Dedazo ‘reloaded’

ESPECIAL, jun. 8.- Vaya lección política de Andrés Manuel con el banderazo formal a las carreras por la sucesión.

Si en el pasado, en los tiempos clásicos del partido hegemónico, el presidente priista orquestaba el proceso, hacía rounds de sombra, enviaba señales que confundían a más de uno y, en lo posible, resguardaba hasta el final la identidad del ungido, AMLO ha reformateado el método y superado con creces.

Todavía falta ver cómo sale, pero por lo pronto, analice usted:

1. Los somete a todos a un comportamiento uniforme: buenos términos, competencia sana, nada de golpes bajos, el objetivo central es mantener la unidad y evitar rupturas costosas para el movimiento.

2. Acepta las renuncias exigidas por Ebrard, y aprovecha la coyuntura del Congreso Nacional de Morena para “emparejar” los retiros y el arranque simultáneo. Ricardo, Claudia y Adán estarán renunciando entre viernes y lunes, para iniciar campañas ilegales casi al mismo tiempo.

3. No hay debates. No quiere el presidente la confrontación de visiones, el desequilibrio entre dos políticos más experimentados —y mañosos—, Marcelo y Ricardo, frente a otros dos más bisoños, Claudia y Adán. Evita con ello el golpeteo abierto, no el encubierto por debajo de la mesa, al tiempo que difunde la percepción de que Morena es una gran familia que se mantendrá unida. En paralelo mantiene a raya a los muy avezados para que la contienda siga un curso de buenas formas y maneras.

4. Todos aceptan la encuesta como método central. Nada de primarias, sectores partidistas u otras ocurrencias que pudieran provocar el descarrilamiento del proceso. El caudillo sigue al frente y además mantiene las riendas. Abre la posibilidad de que en el Congreso morenista, se propongan distintas casas encuestadoras. Toda una simulación para imponer la que él mismo quiera —hasta donde sabemos—.

5. Cargos y empleos de alto nivel garantizados para los perdedores. ¡Lujo supremo! Nunca en la historia política de México, ningún presidente planteó que el o los perdedores, pudieran no ser desechados sino por el contrario, incorporados al sistema, con extensión de vida política e inclusión en el presupuesto. Increíble. Los deja activos y además, si la edad y los tiempos lo permiten, nuevas ilusiones en que todavía pudieran tener oportunidad. 2º lugar – Senado; 3er lugar – Diputados; 4º lugar – Gabinete. Mejor, imposible. Magistral jugada.

6. El presidente los hace firmar un documento, frente a testigos de calidad, donde se comprometen a mantener estas reglas, que corta con doble filo: si acatas y te comportas, juegas dentro de la cancha y si sigues las reglas, habrá premios. Si hay rebeldías, críticas veladas, alianzas prohibidas con neoliberales o impresentables, puede haber descalificación y expulsión. Jamás un proceso tan ordenado y controlado.

7. Por último, él sigue al frente. Establece los tiempos, las formas, los mecanismos y muy probablemente, los ganadores. Genial jugada.

Es un dedazo modernizado, reloaded, con formas, métodos, el engaño montado en que todos concursan en igualdad de circunstancias y que “triunfe el mejor”.

Una vez más Andrés Manuel se “come” a seguidores y detractores.

El anuncio de Ebrard de una renuncia anticipada para destapar el proceso y la contienda, fue más bien el detonador para establecer este acuerdo entre bambalinas.

Ahora viene lo bueno.

Primero, presupuestos equiparables y en alguna medida parejos para todos. Aquí habrá contrastes y diferencias, porque separados de los cargos, el acceso a bolsas partidistas o gubernamentales serán complicados. Marcelo juega con ventaja en esta categoría, de ahí la urgencia de arrancar lo antes posible.

Segundo, capacidad operativa de una campaña nacional. Ninguno lo ha hecho a plenitud. Han tenido sus escarceos a manera de entrenamiento. Pero esto implica comités locales, operadores, movilizadores de simpatizantes y potenciales votantes.

Experiencia en el terreno.

Tercero, las alianzas. ¿Quién apoyará a qué aspirante? Resulta inevitable la formación de grupos, de lealtades. Los gobernadores enfrentarán graves dilemas en esta categoría, porque aunque “jueguen de neutral”, por instrucción superior, se les escapan sus simpatías y preferencias. Así que será muy delicado jugar a tres o cuatro bandas. Puede haber consecuencias.

Cuarto, Andrés monitorea desde las alturas. ¿Jugará de árbitro imparcial cuando alguno se pase de la raya? ¿Contendrá la bufalada de los seguidores morenistas? ¿Se mantendrá verdaderamente neutral sin enviar un guiño para “ya saben quién”?

Mucha historia queda por escribir en este innovador, complejo y apasionante proceso de sucesión. El eje discursivo —y aquí podrán volverse aburridos— será la continuidad. ¿Quién será el mejor guardián del legado lopezobradorista? ¿Quién reclamará —con derecho propio— el título de heredero principal y bendecido desde las alturas?

Aún está por verse.

Por Leonardo Kourchenko

www.elfinanciero.com.mx

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