar sus miedos.

El miedo es parte de la existencia humana…

Cada quien lleva por dentro el miedo y los miedos que le acompañan en todo momento….

De los miedos, unos paralizan, otros avisan peligro, unos pocos impiden vivir…

Cada miedo tiene una razón y una función…

La solución/respuesta al miedo y los miedos depende de lo que hacemos con ellos…

Algo bueno debe haber en su genética, en sus envoltorios y en sus intentos de solución.

En el Evangelio que escuchamos este domingo es notoria la aparición de miedos en una comunidad de Mateo, amedrentada por causas diversas. Jesús responde con la invitación a “no tener miedo”. ¿Qué razón da para no tener miedo? En un principio, la confianza en que la verdad triunfa siempre: “No hay nada oculto que no llegue a descubrirse” … Pero hay algo más: te pueden quitar todo, quitarte de en medio, pero no te pueden quitar tu interioridad; tu verdad, tu fe en Dios en quien has puesto toda la confianza. Es más, si alguien intenta quitarte a Dios, Él dará la cara por ti, no te dejará en desamparo…. Tan fundamental y decisiva es la fe en Dios en el camino de la vida.

Nadie nos puede quitar lo verdaderamente importante…

Estamos en las mejores manos, las manos de Dios…

Es el milagro-fortaleza de la fe-confianza en Él…

Dios es el mejor seguro contra toda inseguridad…

Confiar en Él es tener la vida asegurada para siempre…

Las imágenes con que se describe la confianza filial son de una extrema finura: “Los pájaros del cielo… Hasta los cabellos de tu cabeza están contados…”

Por lo tanto, “no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo…”

No perdamos la fe en Dios. Jesús nos lo repite hoy, muchas veces. “¡No teman!”; es otra manera de decir: “¡tengan fe!”, en cualquier circunstancia de la vida, en verano y en invierno, en primavera y en el otoño de la vida.

Reciban un abrazo filial y fraterno cargado con un millón de bendiciones en tiempos con aroma y sabor a vacaciones… de verano.

Con la bendición de Dios y mi afecto fraterno.

Originario de Granados, Sonora.

Obispo de/en Zacatecas

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