Lesly, la «guerrera» de 13 años que salvó a sus hermanitos en la selva y hoy es heroína en Colombia

Los menores fueron los únicos sobrevivientes de un accidente de avioneta ocurrido el 1 de mayo

BOGOTÁ, jun. 9.- Cuatro niños indígenas sobrevivieron a un accidente de avión en la Amazonia colombiana en el que fallecieron tres adultos y vagaron solos por la selva durante 40 días antes de ser encontrados con vida por soldados colombianos.

Los hermanos de la comunidad huitoto: Lesly, de 13 años, Soleiny, de nueve, Tien Noriel, de cuatro, y Cristin, de uno, fueron los únicos sobrevivientes de un accidente de avioneta ocurrido el 1 de mayo, aparentemente por una falla mecánica.

Lesly, que tiene una naturaleza «guerrera», mantuvo a salvo a sus hermanos menores, aseguró a la AFP Fátima Valencia, la abuela de los niños.

De acuerdo con el diario español El Mundo, la menor estaba estudiando primero de bachillerato en el resguardo indígena de Los Monos, en plena selva del departamento del Caquetá.

Su vida dio un vuelco cuando su padre, un líder en su comunidad de la etnia huitoto, tuvo que abandonar su tierra amenazado por las nuevas FARC-EP.

«No pudo llevárselos a todos con él enseguida, dado el elevado precio de los billetes de avión, 700 mil cada uno (155 euros). Araracuara, la diminuta población de la región selvática donde residían, perteneciente al vasto municipio de Solano, cuenta con un aeropuerto de pista corta. Sólo viajan avionetas de cinco o siete pasajeros, como la que se estrelló, y aviones de carga. Los vuelos tienen como único destino San José del Guaviare, capital del adyacente departamento del Guaviare, la ciudad a donde se dirigía el aparato que se estrelló», informó El Mundo.

«Para desgracia de los vecinos, no sólo hay cultivos de coca sino que están inmersos en una ruta de narcotráfico hacia Brasil. El río Caquetá se vuelve el Puré en suelo brasileño, una magnífica autopista para los narcos tanto por su navegabilidad como por la dificultad de controlarlo. Son comunes, por tanto, los homicidios, el éxodo de amenazados, como el de Manuel, y el reclutamiento de menores de edad por las FARC-EP, con las que el Gobierno está iniciando negociaciones de paz. La gente tiene que someterse a las reglas de la guerrilla, incluida la ley del silencio», agregó el medio.

«Cuando jugábamos, armábamos como ranchitos»

Lesly llevaba en los hombros la responsabilidad de las decisiones importantes: avanzar, acampar, detenerse, atender al bebé y luchar contra la desesperanza del pasar de los días viendo solo selva, lluvia, sol y animales peligrosos, reportó el medio Semana.

Lesly pudo identificar los productos de la selva que les servían a ella y a sus hermanos para alimentarse, consumir líquido y darle al organismo los nutrientes necesarios para seguir con vida, según el medio.

El transitar de los niños quedó en evidencia con las huellas encontradas y los rastros en los improvisados sitios para descansar.

Una tía de la niña, Damarys Mucutuy, relató que a los dos mayores les gustaba un juego de supervivencia que pudo ayudar a salvarle la vida, difundió El Mundo.

«Cuando jugábamos, armábamos como ranchitos y yo pienso que ella hacía eso», explicó a Caracol Noticias. «Ella conocía qué frutos no puede comer porque en la selva existen muchas frutas venenosas. Y ella sabía cómo cuidar a un bebé».

“Ella (…) es una persona fuerte, la mamá le enseñó a todo lo del campo, a aprovechar todo. Ella sabe mucho, la mamá la entrenó como para todo eso. Entonces ella está acostumbrada y yo pienso que ella es la que está dirigiendo a los hermanitos”, dijo Damaris en su momento.

“Le doy mil gracias a Dios, porque, la verdad, sobrevivió ella e hizo que sus hermanitos sobrevivieran también”, declaró la tía tras conocerse la noticia del milagro.

“Ella cuidó al hermanito, a Tien, le estuvo ayudando a la mamá. Fue como la mano derecha de la mamá”, apuntó Damaris.

De acuerdo con lo encontrado por los militares en la zona, lugares fueron construidos con hojas y palos. Además, otras de las pistas encontradas fueron frutas con mordeduras recientes, un tetero, tijeras e incluso moñitas con las cuales la niña de 13 años y sus hermanos ataron las hojas para ayudar a sostener los sitios.

El ejército tuiteó imágenes en las que un grupo de soldados y voluntarios posa con los menores, que estaban envueltos en mantas térmicas. Uno de los soldados acercaba un biberón a los labios del más pequeño.

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