¿Qué se elige en las elecciones intermedias de EE.UU. y por qué son importantes?

ESPECIAL, nov. 7.- El próximo 8 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones intermedias en Estados Unidos, unos comicios que se celebran cada dos años (en la mitad del mandato presidencial) y que son cruciales para el rumbo que tomará el país, por varios motivos.

Por un lado, porque definirán el control que los partidos Demócrata y Republicano tendrán del Congreso, actualmente en manos demócratas por márgenes estrechos. Además, también se elegirán los gobernadores de 36 estados, lo que podría cambiar el mapa político de EE.UU. Pero hay más: también son consideradas una especie de referendo sobre la gestión del presidente, en este caso, sobre Joe Bien.

¿Qué se vota?

Así, el martes 8 de noviembre se definirán 435 escaños de la Cámara de Representantes, cuyos miembros se postulan cada dos años, y 35 escaños del Senado de 100 miembros, cuyos mandatos son de seis años. No se trata de un proceso menor: de los resultados dependen en gran medida los últimos dos años del gobierno de Biden, las iniciativas y desafíos de la última etapa de su mandato, además de que sentarán las bases para las presidenciales de 2024.

Oficialmente, los partidos que participan de la elección son varios, pero la batalla real en Estados Unidos se define entre los dos grandes partidos: el Republicano y el Demócrata. Esto se debe a que el sistema electoral otorga la banca al partido que más votos obtiene, a diferencia de varios países en donde sistemas proporcionales otorgan representación parlamentaria a partidos minoritarios.

Entre los 36 estados que elegirán gobernadores el próximo noviembre, figuran cinco (Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Arizona) que pasaron de manos republicanas a manos demócratas en 2020.

¿Cuáles son los temas importantes de la elección?

Esta elección podría ser la antesala de una revancha electoral entre Donald Trump y Joe Biden de cara a 2024, por lo que los principales temas hoy probablemente lo sigan siendo cuando los estadounidenses elijan a su próximo presidente, en dos años.

La decisión de la Corte Suprema de EE.UU. de anular Roe v. Wade, en junio pasado, eliminando el derecho federal a acceder a un aborto y otorgando esa postestad en cada estado, ha sido uno de los ejes de los candidatos demócratas. Prometiendo la defensa de ese derecho, su expansión o incluso la promulgación de una ley en el Congreso, muchos se han esperanzado con la posibilidad de ganar a votantes indecisos e independientes.

Mientras tanto, los republicanos se volcaron a explotar las preocupaciones de los votantes sobre la economía, especialmente debido a la inflación —que aún se ubica como el tema principal en la mayoría de las encuestas—; y sobre el crimen, para generar una reacción violenta contra los demócratas en todos los niveles.

Y tienen la historia a su favor: en los últimos 150 años, el partido que ocupa la Casa Blanca ha perdido bancas en el Congreso en todas las elecciones, con la excepción de cuatro. Además, el índice de aprobación de Biden es del 41%, contra un 54% de desaprobación, según la última encuesta realizada por CNN, que rastrea el promedio de encuestas recientes.

¿Por qué un martes? ¿Por qué noviembre?

Las elecciones intermedias se celebrarán el próximo 8 de noviembre. En realidad, se trata de una tradición que tiene casi dos siglos de antigüedad, y que poco tiene que ver con el país que conocemos hoy.

A mediados del siglo XIX Estados Unidos era un país fundamentalmente agrícola, y los votantes —hombres blancos— debían desplazarse para ejercer su derecho a voto, cosa que hacían a través de caballos o carretas.

Pero no podían hacerlo durante los fines de semana debido a que estaban reservados para la práctica religiosa —los sábados para los judíos y los domingos para los cristianos—, y volver a casa los miércoles, el día del mercado. Así, solo quedaba viajar los lunes y votar los martes.

Por su lado, el mes de noviembre era un mes que encajaba muy bien debido a que la época de cosecha estaba terminando y lo peor del invierno aún no había llegado.

Las razones detrás de los martes de noviembre no encajan demasiado con la vida actual de la mayoría de los estadounidenses y, es por eso, que en los últimos años han surgido movimientos para cambiar el día, con el objetivo de aumentar así las cifras de participación electoral.

Elefantes y burros, rojo y azul

Más allá de las particularidades de cada elección, lo cierto es que los comicios están plagados de simbolismos. Uno de ellos es el que identifica a los republicanos con un elefante y a los demócratas con un burro.

Las imágenes no tienen el mismo origen, sino que se trata de algo más bien aleatorio, aunque sí fueron popularizadas por el mismo dibujante. En 1874 Thomas Nast fue el primero en utilizar a un elefante para representar el voto republicano en un dibujo que fue publicado en la revista Harper’s Weekly.

En 1828, una de las figuras más relevantes del Partido Demócrata —Andrew Jackson— fue comparado por sus adversarios con un asno, cosa que no molestó por completo al candidato, quien adoptó al animal como símbolo.

Tampoco hay algo mágico o especial en torno a los colores rojo y azul, sino que pareciera que los medios de comunicación fueron los encargados de popularizar su relación con los dos grandes partidos.

Pase a que no siempre la asignación de tonos fue la misma, desde unas dos décadas parece haber consenso. Los motivos suenan sencillos: ambos son colores de la bandera estadounidense y se ven nítidamente en las imágenes e infografías porque están prácticamente en los extremos opuestos del espectro de colores.

Por Sofía Benavides

cnnespanol.cnn.com

Botón volver arriba