¿Tumbará AMLO la inversión de Tesla?
ESPECIAL, feb. 22.- Si los directivos de Tesla escucharon el lunes al presidente López Obrador, tal vez podrían reconsiderar la posibilidad de lanzarse a invertir en México.
Dijo el presidente lo siguiente en la conferencia mañanera de ese día:
“Celebramos que se esté decidiendo a México como lugar para que lleguen estas inversiones de la industria automotriz (Tesla), lo único que queremos hablar con los directivos de esta empresa es que queremos ordenar también el crecimiento. Hay ya lugares en el país en donde no se tiene agua suficiente y tenemos que cuidarla para el consumo doméstico”.
Y señaló que Nuevo León padece precisamente por falta de agua.
Además dijo un poco más adelante:
“Pero no sólo es Hidalgo, el 70 por ciento del agua del país, hay que decirlo, está en el sureste. (Donde) se tiene agua, se tiene gas, se tiene energía eléctrica, no hay tanta población, hay más tierra que población, esto es parte de lo que queremos dar a conocer”.
Imaginen por un momento que en las evaluaciones de Tesla ya hubiera ganado la opción de Nuevo León como sede para una armadora. Tras escuchar las palabras del presidente bien podrían reconsiderar y pensar… ¡en ya no invertir en México!
La realización de un proyecto como una armadora requiere de muchas autorizaciones del gobierno federal, además de otras de los gobiernos estatal y municipal.
Pero, si resulta que Tesla en Nuevo León va a tener en contra al presidente de la República, lo más probable es que se vaya a otro país.
Lo que determina la ubicación de una inversión no es solo la existencia de agua o de tierra disponible.
Si eso fuera, Israel no existiría y Singapur sería un país sumamente atrasado.
La ubicación de una inversión exige tomar en cuenta la infraestructura existente, la disponibilidad de mano de obra calificada, la existencia de energía en las condiciones adecuadas, y políticas públicas amigables con las inversiones, entre otros factores.
De acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Economía, la entidad que concentra el mayor volumen de inversión extranjera directa en este siglo es la Ciudad de México, con 21.8 por ciento del total realizado desde 1999 hasta el tercer trimestre de 2022.
Y luego le sigue precisamente Nuevo León con 9.3 por ciento; Estado de México con 8.8 por ciento; Jalisco con 5.8 por ciento, y Chihuahua con igual porcentaje.
¿Qué porcentaje reúnen los estados del sureste a donde el presidente invita a los empresarios de Tesla a invertir?
Sume usted toda la inversión extranjera realizada en los estados de Chiapas, Campeche, Tabasco, Oaxaca y Guerrero, y entre las cinco entidades llegan a 3.9 por ciento del total nacional.
Si el gobierno federal realmente quisiera emprender un proyecto para atraer inversiones al sur y sureste del país se requeriría un esfuerzo integral, que implicara la construcción de infraestructura, la capacitación, y la generación de incentivos más atractivos para las empresas.
Las empresas armadoras de automóviles se ubican en México en solo 12 entidades. ¿Y sabe cuántas son del sur y sureste? Adivinó: ninguna.
Son Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Puebla, Morelos y el Estado de México.
Qué bueno sería tener una empresa de alta tecnología ubicada en Oaxaca o un gran centro de innovación de ingeniería en Campeche.
Pero para aspirar a ello, hay que hacer un trabajo que no se ha hecho, ni en esta ni en las pasadas administraciones.
Como país hemos fracasado en equilibrar geográficamente el desarrollo.
Pero, sería verdaderamente trágico que, por los celos de AMLO de que una entidad en la que perdió Morena la gubernatura —Nuevo León— sea la que atraiga la atención de una empresa tan relevante como la de Elon Musk, echara para abajo un gran potencial de inversión.
Ojalá que no sea así.
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