Es natural frustrarse a veces, lo que no es natural es creer que pateando el camino se avanzará en él

Todos tenemos momentos buenos y momentos malos, respecto de estos últimos hay que tener muy en claro que los mismos pasarán pero que lo que hagamos en esos malos momentos puede quedarse durante mucho tiempo con nosotros.

¿Cuántas veces te has caído en la vida?, ¿cuántas veces has cometido un error?, ¿cuántas veces te has recriminado por haber cometido una equivocación? Es natural, muy natural de hecho, el que nos sintamos incómodos ante algo que hayamos hecho mal o que nos haya salido mal en la vida, ese sentimiento tiene su lado positivo y su lado negativo.

Su lado positivo es que ese sentimiento de inconformidad, de molestia, de desasosiego, te habla de una forma muy clara de que no estás llamado para la mediocridad sino para la excelencia y que cualquier cosa que consigas menos que eso no te dará la satisfacción completa y total que esperas. Este sentimiento bien puede usarse para aprender de la experiencia, para retomar el camino con un mejor andar, y para lograr más y mejores cosas en tu vida.

En cuanto al lado negativo, este sentimiento puede conducirte al derrotismo, a la frustración, al pesimismo generando en ti sentimientos que para nada ayuden en tu andar sino que al contrario, cual si fueran piedras pesadas que cayeran sobre tus hombros impriman en ti una carga que dificulte sino es que detenga de plano tu caminar en la vida en pos de lo que deseas.

Ahora bien, como comenté al principio, ese sinsabor de un mal paso en la vida es algo que naturalmente trae en nosotros sensaciones de insatisfacción. De igual forma y aunque es natural uno debe ser capaz de reconocer, aprender y superar esa sensación. Míralo de esta forma: es como cuando tienes hambre. El hambre es unas sensación natural pero ¿qué es lo que haces? ¿Te quejas, te enojas, te frustras por sentir hambre o más bien te pones en pie, vas a la cocina y te preparas algo de comer?

Ante las caídas que experimentes, las derrotas momentáneas, los tropezones de la vida lo mejor que uno puede hacer es reconocer las causas externas e internas que hicieron pasáramos por esa situación, una vez reconocidas esas causas aprender de ellas en el sentido de qué es lo que uno puede hacer para modificar, cambiar e incluso usar para nuestro proyecto de vida, y una vez aprendido eso la última etapa será la de superar, no en un sentido de olvidar o de que por arte de magia ya no nos afecte lo acontecido sino en un sentido donde reconocemos qué nos pasó, aprendemos de ello y con ello siendo más sabios, más inteligentes, vamos en pos de más y mejores cosas en nuestra vida incluyendo un mejor yo.

Cuando uno enfrenta una adversidad, una caída, vamos: un tropezón en la vida, hay que darnos la oportunidad, si: de sentirnos mal, pero no de arremeter contra el mundo, después de todo es natural frustrarse a veces, lo que no es natural es creer que pateando el camino se avanzará en él.

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial – Gestión Universitaria – Liderazgo Emprendedor

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