La narrativa fallida de la oposición

ESPECIAL, jun. 25.- Si López Obrador fuera un político impopular, la tarea de la oposición para construir una candidatura que le permitiera aspirar a un triunfo 2024 sería relativamente sencilla. La gran complejidad de la tarea opositora es que debe construir una candidatura opositora viable en una circunstancia en la que hay un presidente de la República que es popular, mucho incluso si se toma en cuenta el entorno adverso que ha vivido el país.

Por más cuidado que sea el proceso de selección del candidato presidencial opositor que se anunciará mañana, sin una narrativa correcta, no tendrá la menor oportunidad. Se equivocan quienes creen que una narrativa que cuestione a esta administración va a permitir construir un discurso político que lleve al triunfo.

La gente puede coincidir en que el gobierno falló en muchos aspectos, pero hasta ahora no pareciera que esa consideración haga mella en la popularidad presidencial ni tampoco en la intención de voto por Morena.

El nivel de respaldo al presidente es tal que, si algún abanderado de la oposición basa su discurso básicamente en el cuestionamiento a este gobierno, probablemente, va derecho a la derrota.

El llamado círculo rojo y más allá, es decir, una parte importante de las clases medias, cuestiona al gobierno y al presidente, y quiere que el abanderado de la oposición base su campaña en lanzarse a la yugular contra AMLO y contra quien vaya a ser el candidato o la candidata de Morena.

No importa cuantos indicadores económicos, sociales o referencias políticas se tomen, la realidad es que hay un amplio segmento de la población que considera que AMLO es un presidente exitoso. La aprobación de López Obrador no es solamente porque sea un político que encanta las serpientes, sino por el hecho de que supo interpretar cuáles son las frustraciones, las aspiraciones y los sueños de una parte importante de nuestra población.

Y generó una historia de héroes y villanos, en donde si el “pueblo bueno” no ha alcanzado sus objetivos, guiado por él y Morena, debido a los conservadores, corruptos y demás enemigos de la transformación, que son todos sus críticos.

Un análisis objetivo de los resultados indica que su gobierno ha sido tremendamente ineficaz para ofrecer los resultados que la gente quería en materia económica, social, de seguridad o de combate a la corrupción. Sin embargo, el que hasta ahora no haya surgido alguna persona que tenga capacidad para volver a inspirar a la población y señalar que es posible alcanzar esas aspiraciones a través de otro camino, garantiza el éxito de López Obrador y, lo más importante, de quien él defina como su sucesor.

No importa si lo hace por dedazo o a través de un proceso abierto, lo relevante es que el candidato de Morena cuente con su respaldo.

El próximo lunes la oposición definirá cuál va a ser el método a través del cual seleccionará a su candidato o candidata presidencial, método del que como aquí ya le adelantamos, implica firmas, encuestas y elecciones primarias.

Algunos piensan que varios de los aspirantes de la oposición tienen credenciales sobradas como para enfrentar a cualquiera de las corcholatas que resulte triunfadora en la lista que se está realizando al interior de Morena.

Lo que no se ha entendido en círculos opositores hasta ahora es que si no se logra ofrecer a la mayoría que aún respalda al presidente de la República una nueva historia, una narrativa respecto a cómo podría mejorar en este país el nivel de vida, combatirse la pobreza, mejorar la justicia, eliminarse la corrupción, entre otros factores, no importará el talento o el carisma de la candidata o el candidato opositor.

Los seguidores de López Obrador, adheridos a cualquiera de los que pretenden heredarlo, contando la misma historia que ha contado AMLO, pueden asegurar su triunfo en las urnas.

Si el cuestionamiento al presidente proviene de que no simpatiza con la economía de mercado, que es antinorteamericano, o que respalda a gobiernos populistas, dé por resuelta la elección a favor de Morena. Esos asuntos interesan a ciertos círculos de la sociedad, pero no a la mayoría de la población.

Lo que la gente sigue buscando, y hasta ahora mayoritariamente lo encuentra sólo en el discurso de AMLO y sus seguidores, es esa historia que cuenta que los excluidos, los marginados, que hasta hoy forman la mayoría de la población del país, finalmente encontraron a alguien que los representa y les ofrece la esperanza del cambio… a pesar de que ya haya transcurrido un sexenio de fracasos.

¿Podrá la oposición con ello?

Por Enrique Quintana

www.elfinanciero.com.mx

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