Sinaloa: 10 horas de “guerra” desatada por Ovidio; así el recuento hasta las 2:00 de la tarde

SINALOA, ene. 5.- Las primeras 10 horas del estado de sitio y de una “guerra” desatada tras conocerse la detención de Ovidio Guzmán López, se han cumplido en Sinaloa, un estado tomado por el crimen organizado y del que nadie entra o sale, ni por tierra, aire o mar.

La comunidad de Jesús María, en Culiacán, fue la primera en resentir el embate de los grupos criminales que así, por segunda vez luego del primer “culiacanazo” aquel 17 de octubre de 2019, exigieron la liberación de “El Ratón”, quien en esta ocasión no escapó del brazo de la justicia.

Desde poco antes de las 4:00 horas, las balas resonaron; como si fuera un video juego, se comenzaron a viralizar imágenes en donde desde el aire, un helicóptero disparaba a un blanco fijo, y desde tierra, se daba respuesta.

Antes de las 6:00 de la mañana, las cosas comenzaron a tornarse más ríspidas; carros y camiones de gran peso desponados, establecidos como barricadas, en llamas, mientras las autoridades desplegaban a sus elementos en al menos seis puntos.

Pero pasó muy poco tiempo, antes de las 7:00 cuando se generalizaron los mensajes; reportes de personas que quedaron entre las llamas de los camiones tras ser arrebatadas de su unidad, misma que fue tomada por presuntos sicarios que las querían a toda costa para seguir implementando su operativo. No se podía hacer más, o se entregaba el carro, el camión o el tráiler, o su vida estaría en riesgo.

Para las 8:00 de la mañana y todavía sin una clara información por parte de las autoridades locales, e incluso del propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, Sinaloa se mantenía indefenso, entre humo de carros y camiones quemados, con olor a pólvora, con el sonido de las armas, con el miedo que crecía.

A partir de ahí, reporte de bloqueos carreteros, de casetas de peaje tomadas, para que nadie entrara ni saliera, para acorralar a la gente que vio de pronto mermado su paso, su vida, y su seguridad; posteriormente el llamado de auxilio a pasajeros de camiones de pasaje federal y local “nos bajaron del camión, nos dejaron en la carretera, vamos caminando, necesitamos ayuda, que alguien venga por nosotros”, esa fue una constante.

La paz se rompió totalmente y contrario a lo que en las calles se veía, una desolación total, por momento el ruido de las unidades artilladas de los sicarios iban y venía; estableciendo puntos de control, replegando a las autoridades que esperaban más instrucciones, más estrategia, pero ésta, estaba muy bien guardada por el Gobierno Federal, que hasta después de las 12:00 del mediodía con pocas palabras dijo prácticamente, que la detención de Ovidio fue prácticamente una casualidad.

“En el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y la política de Cero Impunidad del Gobierno Federal, la madrugada del 5 de enero del presente año, personal del Ejército Mexicano y Guardia Nacional, en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia, el CENFI, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, detuvieron a Ovidio “N”, presunto líder de la fracción ‘Los Menores’, afín al Cártel del Pacífico”, dijo.

El general declaró que gracias a la planeación, coordinación interinstitucional y a los trabajos de inteligencia en reconocimientos terrestres al noroeste de Culiacán, desde hace seis meses realizaban vigilancia en el área de influencia en la que se tenía conocimiento que el hijo de Guzmán Loera realizaba sus actividades ilícitas.

Narró que en el operativo, elementos de la Guardia Nacional con apoyo del Ejército Mexicano identificaron a personal armado a bordo de camionetas tipo pick up con blindaje artesanal, característico de los vehículos utilizados por los grupos criminales.

“Sin embargo, infirió que la detención se dio a raíz de que detectaron un grupo de vehículos sospechosos, con blindaje, pero no estaban plenamente seguros que ahí se encontraba Ovidio, hasta que pudieron hacer una revisión de los ocupantes de las unidades”.

Ovidio supuestamente dejó Sinaloa en un avión de la Secretaría de la Defensa Nacional antes de las 10:00 de la mañana, pero no sin antes activarse un enfrentamiento en el aeropuerto, donde otra aeronave de la Sedena y una comercial de Aeroméxico, tuvieron daños por los disparos.

Se indicó que Ovidio podría ser extraditado, incluso trascendió que un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ya esperaba por el hijo del máximo capo mexicano recluido en un centro penitenciario de alta seguridad en aquel país, pero en lo que eso sucede o no, Sinaloa sigue mermado, colapsado, detenido, y rogando que esta ola violenta que cumplió 10 horas termine, y que la paz regrese, porque vivir así no es digno, ni sano, ni estable.

Lo que se ha vivido en las últimas horas en Sinaloa

  • Seis personas lesionadas en Culiacán, Mazatlán, Pericos y Eldorado.
  • Dos elementos de seguridad fallecidos.
  • Hasta el momento ningún civil fallecido.
  • Cierre de caminos, aeropuertos y puertos.
  • Cierre de instituciones de salud.
  • Cancelación de clases y actividades administrativas.
  • Comercios con cortinas cerradas.
  • Incendio de carros y tiendas de convivencia.

La otra cara de esta guerra

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