INE… En busca de la ética y la austeridad

Por Aureliano Rincón Candelas

“Poderoso caballero es don dinero”

Francisco de Quevedo

Más allá de si protestó con el brazo izquierdo o que por ley cobrará menos que AMLO, actos que gravitan en lo simbólico, del primer mensaje de la nueva vocal presidente del INE, destacaría lo siguiente:

“Abaratar sin perder la calidad de los procesos electorales, sería la condición, entiendo yo, con la cual tendría que empezar el análisis”, expuso como reto Guadalupe Taddei Zavala.

Si en algo derivó la alternancia política fue la democratización de la corrupción desde que Ernesto Zedillo convocó a una “reforma electoral definitiva” que dio paso al financiamiento público a los partidos políticos.

Sin dejar de reconocer avances, habría que decir que TODOS los partidos sin excepción han cometido abusos en esta materia, como lo evidenció el estudio “Dinero debajo de la mesa”, publicado en mayo de 2018.

Rescato dos conclusiones que revelan lo podrido que estuvo y está el sistema de partidos, hasta ahora actores principales en el desarrollo de nuestra democracia.

1) Por cada peso que reportaron de gastos en campaña, hay 25 pesos por debajo de la mesa.

2) Todos los partidos gastaron 10 veces más del tope de campaña.

La pregunta es inevitable: de dónde llegó ese dinero en exceso que no fue reportado por los partidos. Si atendemos al contexto nacional, lo más probable es que su origen fue vía el crimen organizado.

Lo que se gasta legalmente en México es el precio a la desconfianza que hay entre los actores políticos, misma que alimentan con sus prácticas contrarias a las reglas del juego. Y así no hay dinero que alcance.

Es decir, el INE no era arisco… y en 3 décadas la clase política configuró un instituto que administra reglas abigarradas, que para el colmo, los primeros en violarlas son los políticos (Pemexgate, Amigo de Fox, Monexgate, Bejarano & cía, más lo que se acumulen).

Se rasgan las vestiduras con indignación farisea, pero que al final ceden al acomodaticio “hágase la ley en los bueyes de mi compadre”. No por nada se decía que México era (es) una democracia sin demócratas.

Costarían menos las elecciones si se actuara más con ética y austeridad que con ambición y mezquindad, pero como dice el dicho, en arca abierta…Nadie se salva por ahora, salvo evidencia en contra.

Mientras no haya control en el financiamiento, el huevo de la serpiente, seguirá igual todo eso que detestamos de la partidocracia, así se llame transición a la democracia o cuarta transformación.

Lo demás son bagatelas, propias de depredadores de presupuestos ajenos.

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