Sangre, casquillos y granadas: así quedó la casa donde detuvieron a Ovidio

En el patio de la vivienda donde arrestaron a Ovidio hay rastros de sangre, un casco blindado y tres granadas que no estallaron cubiertas con una toalla amarilla. Casas de alrededor quedaron con balazos en los techos y fachadas.

CULIACÁN, ene. 7.- Rastros de sangre, granadas activas, cientos de casquillos y vehículos quedaron en el inmueble donde fue detenido Ovidio Guzmán López, ubicado en la sindicatura de Jesús María. La vivienda se localiza en una loma. Tiene un portón de madera que quedó tiroteado.

La casa tiene cochera para seis vehículos. Ahí quedaron dos camionetas Mercedes Benz, un razer y dos cuatrimotos.

Justo afuera hay una Suburban y una Volkswagen. Todos los vehículos quedaron tiroteados.

En el patio hay rastros de sangre, un casco blindado y tres granadas que no estallaron cubiertas con una toalla amarilla. Los militares les dijeron que no las tocaran y que personal especializado iría a retirarlas. En dos casas vecinas hay una granada en cada una.

En el sitio hay una casa con palapa amplia.

En el camino que conduce a la vivienda hay cinco camionetas blindadas con afuste para fusil y blindadas que fueron atravesadas para bloquear el camino.

Los vecinos aseguran que apenas inició el operativo se llevaron a Ovidio pero los tiroteos duraron cerca de 12 horas.

“Si ya se los habían llevado para que chingados seguían tirando”, comenta una de las vecinas.

Desde los helicópteros, dicen, tiraban a la casa y a las viviendas de los alrededores.

Los militares se retiraron del lugar la tarde del viernes y el lugar quedó sin sellos de aseguramiento y con las puertas abiertas.

Los militares dejaron el poblado cuando permitieron el ingreso de personal de derechos humanos y periodistas, pero cuando estos se retiraban volvieron a entrar el pueblo.

HABITANTES DE JESÚS MARÍA SALEN DE SUS CASAS

Después de 36 horas “secuestrados” y sufrir más de 12 horas de tiroteos, los habitantes de Jesús María pudieron salir de sus casas.

El poblado de Jesús María, 13 comisarías y varias comunidades de Badiraguato quedaron sitiadas por personal militar tras el operativo para la captura de Ovidio Guzmán López.

Desde el jueves los soldados mantenían cerrado el paso desde la carretera Internacional México 15 y hasta alrededor de las 16:30 horas de hoy, tras la intervención de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, permitieron el ingreso.

En el retén había personas que tenían familiares en el poblando con los que no se podían comunicar y no sabían de ellos.

Los soldados permitieron el ingreso a los familiares, el personal de derechos humanos y periodistas y en ese momento se los militares se retiraron del pueblo y los habitantes pudieron salir de sus casas a la calle y algunos dejaron el poblado.

Estaban sin energía eléctrica, agua, señal de teléfono y sin comida.

De acuerdo con los habitantes, ayer por la mañana, cuando aparentemente ya había cesado los balazos, un niño de entre 10 y 12 años, salió de su casa y un soldado le disparó a la cabeza. El menor quedó herido y hasta hoy los militares les permitieron que lo trasladaran a un hospital.

Otros dos adultos resultaron heridos de una pierna y un brazo cuando les cayeron balas que traspasaron sus techos de lámina.

Aseguran que no hubo fallecidos de la comunidad.

Durante los tiroteos hubo varias personas muertas pero los militares se llevaron los cuerpos, señalan.

Aseguran que cuando inició el operativo llegaron disparando de manera indiscriminada desde una avioneta y dos helicópteros.

Comentan que a Ovidio se lo llevaron rápido pero los enfrentamientos que empezaron desde minutos después de las 4:00 horas, terminaron hasta cerca de las 17:00 horas.

Viviendas de alrededor de la casa en la que estaba Ovidio quedaron con balazos en los techos y fachadas. Vehículos de los habitantes también quedaron tiroteados.

Era una guerra, fue un horror lo que vivimos, comenta una de las habitantes.

Durante las doce horas que duraron los tiroteos, estuvieron escondidos debajo de las camas y luego siguieron encerrados en sus casas por que los soldados no los dejaban salir a la calle hasta cerca de las 17:00 horas de hoy.

En algunas viviendas reportan que se metieron los militares y robaron diversos artículos.

Los habitantes piden se restablezcan los servicios y les permitan entrar y salir libremente.

Los militares se retiraron cuando permitieron entrar al pueblo a periodistas y personal de derechos humanos y cuando estos se retiraron volvieron a entrar al poblado en un convoy de 11 camionetas.

Por Alejandro Mojardín

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